59

124 12 0
                                    

Aiden

Como nos hemos levantado temprano, tenemos toda la mañana por delante, así que me llevo a Kiara a enseñarle los alrededores. Desde que salimos de casa Kiara no ha dicho palabra alguna, simplemente admira los maravillosos paisajes que se extienden a nuestro alrededor. En sus ojos se puede ver que está anonadada por todo lo que la rodea, observa todo como un niño pequeño observa un parque de atracciones. Sus ojos muestran sorpresa con cada sitio por el que pasamos. Me gusta ser yo quien le muestra todo esto. Su reacción ante todo lo que ve es indescriptible y de alguna forma me siento muy orgulloso de que tenga la misma conexión con el bosque y la naturaleza que tengo yo. Tras tres horas de caminata, nos detenemos al lado de un río. Hay un tronco en el suelo que nos sirve de banco improvisado. Kiara se sienta y suspira.

- ¿Cansada? – pregunto dentándome a su lado.

- Un poco- me sonríe mientras se estira.

Estamos en un silencio muy cómodo durante bastantes minutos, y mientras ella disfruta del paisaje, yo disfruto mirándola a ella.

- Es una pena que las personas se dejen llevar por la rabia y el odio- dice de la nada- Entiendo que él lo vio como algo malo, pero no le dio ningún derecho para hacer lo que hizo, y lo que sus seguidores siguen haciendo. Me alegro de que mi padre eligiera separarse de su familia. Ahora que lo pienso, debió de ser duro dejar a su familia para ayudaros a vosotros. Lo que más me molesta es que estaba muy enfadada con el porque casi nunca estaba en casa. Ahora entiendo por qué, y me siento mal conmigo misma por no haber preguntado.

- Ey, no es tu culpa, ¿vale? No decidimos la familia en la que nacemos y lo más importante es el camino que cada uno de nosotros elige. Lo que tus antepasados hicieron no te describe para nada, tú eres tú y lo que haces, nada más- odio que se esté culpando por algo que no hizo- Para el ser humano, y para nosotros claro, es más fácil dejarnos llevar por sentimientos negativos, es más fácil odiar que amar. Odiar a alguien parece que nos sale natural, pero a la hora de pensar en que podemos enamorarnos de alguien, es simple idea nos aterra. El mal siempre tienta más que el bien, es más fácil hacer algo malo que algo bueno, pero de lo que no nos damos cuenta es la satisfacción que nos proporciona un acto bueno.

- De todas formas, Aiden, ¿Qué pasaría si el sueño ese que tuve se convirtiera en realidad? ¿Y si realmente mi destino es convertirme en cazadora? Prefiero morir antes que matar a alguno de los vuestros, o peor aún, a ti.

Siento como el enfado se va instalando en mi interior, pero no solo es enfado, el sentimiento está mezclado con pena. Estoy enfadado porque Kiara cree que puede hacerme daño. Siendo honesto ella es la única que puede hacerme daño, pero no de la forma que ella cree. Sé que no me mataría, al igual que se que no me abandonaría. Viéndolo desde mi punto de vista, la Muret sería mucho más llevadera que el abandono. También siento pena porque tenga ese tipo de pensamientos, el hecho de que su familia sean cazadores, no la convierte en uno de ellos. Hay personas que hacen mucho daño a otras, pero como le dije a Kiara hace unos instantes, no somos nuestra familia, ni mucho menos nos definimos por sus actos, nuestros antepasados no tienen ninguna influencia sobre nosotros, aunque si podemos usar sus acciones para aprender de ellas, y no solo aprender lo bueno sino también lo malo para no volver a cometer los mismos errores que ellos.

Como de costumbre, acuno su rostro entre mis manos. No está llorando. Las lágrimas llenan sus ojos, pero ninguna de ellas se atreve a caer.

- Escúchame bien. Conozco a Kiara Lynwood, la conozco mejor de lo que me conozco a mí, y estoy seguro de que ella no haría nada contra los hombres-lobo. No eres tus antepasados a pesar de llevar su apellido. Así que no te atormentes más por lo que pueda suceder, porque si de algo estoy completamente seguro es de que la chica a la que estoy mirando a los ojos en estos momentos es única en su especie- mis palabras le sacan una tímida sonrisa- Te quiero lobita- deposito un beso en su nariz.

Ella me abraza apoyando su cabeza en mi pecho. Instantes más tarde levanta la cabeza, me mira a los ojos y sonríe.

- Te quiero Hunter.

Cuando volvemos a la cabaña, el olor proveniente de ella es increíble, tanto que si no como en unos minutos, me llenaré solo con el olor.

- ¿Qué tal el paseo? – le pregunta Will a Kiara.

- Increíble, no sabía que había paisajes tan bonitos. Una persona normal no sería capaz de verlos, cosa por la que me alegro, esos lugares están mejor escondidos que a la vista.

- Me alegro de que te haya gustado.

- ¿Y a mí no me vas a preguntar qué tal?

- No te pongas celoso Aiden- me responde con una sonrisa a lo que Kiara se ríe también- Por cierto, esta noche no la voy a pasar en la cabaña, tengo asuntos que atender- asiento, a pesar de que la curiosidad por saber cuáles son esos asuntos me invade- ¿Estaréis bien solos?

- No te preocupes, cuidaré bien de Aiden- dice Kiara demasiado seria.

- Sé que le dejo en buenas manos- responde Will- Estaré muy tranquilo siendo tú quien le cuide.

- ¿Perdón? – digo.

- No te preocupes Kiara, Aiden suele portarse bien- no doy crédito a sus palabras. Will está muy serio, mientras que Kiara está convulsionando por contener la risa.

- Ahora veremos quién necesita una niñera.

Ante mis palabras, Will sale de la cabaña y yo le sigo. Ambos nos convertimos y jugamos un poco.

- Voy a darme una ducha- avisa Kiara después de ayudarme a ordenar las cosas de la cena

-Vale, iré después de ti.

Subo a la habitación y me encuentro a Kiara en mi habitación llevando solo una toalla alrededor de su cuerpo. Desde donde me encuentro veo que su pelo está mojado, por lo que deduzco que acaba de ducharse. Verla casi desnuda hace que mi determinación y mi autocontrol se tambaleen. Me doy la vuelta y me dirijo hacia la cama para estirar el edredón, el cual no tiene ni una sola arruga, pero no puedo mirarla por más tiempo.

- He venido a buscar la camiseta que me dejaste la otra noche.

- En el armario hay unas cuantas, coge la que más te guste.

Me siento al borde de la cama dándole la espalda a Kiara.

- No te des la vuelta que no llevo nada encima.

Trago con dificultad.

- No me hacía que me dieras ese tipo de información, ¿sabes?

- ¿Tú autocontrol está fallando alfa? – su voz ya no suena como antes, ahora se escucha un tono provocativo en ella y también se escucha un matiz sensual, es algo lento y bajo- Creí que eso no os fallaba nunca.

Me levanto de la cama y me dirijo hacia donde se encuentra, pero me detengo a una distancia prudente. La observo unos instantes y ella se muerde el labio inferior haciendo que quiera besarla en este mismo instante. La miro mejor y he de decir que mi camiseta le queda mejor que a mí, y aunque eso sea el mayor cliché que existe, es la verdad, se ve muy bien con ella sobre su cuerpo. Me acerco un poco más y digo en un susurro.

- No me tienes lobita, por algo el lobo feroz es feroz y Caperucita le teme.

- No soy ese tipo de Caperucita, esta Caperucita está perdidamente enamorada del lobo feroz- dice colocando sus manos sobre mi pecho, acto que hace que mi cuerpo reaccione al calor que desprenden sus palmas. Ella acerca aún más su cabeza hacia la mía tanto que nuestros labios están a punto de unirse, cuando Kiara habla- Y también tiene sueño, así que buenas noches- me da un beso en la mejilla y sale de mi habitación dejándome descolocado, pero no solo por lo que acaba de pasar sino tambiénporque nunca había visto a una Kiara así, y la verdad es que esa parte de ellame gusta igual que la dulce e inocente.

El vínculo-EditandoWhere stories live. Discover now