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Aiden

Kiara ha vuelto a ser Kiara. Esa chica que me devolvía cada una de mis bromas parecía haber regresado. Tenerla tan cerca hizo que mis corazón latiera más rápido que de costumbre. Quise besarla allí mismo, delante de todos los alumnos que había en los pasillos, y lo hubiera hecho de no ser por Emma, que nos interrumpió. Pero lo que llegó después me sorprendió. Al parecer nuestra conversación la había alterado de alguna forma ya que no era normal que le hablase así a un profesor. Mentiría si dijera que no me gustó como le respondía, pero cuando miré al profesor se me pasó. Ante toda la clase se mantenía tranquilo, pero me fijé en él y vi que no aguantaría mucho más y que acabaría explotando. Cuando dieron por zanjada la conversación, miré a Kiara con desaprobación, no lo hice por él, sino por ella, temía que le dijera algo que le hiciera daño.

El timbre que da por finalizada la jornada escolar suena y yo sigo buscando a Kiara. Emma me dijo que el de matemáticas quiso hablar con ella, así que esperé a que apareciera, pero nunca lo hizo.

- ¿Sabes algo de ella?- le pregunto a Emma.

- No, la estoy llamando y no contesta.

- ¿Crees que la habrán expulsado?

- Ni idea, pero ella no se va sin decir nada, iré a su casa para ver si está bien- ambos nos dirigimos a la salida.

- ¿Te importa que vaya yo?- Emma me mira sorprendida.

- ¿Cuando se lo vas a contar?- la miro- Aiden, estás enamorado de ella desde que recuerdo, díselo, y acabad con toda esta tontería.

- Ella solo me ve como un amigo.

- Si claro, eso no se lo cree ni ella- ¿cómo?

- ¿Siente algo por mí?

- No me lo ha dicho con esas palabras, pero si Aiden, siente lo mismo que tú por ella. Habla con ella, díselo, y créeme cuando te digo que no pierdes absolutamente nada diciéndoselo.

Emma es su mejor amiga, la conoce bien y no puedo evitar sonreír ante sus palabras, al menos creo que tengo una oportunidad.

- Vale- le doy un beso en la mejilla y salgo del aparcamiento.

- Buenas tardes señora Lynwood.

- Hola, Aiden. Pasa, pasa. Kiara está en su habitación. ¿Ha pasado algo?- la miro sin entender- Ha llegado a casa y se ha ido directamente a su habitación, no ha dicho ni una sola palabra.

- Que yo sepa no, ahora hablo con ella- ella asiente y se va al salón.

Subo las escaleras y la preocupación se ha acomodado en mi cuerpo. Golpeo suave la puerta de su habitación, pero nada, no contesta. Vuelvo a golpear, ahora con un poco más de fuerza. Sigue sin contestar así que abro la puerta y entro. Está tumbada en la cama. Me acerco y veo que está dormida. Me siento en el sillón que está en la pared contraria a la de su cama y la observo dormir. Minutos más tarde la veo moverse y abre los ojos. Su mirada se encuentra con la mía y me sorprendo al verla tan tranquila.

- ¿Llevas mucho tiempo mirando?- pregunta acomodando su brazo izquierdo bajo su cabeza.

- No tanto.

Me levanto y me acerco a ella. Me siento en el suelo y la miro. Ahora que estoy más cerca puedo notar que sus ojos están hinchados. ¿Estaba llorando?

- Te fuiste.

- No tenía ganas de seguir en el instituto- está totalmente decaída.

El vínculo-EditandoWhere stories live. Discover now