ONE SHOTS

Poe Verne 121

DAMIAN

ALEX MIREZ

Parte dos de: Poe Verne 113

Poe Verne

Sangre, tanta sangre por todos lados, el olor a enfermo, mis ojos apenas logrando ver, mi mente completamente confundida, y yo aun sintiendo la adrenalina sobre mí.

Estando en el acantilado junto a la muerte, sintiendo como me tomaba, como si esta fuera capaz de abrazarme, siendo mi compañera, como si de una amiga se tratara, ella siendo mi fiel compañera quería reír.

Había logrado lo que siempre quise, lo que durante un tiempo fue mi mayor anhelo, dejando de ser aquella chica linda, para no solo ser su compañera de vida si no, la chica que había entregado la vida para que el lograra su cometido.

Podía visualizar algunos doctores, se notaban tan desesperados que reía un poco, mira como caminaban de un lado a otro, aun con mi vista nublada, aun a punto de morir era capaz de sentirme tan feliz.

Y fue entonces, logré mirar a Poe, pasaba sus manos por su rostro mientras miraba a los doctores, justo en ese momento lo decidí, era hora de irme.

Cerré mis ojos, sentí tanto dolor, pero también fui capaz de sentirme libre.

Aun después de sentir como si un rayo estrellara con mi cuerpo repetidas ocasiones, como si mi piel estuviera siendo incendiada para después meterme en una helera a menos de 0º.

¿Esto se siente morir?

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Nadie lloro por ella, nadie fue a su funeral, nadie si quiera se preocupó un poco, Avery había muerto tal y como lo estuvo durante toda su vida sola.

Tras una vida de maltrato, y de tan diferentes tipos de maltrato, por fin descansaba en paz, nunca sabremos que sucede después de la muerte, que le esperaba a Avery, no sabremos si existe un cielo o un infierno, incluso si aquella alma volvió a nacer en otro cuerpo, pero si de algo, cualquiera estaría seguro es que en su último aliento fue uno de amor.

 Avery murió por el amor de su vida, y no se repetiría de eso.

El cielo azul se reflejaba en sus bellos ojos, una pequeña sonrisa se mantenía sobre sus labios, y el viento causando que su cabello fuese un caos y sus mejillas se sonrojaran.

- ¿Que pasa Avery? -

La voz de su amado resonó en su mente mientras ella volteaba a verlo.

-Esta será nuestro último monto juntos Poe, mañana comenzará la misión, y me iré, solo quiero guardar este bonito recuerdo-

Poe la miraba con atención para después acariciar su mejilla.

-Pase lo que pase, nos miraremos una vez más después de la misión, y si todo sale bien, entonces no solo nos miraremos una vez más, si no toda la vida, mi hermosa Avery-

Ella le regalo una hermosa y honesta sonrisa, que, aunque el rubio no era capaz de admitir en vos alta, ama mirarla sonreír, él sabía que no la amaba, no era capaz de sentir de aquella manera, pero aun así era capaz de saber que le gustaba verla sonreír, más aún sabiendo que su obsesión estaba dispuesta a todo por él.

-Poe, si muero, por favor no quiero que nadie vaya a mi funeral, ni a mi tumba, solo entiérrenme y olvídense de mí, no creo que eso sea complicado.

Y si, eso era lo que ella quería, no quería quedar en sus mentes, quería ser olvidada.

Pero ¿cómo olvidar a su obsesión?

No solo era Poe el que tenía que olvidar, s no también sus amigos, uno de ellos era tan capaz de sentir, que tras su muerte quedo totalmente destrozada, una vez más Padme había perdido a su mejor amiga.

Avery, pequeña Avery, debiste haberte aferrado a la vida, porque no solo eras la obsesión de un noveno, también estabas casada con él.

Tras su muerte desencadeno un total caos, tantas muertes en un pequeño pueblo, masacres y más masacres eran registradas, ya no solo en aquella cabaña del bosque, todos temían salir y ser asesinados.

Pero hay algo que no eh contado.

Avery no se encontraba muerta, su cuerpo estaba en la fría y desolada mansión Verne, aquella chica se encontraba en un coma.