65-Mason y Pierce.

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Mi desesperada decisión
Ariana Godoy
Segunda parte.

Pierce.

Nunca creí sentir tanto por alguien, nunca pensé que una persona fuera capaz de que una persona me hiciera sentir de tal manera.

No sé si fueron sus ojos o la manera que tenía de mírame.

No sé si fue su sonrisa o la manera que tenía de hablarme.

No sé si fueron sus gestos o cuándo los usaba conmigo.

No sé que fue lo que ella me hizo nunca logré comprenderlo.

Solo puedo afirmar una cosa… no la quiero perder y no la perderé.

Sonreí mirándome mientras yo acariciaba su espalda desnuda.

–¿Entonces pensaste lo de ser mamá?–. Ella bajó su mirada.

–Pierce… sabes no quiero ser mamá… yo lo siento–. Levanté su rostro.

–Tranquila, es tu cuerpo, tu desición–. Ella asintió.

Fue gracioso, cuando nació Hayden ella parecía más nerviosa que Mila, también los primeros años tuvo un apegó a ella, pero… después ese apegó desapareció.

Con Heist fue igual, aunque le duró un poquito más, pero todo cambió cuando Heist le dijo que ella nunca sería algo más que parte de su familia pero jamás como su mamá.

Con los mellizos Kaia y Frey su apegó fue instantáneo con Frey, solo fue cuestión de verlo, aunque cuando fue creciendo y descubrimos todas sus problemas tuvieron ambos, no solo ella un apegó emocional, a tal punto que para Frey era más importante la aceptación de Amara que el de Mila.

–¡Amara joder no puedes hacer lo que se te plazca!–. Le dije molesto

–¿Y porque no?–. Me gritó.

–No me grites–. Le dije tensando la mandíbula.

–Dios, no se que hago aquí–. Me dijo.

Sacó una maleta y comenzó a guardar ropa, pero se detuvo de la nada.

Mire como sus manos temblaban, su pecho subía y bajaba, sus ojos se cristalizaban, se dejó caer al suelo y comenzó a llorar.

Sin saber que hacer me acerqué a ella.

No todo fueron arcoiris y rosas, para nada hubo muchas discusiones pero la quiero recordar cómo realmente era.

La sonrisa de Amara era muy notable en la sala, todos los mirábamos.

Frey y ella jugaban a los trenes, Amara sonreía tanto que hasta un loco notarías que ama a los niños, pero por alguna extraña razón no quiere tenerlos.

–Los trenes no vuelan–. Dijo Frey.

Amara frunció el ceño para después comenzar a negar.

–Quizas no, pero estos son de juguete y tú decides lo que hacen, si quieres que sean un submarino lo serán–. Le dijo.

–Quiero que sean trenes–. Ella puso mala cara.

–Vale ¿Pueden chocar–. Frey la miraba como si estuviera loca.

–No–. Le dijo.

Amara solo lo migo con los ojos entré cerrados para seguir jugando con el.

Siempre fue una persona que entregaba todo a cambió de muy poco o de nada, aunque tuvo una vida difícil siempre ha sido una buena persona.

–Pierce–. Me llamó.

–Ese niño no me da buena espina–. Me dijo mirando a Heiner.

–Vamos Amara, sabes que solo es un niño–. Ella asintió desconfiada.

Heiner nunca obtuvo cariño o algo así por parte de Amara, nunca lo desprecio pero tampoco le mostró mucho cariño.

Era la una de la mañana y escuchaba ruidos en el primer piso, bajé a revisar que pasaba.

Me encontré a Amara limpiando, sabía que eso era parte de ella, limpiaba y limpiaba, si miraba una mancha la limpiaba.

Esa era Amara quién tenia tantos jodidos problemas pero nunca se rindió.

–Ya se dónde están–. Les dije.

Todos me miraron y comenzamos el plan para recatar a nuestra familia.

–Frey, te quedarás con Kaia–. El negó repetidas veces.

–Son mis madres las que están haya–. Dijo con la voz entre cortada.

Justo estoy en donde no creía que podía estar, donde todo mi mundo se irá a la mierda donde lo mucho que tenía se siente como si ya no tuviera nada, porque ese mucho era ella.

Mire como intentaba parar el sangrado de Amara, mientras Kaia ayudan a Mila.

–Si nos damos prisa quizás logremos llegará a un hospital–. Les dije.

Toda asintieron y comenzaron a ayudar para poder llevar a las heridas.

Sabía que Mila podría resistir, pero no estaba del todo seguro de si Amara lograría llegar con vida al hospital.

Prendí el auto y comencé a conducir a toda velocidad, por el espejo retrovisor podía mirar como Frey tomaba el rostro de Amara intentando despertarla, mire sus lágrimas caer y como ahogaba sus sollozos.

Frey sentía que las probabilidades eran pocas… solo es cuestión de suerte.

ONE SHOTSWhere stories live. Discover now