Capítulo 10

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Taehyung

Estuve toda la semana yendo a la librería por la tarde esperando ver de nuevo a Esmeralda, me parece extraño referirme a ella por su nombre cuando ni siquiera la conozco, es aun más extraño que literal me robé esa información pero, ¿Cómo se suponía que supiera quien era ella después de haber echado todo a perder? y se que dije que dejaría que pasara lo que tuviera que pasar pero no le hago daño a nadie si vengo a la librería, además creo que si no hacemos algo nosotros mismos para que las cosas sucedan, entonces nunca sucederán.

Son las seis y media de la tarde y de nuevo ella no apareció, tomé mis cosas y salí de la librería rumbo a mi casa, Yoongi hoy saldrá tarde del trabajo así que no nos veremos, decido caminar por el parque que esta rumbo a mi casa, el clima es un poco frio pero el ambiente del lugar es bastante refrescante para mi mente. El lugar es largo y esta repleto de arboles de cerezo que en este momento carecen de flores, los caminos dentro del parque están alumbrados por series de pequeñas luces amarillas lo que lo hace acogedor a pesar del clima frio, mucha gente sale a correr o simplemente a pasear, hay niños riendo y jugando por todo el lugar. Sigo caminando y una pelota me golpea las piernas, me agacho a recogerla y a entregársela a su pequeño dueño que viene corriendo hacia mi para recuperarla.

-Señor, me regresa mi pelota, por favor.- estiré mis manos con la pelota y le sonreí.

-Claro, aquí tienes.- le dije y me sonrío.

-Señor, ¿Cómo te llamas?- me preguntó el niño.

-Me llamo Tae, ¿y tú?- pregunté.

-Mi mamá me dijo que no le podia decir mi nombre a los extraños- dijo con una expresión triste, al parecer tenia ganas de decírmelo.

-Ella tiene razón- le acaricie la cabeza alborotando su cabello- Anda, ve a jugar- le dije y le sonreí.

-¿Quieres jugar con nosotros?- el niño me pregunto y volteo hacia uno de los jardines en donde sus amigos lo esperaban.

-Hagamos algo, hoy tengo que irme pero, ¿Qué te parece si la próxima vez que los vea aquí, me quedo a jugar con ustedes?

-Esta bien- me regalo una enorme sonrisa y se fue diciéndome adios con su pequeña mano.

Me levante con una sonrisa en los labios, me encantan los niños me parece que son las criaturas mas interesantes que existen. La mente de cada una de las personas es un mundo, en el caso de los adultos ese mundo a veces es gris y lleno de preocupaciones pero en los niños, que aun no pierden esa imaginación, su mundo es inesperado, es colorido y feliz. Estaba concentrado pensando en los niños cuando voltee lentamente y mas adelante en una de las bancas estaba sentada ella, es la segunda vez que la veo y aún así mi mente la reconoció enseguida, mi corazón se detuvo en ese momento, sentí que me faltaba el aire, no sabia que hacer, una sensación de nervios me invadió de repente. Un poco antes de llegar a donde se encontraba  había una banca, tomé asiento y me quede observándola. Parecía como si acabara de salir del trabajo, abrió su  bolso que estaba lleno de papeles y sacó un libro de él, era el que le envíe de parte de la librería, empezó a leer y en algunas ocaciones tomaba un trago de su café, colocaba su cabello detrás de su oreja o cambiaba la página, cualquier acción que realizaba, por más pequeña que fuera, se veía hermosa.

Nunca me había sentido tan nervioso o inseguro, de pronto empecé a creer que no era lo suficientemente bueno para ella. Empecé a entender lo que había pasado con mis hermanos cuando conocieron a sus chicas, la necesidad de querer estar cerca de ella crecía dentro de mí. Me levante de la banca y camine directo hacia mi casa, pase frente a ella pero decidí no voltear a verla, tenia que pensar que era lo que iba a hacer, principalmente con esto que estaba sintiendo.

Pase la noche sin dormir bien, suelo dejarme llevar por mis pensamientos así que deje que invadieran mi mente sin prestarles mucha atención, simplemente me quede ahí dándole vueltas al asunto sin llegar a una conclusión. Al día siguiente salí un poco tarde del trabajo, camine a mi casa y me di cuenta que sin pensarlo estaba tomando el camino hacia el parque, supuse que si ella acostumbraba a ir allí lo haría saliendo de su trabajo, era la misma hora que ayer cuando la vi pero esta vez ella no apareció. Seguí yendo al parque el resto de la semana, me di cuenta que solo había dos días que asistía y siempre hacia lo mismo, leía mientras tomaba pequeños sorbos de su vaso de café, sin mencionar lo hermosa que se veía.

Es martes de nuevo y después de una semana de esperarla se que hoy ira al parque, salí del trabajo y me dirigí hacia allá minutos antes de que ella llegara, deje en la banca una nota con su nombre y camine, me detuve unos metros mas adelante y observe que tomaba asiento, dejo su bolso a un lado de ella y observo el pequeño trozo de papel, antes de tomarlo giro su cabeza de un lado a otro, perecía intentar descubrir a la persona que dejo la nota, regresó la vista a la hoja con su nombre y después de dudar un poco la agarro. No sabia como leer sus expresiones, parecía confundida pero poco a poco una sonrisa tímida apareció en sus labios, me encantaría estar dentro de su cabeza ahora mismo. Di media vuelta y me fui.

Llegue a mi casa y no podía dejar de pensar en su rostro sonriendo hacia la nota que le había escrito, me dejé caer en el sillón y puse ambas manos en mi cara, suspire pesadamente y cuando abrí mis ojos un pequeño grito salio de mi garganta, Lex estaba parada a un lado del sofá observándome.

-¿Qué te sucede? pudo haberme dado un infarto- dije indignado y ella soltó una carcajada.

-¿Qué pasa Tae, por qué luces tan estresado?- Lexy tomó asiento a un lado de mi y puso cara de haberse convertido en mi nueva psicóloga.

-Nam...

-¿Nam? ¿Él te estresa?- pregunto con cara de confusión.

-¡No, no, no!- sonreí -Preguntaba por él 

-¡Ah! Salio a ver algo del trabajo y a comprar comida, hoy no cociné, lo siento- A pesar de que Nam y Lex se habían mudado juntos después de la boda, a veces les gustaba quedarse aquí conmigo, decían que yo era como el hermano menor y que no les gustaba dejarme solo tanto tiempo.

-No pasa nada, pero me debes algo rico de comer para la otra.- Le platique a Lex algunas de las cosas que habían sucedido, no le dije su nombre pero le conté sobre las notas y lo sucedido en la librería. 

Terminamos de hablar cuando Nam llegó a casa con la cena, platicamos, bromeamos un rato pero lo mas gracioso de todo era Lex observándome como si me estuviera analizando, entrecerraba los ojos mientras me veía, algo parecía no encajar en su pequeña cabecita, yo por otro lado quería soltar una carcajada por todos los gestos que ella hacia, algo a lo que al parecer mi hermano ya estaba acostumbrado pues a pesar de ser tan obvias sus expresiones, él jamas le pregunto nada. Aun seguía sin entender como es que entre tanta gente se encontraron, a pesar de ser tan diferentes, tienen tanto en común que no logro entenderlo. 

Minutos después los chicos se fueron a dormir y yo también me dirigí a mi habitación, me acosté y nuevamente deje que mi mente vagara por mis pensamientos hasta que me quede dormido.

Destino: Tómame Où les histoires vivent. Découvrez maintenant