Capítulo 1

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Esmeralda

La cafetera anuncia que mi café está listo, el frío comienza a sentirse y aún así hay que despertar temprano para trabajar. Aún lamento no haber podido ir a la fiesta que Mica me invito hace un par de semanas, también conozco a Majo y me habría encantado asistir a su boda, lamentablemente aún no consigo terminar de arreglar los papeles de la casa. He decidido quedarme en este lugar, toda mi vida estuve aquí hasta que decidí vivir la experiencia de trabajar fuera de este pueblo, no me quejo en lo absoluto, me fue bastante bien. Conocí gente, nuevos lugares y realmente me divertí pero siempre se extraña a la familia, a los amigos y los lugares en los que creciste.

Mi madre quería que regresara a vivir con ellos, por un momento lo considere muy seriamente pero también recordé que vivir con ellos es perder un poco de la privacidad que ya tengo. Amo a mi familia pero quiero evitar algún posible conflicto, esto fue lo que me hizo buscar una casa propia. Tenía dinero guardado y un crédito para poder comprarla, así que no lo pensé más y simplemente lo hice.

Hace un mes vine a ver las propiedades en venta, tampoco es que tuviera los millones de pesos y fuera a comprar una mansión, pero pude obtener una casa pequeña dentro de una zona céntrica, ambas escuelas quedan cerca de la casa, así como los centros comerciales y la librería. Esto último es el principal motivo de la elección de casa. Me encanta leer, podría terminarme todos los libros de esa tienda en un abrir y cerrar de ojos, además por lo que supe esa librería pertenece a una editorial que está a unas calles, por lo que siempre hay libros nuevos.

Me estoy terminando de vestir para presentarme en mi primer día de clases, lo mejor de todo es que Mica estará ahí, así no me sentiré tan rara por ser nueva. Aún no termino de desempacar todo, apenas he tenido tiempo de sacar algunas cosas, como mi cafetera ya que son de las cosas que empaquete especialmente, incluso la caja decía *Abrir primero*. Aparte de esto venían cosas como, mi taza preferida, libros, una vela de aroma, mi impresora, hojas blancas y cosas con las que trabajo en casa para preparar mis clases.

Salgo hacia la escuela primaria que esta a poco más de cinco minutos caminando y hoy no tengo clases en la Universidad por lo que saliendo aprovecharé para ir a comprar comida para la semana. Esta nublado y había olvidado como era el frío aquí, es seco y cala los huesos, incluso hay años en los que llega a nevar, aunque siendo sincera hasta el clima es algo que llegue a extrañar.

-¡Hola, Esme!- me dijo Mica por detrás lo que me hizo dar un brinco por el susto.

Mi amiga es exactamente como la recuerdo, hermosa y sonriente, desborda felicidad por cada uno de sus poros, incluso estando seria ilumina el lugar en donde se encuentra. Recuerdo verla apagarse poco a poco cuando conoció a Ian y después de saber lo que sucedió hace unos meses con él me duele solo de pensar por lo que paso, aunque es bueno saber que ahora hay alguien que ilumina los días para ella, tal vez algún día pueda vivir eso, por ahora las clases y mi realidad alterna dentro de los libros son lo que me hacen feliz.

-¡Que susto!- Mica se río un poco y luego me dio un abrazo.

-¿Cómo estas? ¿Qué tal la fiesta?- pregunté, se que había pasado tiempo pero no la había visto y es lo menos que podía hacer después de no haber ido. 

-Bien, gracias. La fiesta, muy divertida y conmovedora, aunque terminé muerta.
-Me imagino, discúlpame de nuevo por no haber podido asistir. Tenía muchas ganas de ver a Majo.
-No pasa nada. ¿Cómo va lo de tu casa? - preguntó mientras entrábamos a la escuela.
-Bien, al parecer todo esta solucionado o eso espero, es horrible tener que estar buscando donde vivir, aunque parece ser que ya se arreglo todo.

Llegamos a la oficina de la directora, me dieron la bienvenida, me presentaron a los maestros y al personal de la escuela, después me mostraron mi salón de clases y me dejaron sola para acomodarme y familiarizarme con él. Recuerdo el primer día que empecé a dar clases, estaba tan nerviosa que me sudaban las manos y sentía náuseas, todo eso desapareció en el momento en que mi primer alumno entró al salón, el pequeño estaba más nervioso que yo, ni siquiera levantaba la mirada, sus pequeños rulos negros caían sobre su cara y recordé porque había estudiado esto, después de darle un poco de confianza al pequeño mi día mejoro y mis nervios desaparecieron. Hoy no estoy para nada nerviosa, a decir verdad estoy muy emocionada, ya quiero conocer a mis alumnos.
Saque de mi bolso algunos materiales que traje para decorar y una libreta para apuntar lo que hace falta así lo compraría esta tarde.

Los niños empezaron a entrar y a tomar asiento, es Enero, todos regresan de las vacaciones y sé que se sienten extraños al verme a mi y no al profesor que tenían hace unas semanas. Me presente y les pedí que me platicaran sobre sus vacaciones y sobre los regalos que les trajo Santa, en el transcurso del día me fui ganando la confianza de los niños y al final todo resultó excelente.

-¿Estás lista?- Mica asomo la cabeza por la puerta y me observaba atenta.
-¡Claro!- dije tomanto mis cosas y saliendo del salón tras ella.
-¿Cómo te fue? ¿Te agrada la escuela?- pregunto emocionada.
-Si, es hermosa, los chicos son encantadores y me encanta mi salón, fue un buen día- dije y ella me regalo una enorme sonrisa.
-¿Qué harás ahorita?- preguntó.
-Nada, iré a mi casa a desempacar e iré al super más tarde.
-Claro que no, tú vendrás conmigo.- tomo mi mano y caminamos por la calle. -Te presentaré algunas personas.
-Esta bien- dije un poco temerosa, nunca he sido mala socializando pero por todo lo que me ha contado, estás personas son importantes para Mica y Majo y ellas son mis únicas amigas aquí, me gustaría mantener la relación que tuve con ellas desde antes de irme, es por eso que me daba un poco de miedo no caerles bien.

Destino: Tómame Where stories live. Discover now