MAGNUS LACRONTE - 118

1.7K 135 4
                                    

PEDIDO olvide el nombre, lo siento linda.

El día soleado comenzaba a fastidiarme un poco, a decir verdad, odio los días soleados, mejor dicho, odio en general siempre odio los días, aun mas cuando tengo que viajar a otro reino por culpa de mis padres.

Aun no entiendo la necesidad de ir, al menos mi presencia no era necesaria, no lo es.

Pero quien soy yo para opinar respeto a MI vida, exacto, DE VERIA SER IMPORTANTE, en cambio justo en este momento no lo es.

- ¿De verdad tengo que hacerlo? - Renegué.

- Si, lo es y lo sabes - 

- ¡Claro, super necesario casarme con un rey que es mi amigo de infancia, ¡mi primer amor y el que me rompió el corazón! - 

- No seas dramática, y deja de alzarme la voz soy tu madre que eso no se e olvide por más molesta que estes -

- Mamá de verdad no quiero casarme... 

- Adelaide... esto... no solo pienses en ti corazón, piensa en todo el reino, dependemos ti y lo sabes - La mire apretando mis puños para después asentir.

- Bien - Susurre.

Mi padre sonrió y tomo mi mano apretándola un poco.

Después de un largo recorrido mientras miraba ir la ventana del carruaje pude ver el palacio, estaba nerviosa, no sabía si era por el hecho de que me iba a comprometer o por volver a verle.

Al bajarme mi adre simplemente me tomo de la mano, mientras nos guiaban, al llegar a la oficina del rey nos abrieron y entramos, y ahí estaba el, sentado, tan cómodo y sonriendo que me dieron ganas de golpearlo.

Se levanta para saludar de una manera cortes, después de los tontos saludos comenzaron a charlar, prefería evitar hablar respecto a ese tema.

- Los dejamos solos para que charlen... -

dicho aquello mis padres salieron de la oficina.

Voltee a verlo para después hacer una reverencia.

- Rey - 

- No hace falta que me llames así Adelaide, nos conocemos de toda la vida... -

- Eso no pareció importante cando atacaste mi Reyno -

- Claro que lo pensé, pero... mi Reyno esta antes que cualquier cosa -

- Por tu egoísmo dejamos de ser amigos y parece que no cambiaste nada estos años... -

- En eso estas equivocada, dejamos de hablar porque alguien se enamoró del otro -

Lo mire apretando los puños.

- Apuesto que miraste esto como una oportunidad... -

-No te equivoques Magnus, no hago esto por mí, mucho menos por el amor que tu enterraste, lo hago por mi nación - 

Respondí mirándolo molesta, el solo sonrió mientras asentía.

- No soy el único que no cambio... tu sigues siendo la misma... -

- Que te puedo decir... no pensaba cambiar por algo que no valía la pena -

 - ¿No valgo la pena? - 

- No, no lo haces - 

Su sonrisa torcida hizo mi cuerpo estremecer.

- Pero ahora me necesitas, y eso no lo puedes cambiar - 

Lo mire molesta mientras asentía, para después suspirar, si bien él tenía toda la razón.

- Y nos casaremos en unas semanas, así que intentemos llevar todo en paz -

- No hare comentarios al respecto si no me molesta tenlo por seguro -

Después de aquello ambos nos mantuvimos en silencio.

Quizás era mi culpa, soy demasiado rencorosa como para perdonar, y él sabía que no pensaba perdonarlo.

¿Como reparar un corazón roto?, reprimido de tantas emociones que deberían de ser maravillosas no un recuerdo amargo.

ONE SHOTSWhere stories live. Discover now