76- Damián Fox

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Damián
Alex Mirez

Damián Fox

Novenos… palabras simples que describen mucho.

Las personas solemos creer que en el mundo hay personas buenas y malas, eso es una nefasta mentira, solo somos personas, simples.

Hoy salí a correr por las calles de Asfil, cada persona que miraba era algún conocido.

Mantenía mis audífonos a todo volumen, ignorando a cada persona en el pueblo, ignoraba si existencia, algo típico en mi.

Sin darme cuenta ya no me encontraba en las banquetas del pueblo, ya no… estaba en el bosque y parecía que mis pies me traiciona no una vez más.

¿Porque siempre hago cosas sin saber que las hago?.

Pare y me di cuenta que no tenía ni una mínima idea donde me encontraba ¿Cómo había llegado aquí?.

No hay sentido, no tengo ni una mínima idea, ladeó mi cabeza al lado derecho intentando recordar cómo había llegado.

El celular que tenía en mis manos comenzó a vibrar, una vez más quedé confundida ¿Cuando lo tome?.

Suspiré para después mirar el celular y desbloquearlo, no tenía patrón…

Era una alarma.

7:10 Regresa a casa, corriendo por el lado oeste, si te perdiste entra a Maps.

Hice lo que lo alarma decía dándome cuenta de que no estaba muy lejos de la salida pero aún así se me dificultaría.

Comencé a avanzar en un camino recto que parecía ser el indicado según la aplicación.

Pero una vez más perdí la conciencia de lo que me encontraba haciendo, obligándome a mirar a mi alrededor una vez más.

¿Que carajos hago aquí?.

El móvil comenzó a vibrar causando que lo mirará extrañada.

7: 50 llegada a casa.

Comprendí que tenía que volver a casa de alguna manera pero ¿Cómo lo haría? Cerré mis ojos apretando los y soltando sollozos.

Me odió, ¿Porque no puedo salir?.

Cuando mis sollozos comenzaban a ser más fuertes y mi cabeza comenzó a doler.

Me levanté lentamente y comenzé a avanzar sin rumbo alguno con mi cabeza echa un caos.

Mire a mi derecha, había algunos chicos quienes me miraban.

Un rubio quien sonreía de una manera escalofriante.

Un pelirojo que me miraba confundido.

Una peli azul, quién me sonría levemente.

Una pelinegra quien me miraba con los labios apretados.

Y un pelinegro con una mirada fría y distante.

—¿Disculpen… saben…—. Una vez mas.

Olvide… lo olvidé, ¿Qué preguntaría?.

Apreté mis ojos y las lágrimas corrieron, suspiré y sentí mi móvil vibrar.

8:20 desayunar.

La música de mis audífonos acabó y escuché alguien camina a mi.

Levanté la mirada alterada encontrándome con algunos chicos de mi edad, sonría al sentirme segura y al comprender que estaba perdida.

—¿Disculpen, como puedo salir de aquí?—. Les pregunté.

—¿Estás bien?—. Dijo una pelinegra.

—No, me perdí y tengo problemas con mi… memoria—. Respondí.

—Creo que salí a correr…—. Dije mirando mi ropa.

—Ohh tranquila, tomatito—. Dijo uno el rubio.

¿Tomatito?

—¿Tomatito? ¿Porque?—. Dije.

—Tu cabello y tus mejillas son de un rojo natural—. Asentí.

Dolor… un fuerte dolor de cabeza me invadió.

Una vez más en esta mañana perdí cualquier recuerdo que tenía desde que abrí los ojos.

Mire al chico que tenía frente a mi para sonreír amable y mirar a mi alrededor.

—Hay que llévala a su casa—. Dijo una chica de cabello azul.

Ladeó mi cabeza mirándola.

—¿Yo los conozco?—. Un rubio sonrió triste?.

—Ohh Damian ella no puede ser nuestra presa, solo mírala… no lo disfrutaré… no si se le olvida—. Dijo.

¿Se está burlando de mi?.

—No, Poe no seas así, mira que eres malo—. Dijo la pelinegra.

—Ven—. Una fría voz me llamo.

Todos dirigimos nuestra mirada hacía el, las miradas que ellos les daban eran algo que no lograba descifrar.

—Yo la llevaré—. Dijo este.

Y por alguna extraña razón el me causaba seguridad.

Extendió su brazo para que lo tomará, lo tome y comenzamos a caminar hacia fuera de el bosque, ya podía ver el pueblo.

Mire a lo lejos mi casa, ¿Yo no le di mi dirección o si?.

Mi memoria no es algo en lo que yo pueda confiar por lo que cuando estuvimos frenta a mi casa, mire a mi padre salir a toda velocidad y abrazarme fuertemente.

—Muchas gracias, de verdad muchas gracias…—. Esperó a que el chico dijera su nombre.

—Damian Fox—. Dijo este.

Papá le agradeció unas cuantas veces más para que después el chico se fuera.

—Dios, no dejaré que salgas sola—. Me dijo.

—Para ser la primera vez no estuvo tan mal corazón—. Sonreí.

—Fallé, papá fallé—. Dije.

El me abrazo para después subir a su oficina.

Mientas tanto tome mi pastilla para al menos poder recordar un poco.

Estoy jodida.

ONE SHOTSWhere stories live. Discover now