54- Aegan.

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Libro: Perfectos mentirosos.
Autor: Alex Mirez.

Aegan Cash

Me mire al espejo, el maquillaje, el vestido, mi nombre, mi cara, todo en mi era diferente, hasta mi forma de ser.

Me siento como mierda, una usurpadora, me siento mal, joder esto esta mal.

Quite el maquillaje desesperada mientras las lágrimas corrían por mi rostro, me sostuve de el lavado y cuando me mire repetí una y otra vez.

—Mi nombres es Amara, soy Amara—. Dije entre lágrimas.

Llore autn más, mis sollozos eran callados con la palma de mi mano.

Me levanté y quite el feo vestido que mi hermana me obligó a ponerme.

No quería la jodida venganza, no quería este nombré, no quería estar aquí, no odiaba a los Cash, no odiaba a nadie.

Al verme, de está manera solo quería morir.

Sin importarme nada, salí del baño y me vestí, tome una prenda que mi yo sí se pondría.

Baje a la cocina, donde estaban todos cenando, nadie se dió cuenta de mi presencia y me dispuse a hablar.

—Jude, ya estoy cansada—. Ella me miró.

Al verme ahí parada, llorando, seguro tenía rasguños por quitarme de aquella manera el maquillaje, al ver mis ojos.

—Amara—. Dijo ella levantándose.

—Piensa bien lo que dirás, hermanita—. Reí irónica.

—Lo peor es que me amenazas, todo por esta mierda—. Dije saliendo de ahí.

Escuché como gritaba mi nombre, no la escuché y salí del piso.

Afuera llovía demasiado, era una tormenta.

Salí solo con un vestido lleno de flores y unos tacones blancos, sin maquillaje, sin ella, y siendo Bella.

Entre a una tienda y tome un cerveza.

—¿Eres mayor de edad?—. Asentí.

Ella estiró su mano, yo le entregué mi identificado real.

Hay cumplía 19 años, hay Bella cumplía años.

—Felicidades, tenga, son 15 dólares—. Se los entregué.

—Gracias—. Le dije.

Salí del local y comencé a beber, bajo la lluvia, me encontraba llorando y bebiendo.

—Feliz cumpleaños a mi, feliz cumpleaños para mi—. Cantaba en Susurró.

La lluvia no paraba y yo tampoco, en el transcurso del día bebí, bebí y bebí aún más, hasta el punto de apenas llegar al piso en pie.

Cuando estaba en la entrada me tumbe en el suelo, sin tocar, sin entrar, solo yo ahí afuera.

Aún me quedaban dos latas de cerveza.

Cuando las bebí, mire que uno de los Cash, al que Jude más odiaba.

El estaba igual de borracho que yo, cuando me miró frunció el seño y se sentó a mi lado.

—Estas toda mojada—. Me dijo confundido.

—Afuera llueve—. El asintió sonriendo.

—¿Porqué no entras?—. Negué con la cabeza.

—No quiero hablar con Ivy—. Dije riendo.

El me miró sorprendido, y yo le sonreí, lo abracé fuertemente y me separé de él.

Ahora no era la única mojada.

Comencé a reír mientras el me miraba mal, se levantó y ofreció su mano, yo lo mire con los ojos entré cerrados, pero la tomé.

Mi personalidad me prohibía odiar a alguien.

Entramos juntos al piso, teníamos las manos entrelazadas, no me quejó es decir Aegan Cash es muy atractivo.

Ambos ebrios, y nadie en el salón, reímos juntos y entramos a su cuarto.

El me dio una polera y me guío al baño, yo no podía ni quitarme los zapatos y el me ayudó a bañarme, sin tocar, ni un solo pelo.

Ni siquiera me miró, bueno si lo hizo, pero después le di un golpe y dejo de verme, me puso su polera y nos acostamos a dormir.

El se recostó a mi lado, mirando el techo.

—Hace rato dijiste que no querías ver a Ivy—. Me dijo el.

—Lo se—. Respondí.

—Dijiste el nombre real de tu hermana, Amara— me tense.

—No me importa, ya estoy arta de esto—. Le dije con los ojos cristalizados.

—Guardare su secreto—. Dijo este.

—No—. Respondí.

—Yo igual las necesito—. Dijo esté.

Me quedé callada y cerré mis ojos, los brazos de Aegan me rodaron en un abrazo, ambos quedamos profundamente dormidos.

Después de todo solo fuimos dos ebrios que se sintieron solos y con ganas de importarle a alguien.

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