71

72 7 0
                                    

Kiara

Siento algo cálido sobre mi frente y una ligera presión sobre mi mano derecha, cuando este cesa, soy yo quién la aprieta. No hace falta que abra los ojos para saber que el que sostiene mi mano es Aiden.

Todo en mi cabeza es un lio. Los sucesos de aquella noche se trasponen a los momentos que Aiden y yo pasamos justos. Me doy cuenta de que los sentimientos que acompañan a los recuerdos no son míos, y eso hace que todo sea aún más confuso.

Mientras espero a Aiden y a los doctores, noto un leve dolor en mi lado derecho. Mi mano viaja al sitio en el que me duele y para mi sorpresa siento vendaje bajo mis dedos. Presiono un poco y el dolor se intensifica, no mucho, pero si lo suficiente como para percibirlo. Dejo de tocar esa parte cuando alguien toca la puerta, la cual se abre unos segundos después. Creí que al decir "médicos" Aiden se refería a más de uno, pero para mi sorpresa es el padre de mi novio quien entra en la habitación en la que estoy.

- Bienvenida Kiara- dice con una sonrisa, la más sincera que he visto en mi vida- Nos tenías muy preocupados.

- Lo siento.

- No fue culpa tuya- se acerca a mi aliviado- ¿Recuerdas algo? – niego con la cabeza, mintiendo- Te dispararon con una flecha impregnada en acónito en el costado derecho- solo asiento- ¿Me permites mirarte la herida? – vuelvo a asentir.

Me incorporo y mientras el padre de Aiden me quita el vendaje que envuelve mi cintura, mis ojos buscan los de Aiden. Cuando los encuentro su mirada me deja preocupada.

- ¿Qué pasa? – pregunto.

- ¿Por qué le mientes? – no parece muy contento.

- Porque no estoy segura de lo que recuerdo. Tengo muchas imágenes en mi cabeza que se mezclan unas con otras y sentimientos que no tienen sentido alguno.

Dejo de comunicarme con Aiden cuando siento mi piel libre y un escalofrío recorre la zona de mi costado que ahora está desnuda. Miro al señor Hunter y veo que está frunciendo el ceño. Aiden también parece notarlo, aunque no le ve el rostro porque se acerca a él.

- ¿Qué pasa? – pregunto.

- Aquí no hay nada- dice el señor Hunter desconcertado.

- No entiendo.

- Ayer por la tarde revisé tu herida y la infección todavía seguía allí. Tenías una mancha negra bastante grande en el lugar en el que te alcanzó la flecha, pero ahora no hay rastro de ello, solo una pequeña marca que podría ser un moretón. ¿Te duele?

- Un poco cuando hago presión, pero no es nada del otro mundo, puedo soportarlo.

- Esto es muy extraño- dice el padre de Aiden- Bueno, olvidémonos de eso. Lo más importante es que vuelves a estar con nosotros.

Besa mi frente y sale de la habitación dejándome a solas con Aiden.

- ¿Puedo verlo? – pregunta.

Solo asiento. Mira el lugar en el que se supone que debe estar la infección y en el que ahora no hay nada. Sus dedos tocan mi piel y mi cuerpo reacciona estremeciéndose. Él sonríe.

- Me alegra que no hayas perdido sensibilidad aquí.

Vuelve a acariciar mi costado, esta vez mirándome a los ojos y yo me estremezco otra vez.

- Echaba de menos tus caricias.

- ¿A si? – pregunta divertido.

Afirmo con un suspiro cuando su mano se desplaza por mi vientre. Él sonríe.

El vínculo-EditandoWhere stories live. Discover now