Capítulo 3

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Taehyung

Me resultaba bastante gracioso como todos pensaban que Yoongi y yo somos los que menos se llevan bien, claro que eso no significaba que nos odiaramos. Simplemente frente a los demás nunca somos tan unidos, no es algo que planeemos o que lo hagamos a propósito simplemente pasa. Él es la persona más misteriosa que conozco, es poco expresivo y para mi es todo un acertijo. Yo soy todo lo contrario, tiendo a ser hiperactivo, no suelo estar quieto o callado, no siempre soy tan afectivo pero él me hace querer molestarlo de esa manera por lo que siempre intento abrazarlo o enviarle muestras de amor solo para ver su reacción, la disfruto realmente. 

Últimamente mi ánimo decayó mucho, no es que odie a las chicas, es más que obvio que las vemos como a nuestras hermanas, pero a veces no entiendo como es que la gente empieza a cambiar, después de que todos empezaron sus relaciones siempre están ocupados, entiendo que ya todos somos adultos y debemos empezar a ser responsables, pero los cambios tan drásticos me afectan un poco, Yoongi se dio cuenta de mi estado y últimamente nos vemos muy seguido, hoy me envío un mensaje para venir a jugar video juegos.

Hoy salí temprano del trabajo y me dirijo a su departamento, fue un día pesado así que salir temprano y distraerme es bastante bueno. Mi trabajo es muy abrumador pero me gusta, disfruto mucho de los libros y trabajar leyendo es algo que no tiene precio, aunque me gustaría tener un poco más de paz con cualquier libro que leo, tomarme mi tiempo y perderme en las letras, pero como es por trabajo, tengo que leer de cuatro a cinco libros por semana, no leo todos los capítulos y tengo que intentar sacar una buena reseña que convenza al jefe de que se trata de un buen libro para que lo publiquen en la editorial. El jefe es un verdadero genio, tiene un negocio redondo ya que aparte de la editorial es dueño de algunas librerías, muchos libros que no se logran vender bien, los pone con alguna oferta o les hace promoción en sus librerías, así recupera algo de la ganancia perdida. Me agrada ir a las librerías y me gusta leer esos libros a los que mucha gente no les da oportunidad. No tengo mucho tiempo en esta empresa, así que tengo mucho trabajo y no tengo un puesto oficial, aun estoy a prueba, tengo que demostrar que tengo buena visión con los libros, primero para que se apruebe y luego para que sea un éxito a la venta, espero ganarme un buen puesto y que algún día me dejen publicar algo que yo haya escrito.

-Llegaste, por fin.- dijo Yoongi cuando abrió la puerta. -¿No se suponía que saldrías temprano?
-Sí, pero había mucha gente en el super y camine hasta aquí.- no es que estuviera tan lejos, pero tampoco estaba a cinco pasos. Cerré la puerta y camine detrás de él hacia la sala.
-¿Cuándo te compraras tu propio auto?.- Yoongi cree que necesito empezar a hacerme de mis cosas y creo que tiene razón.

Desde que tengo memoria siempre he estado a expensas de que mi hermano Nam me ayude o me saque de líos, sus padres jamás se quejaron de darme todo lo que podían, incluso cuando mi abuela aún vivia. No necesitaba pedir nada, cualquier cosa que le daban a Nam me la daban a mi también, lo mejor de todo esto es que él jamás mostró celos o algo parecido, eran sus padres y yo llegué a invadir su espacio pero él no se quedó viendo como yo me acomodaba en cualquier rincón donde hubiera un lugar, él me hizo un espacio para tener un lugar propio dentro de su familia, compartió sus cosas y compartió a sus padres conmigo, no podía estarle más agradecido. Yoongi tenía razón, debía empezar a tener mis propias cosas, Nam ahora tenía una vida con Lex y aunque me había dejado el departamento seguía preocupándose por lo que yo necesitaba. Ahora era mi turno de demostrarle que puedo ser responsable de mi mismo.

-Solo necesito terminar mi mes a prueba y lo comprare.- le dije y el asintió.
-Estoy seguro que lo conseguirás- dijo él y de inmediato voltee a verlo, todos sabemos de sus buenos deseos hacia nosotros pero es raro que lo diga en voz alta -¡ya, ya! ¿Qué fue lo que trajiste de comer?

La tarde paso rápido, regrese a mi departamento después de las ocho de la noche, me di una ducha y me acosté a leer un poco mientras lograba que me diera sueño, estas últimas semanas no he dormido tan bien y siento que en algún momento va a repercutir en mi trabajo. Siempre he tenido lapsos de insomnio, es horrible, no hay nada que hacer, es de noche y toda la gente duerme, siempre intente no hacer ruido para no molestar a los demás, me quedaba acostado viendo el techo mientras el tiempo pasaba, incluso conseguí de esas pequeñas estrellas de plástico que brillan en la oscuridad y llene el techo con ellas, no me hacían dormir pero tenía algo que mirar en las noches.

 Un día, cuando tenía como ocho años, mi abuela se había ido a trabajar como siempre y yo me había quedado con la familia de Nam, en la escuela me habían dejado investigar algunas cosas de historia y el padre de  mi amigo me enseñó un mueble repleto de libros de varios temas, me dijo que podía tomar cualquiera de ellos siempre y cuando los cuidara mucho, ese día termine mi tarea y al regresar el libro a su lugar me quede observando todos ellos, eran muchos, no entendía a la gente que podia pasar horas leyendo un libro, cuando me dejaban tarea y leía por mas de diez minutos me daba sueño, era muy aburrido. Fue hasta que el señor Kim me dijo que los libros nos transportan a otros mundos, mundos mágicos, cada libro es una aventura nueva y la única regla es dejarte llevar, solo debía encontrar un tema que me interesará y no querría dejar de leer nunca. Aún tenia dudas sobre esto, no podia sacar de mi mente todas las  veces que me quedaba dormido en la mesa por culpa de las lecturas que me dejaban pero pensando en lo que había dicho el papá de Nam nunca había leído algo que me resultara interesante, recuerdo que en ese tiempo los dinosaurios me gustaban mucho y él me dio un libro sobre los tipos de dinosaurios que habían existido, no era un libro tan grande y tenia algunas imágenes pero para mi había sido un logro enorme terminarlo, tres días después de que me lo prestaron regrese con el libro a su casa y le dije que quería otro, desde ese día no pude mantener mis manos lejos de un libro.

Destino: Tómame Donde viven las historias. Descúbrelo ahora