90- Jack Ross

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Antes de diciembre.
Joana Marcus.

Jack Ross.

Mi cabello negro se mantenía completamente lacio, lágrimas rodaron por mis mejillas mientras apretaba los puños a mis costados.

Escuché como tocaban la puerta por lo que me quite las lágrimas y susurré un simple ya voy, me retoque el maquillaje que al parecer se correría en cualquier momento si seguía llorando, tome los lentes de contacto de color azul y miré la puerta ser abierta.

Puso su mano en mi cintura para después sonreír y dejar un beso en mi cuello.

—Utiliza el azul, te queda mejor, al igual que tiñe el color de ti cabello a rubio—. Ordenó.

—No voy a hacer todo eso…, no soy una Barbie que puedes manejar a tu antojo Steban—. El apretó sus labios.

—Señorita, la entrevista está por comenzar, el señor James la espera afuera—. Dijo para salir inmediatamente.

Antes de salir suspiré apretando mis manos y mirándome al espejo fijamente.

¿Cómo había permitido esto?.

Me pregunté a si misma mientras salía para topar con la fría y negra mirada de Steban.

Entramos a la sala donde seríamos entrevistados, Steban se dedicaba a la actuación y era uno de los actores más importantes en todo el país.

Esa era una de las razones por las que lo entrevistaran además de que al yo ser la modelo mas prestigiada, parecía esto traer más fama.

Mientras estabamos sentados no pude evitar sentir tanta nostalgia y ganas de llorar, pero aún así me mantenías distante ante la situación, una situación de mierda.

Solte la mano de Steban fingiendo no darme cuenta mientras sonreía amable a la entrevistadora, la chica era una rubia lo suficientemente bella para captar la atención de Steban.

—Entonses cuéntenos ¿Cómo se conocieron?—. Preguntó.

—Nos conocemos desde pequeños—. Respondió el.

Lamentablemente tenía razón, nos conocíamos desde que éramos unos pijos y nunca sentí nada por el, ni ahora ni nunca.

Mientras ella y el platicaban de nuestra "relación" yo me mantenía distante de está.

Sonreí abiertamente mientras le mire con la nieve en las manos, el me sonrió para después acercarla a su boca.

—No, no, no Jack, eso no es alimento—. Solté una  carcajada.

***

—¿Sabes que te amo?—. Dijo el.

Puse mi mano en su mejilla para sonreírle.

—Lo se—. Dije uniendo nuestros labios.

***

—Anda Jack, mira que son re lindas—. Hice puchero.

ONE SHOTSWhere stories live. Discover now