Capítulo 38

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Esmeralda

Estaba en la universidad dando clase y cinco minutos antes de salir siempre elijo a alguien para que lea cualquier fragmento de un libro. Una chica levantó la mano y me pidió permiso para leer, nunca sucede que ellos se ofrezcan por lo que accedí. Vi que ella traía entre sus manos uno de mis libros favoritos "Orgullo y Prejuicio", me emocione y espere a que comenzará a leer.

*"He luchado en vano. Ya no puedo más. Soy incapaz de contener mis sentimientos. Permítame que le diga que la admiro y la amo apasionadamente".*

El timbre que indicaba la salida sonó y todos se empezaron a levantar, me quedé perdida en mis pensamientos viendo como los alumnos salían del salón.

-¡Maestra!- la chica que había leído llamó mi atención
-¡Dime, Lucy!
-¡Que tenga linda tarde!- me dijo mientras me daba una nota, se despidió con la mano y salió del aula.

Abrí la nota y la palabra impresa decía

*D-2*

Sonreí y me di cuenta que el día dos se refería a lo que leyó Lucy, era una de mis frases favoritas del libro por lo que la sabía de memoria. Esto era más que un mensaje, era una declaración, no se si estoy segura sobre sentir algo por Andy, pero la realidad es que Tae no volverá y yo tengo que seguir con mi vida. Tome mi celular y le envíe un texto para agradecer.

*Que hermosa sorpresa.

¡Muchas gracias!*

Le estaba enviando el mensaje a Andy y no podía dejar de pensar en Tae, no era a propósito, siempre pensé que este tipo de cosas eran más estilo de él. Me di cuenta que mi mensaje de agradecimiento fue muy sencillo, tal vez a Tae le habría mandado otra cita del libro, la verdad es que se me hace algo muy personal dedicar letras, más hablando de uno de mis libros favoritos, me parece que no puedes decirle a cualquiera este tipo de cosas y no es que Andy sea cualquier persona, pero no lo conozco y no siento nada aún por él. Guarde mis cosas y me fui.

Estaba muy cansada y no tenía ganas de hacer de comer, pasé a un restaurante a comprar algo para llevar a casa, no se me antojaba la comida chatarra y en este restaurante venden un filete con guarnición muy rico, en la casa aún tengo un botella de vino. Camine al lugar y cuando llegue me senté en una mesa mientras espere a que me entregaran mi orden, saque mi celular y vi que Andy me había respondido.

*De nada, que bueno que te gustó*

Era un respuesta muy vaga pero pensé en que podía estar ocupado, sonreí al recordar la sorpresa y cuando levante la vista Tae estaba sentado frente a mi, me observaba detenidamente mi entras pasaba su mano por su barbilla. Conocía ese gesto, me estaba analizando y no se por qué.

-¿Tu...
-¿Yo...?- dijo interrumpiendome
-¿Qué haces aquí?
-Me intriga saber quien te hace sonreír de esa manera.- dijo muy serio
-¿Qué haces aquí, Tae?- pregunté de nuevo
-Vine a comprar de comer y te vi aquí sentada.- sonrió de lado sin ánimo, se veía serio y había perdido peso desde la última vez que lo vi, aunque sus facciones seguían siendo hermosas
-¡Oh!- dije solo por responder
-No tenía ganas de cocinar y no se me antojaba nada- dijo y sonreí
-Hay cosas que no cambian ¿No?- lo dije para mi y era verdad. Muchas veces parecía que nos poníamos de acuerdo para algo y simplemente era que nuestros pensamientos coincidían.
-Hay cosas que deberían cambiar.- dijo viéndome a los ojos
-¿Cómo que Tae?- pregunte levantando una ceja. Siempre me ha parecido que él tiene demasiadas personalidades y las ame todas y cada una de ellas, no era sencillo seguirle el ritmo, pero tampoco me era tan complicado leerlo y saber como se sentía o lo que pensaba. El problema es que después de lo que paso, me pareció que todas ellas eran una mentira, ese día que regresamos del viaje me mostró su verdadera cara y entonces ya no se que piensa. No lo conozco.

Mi corazón aún dolía mucho y más cuando lo veía y no podía controlar mis emociones. Estaba a punto de decirle que me dejara en paz cuando llegó la mesera y nos entregó la comida, a él le dieron dos bolsas mucho más grandes que las mías y supuse que tenía compañía esta noche, el hambre se me fue a pesar de que la bolsa de papel que me entregaron olía delicioso. Me levante de la silla y agarre mis cosas para irme.

-¡Nos vemos, Tae!- dije y di media vuelta. Llegué hasta la salida del restaurante, el clima era perfecto y creo que caminar a casa me hará bien para distraerme.
-Espera- dijo Tae tomándome del brazo. Me voltee con la vista en su mano y subí la mirada hasta sus ojos
-Nam y Lex están en casa para cenar- levanto las bolsas como para mostrarme que era verdad -Ven con nosotros más tarde te llevo a casa o si no te sientes cómoda Nam puede hacerlo.

Después de unos segundos acepte, subimos a su auto y al encenderlo, el sonido de su auto se lleno con la misma canción de la vez pasada, bajo el volumen y sus ojos se quedaron fijos en mi por unos segundos. Tae cruzo su cuerpo sobre el mío y tomó mi cinturón de seguridad, terminó de abrocharlo y levantó la viste, nuestras caras estaban a centímetros, levantó una mano y me colocó un mechón de cabello detrás de mi oreja.

-Lo siento, a veces no tengo control sobre lo que mi cuerpo desea hacer.- dijo contra mis labios y tomó su lugar de nuevo. - ¿Cómo has estado?
-Bien- mentí -mucho trabajo y poco tiempo para pensar en algo que no sea eso - mentí de nuevo
-¡Oh! - su mano libre subió a su barbilla, parecía tener ganas de decir algo pero se veía dudoso. -¿Estás lista para el viaje?
-Si, aun tengo que ir a comprar algunas cosas al centro comercial- dije y volvimos a estar en silencio.

Llegamos al edificio y Tae estacionó su auto. Estaba desabrochando mi cinturón y tomando las bolsas de comida cuando él me abrió la puerta, me quito las bolsas de comida, cerró el auto y tomó mi mano para llévame dentro. Una vez en el ascensor solté su mano y me aleje un poco

-Debes dejar de hacer estas cosas- dije con la mirada en mis pies. Me avergonzaba aceptar que aún me dolía pero necesitaba frenar esto.
-¿Hacer qué?- dijo acercándose a mi. Las puertas del elevador se abrieron
-Hacerme más difícil el olvidarte-dije y salí hacia el pasillo y camine despacio  a la puerta de su departamento. Un segundo detrás de mi Tae se detuvo a un lado, abrió la chapa de la puerta y susurro en mi oído.
-¡No dejaré que lo hagas!- empujó la puerta y entró.

Se que nada de esto debería estar pasando, en primer lugar ni siquiera debí aceptar venir a su casa. Seguía parada afuera de su casa analizando si debía irme cuando Lex salió, me abrazo y me llevó dentro.

Destino: Tómame Where stories live. Discover now