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Kiara

Ya van dos veces que Aiden se queda a dormir en mi habitación, y dos son las veces en las que cuando me despierto él no está. Esta vez mis ojos le buscan por la habitación con una mínima esperanza de encontrarle, pero no sucede y una ola de tristeza me invade. Mi mente se pregunta cómo sería dormir y despertarse a su lado, y esas dos imágenes aparecen delante de mi haciendo que mi cuerpo se estremezca ante ellas. Ya no puedo seguir engañándome e intentando ocultar lo que siento por él, porque no es normal que el más simple gesto suyo me haga temblar de pies a cabeza.

Me lavo los dientes y me visto con lo primero que pillo, unos leggings y una camiseta ancha y bajo a desayunar. Grace y mis padres están sentados a la mesa, ellos parecen haber desayunado ya.

- Buenos días- digo tapándome la boca mientras bostezo.

- Buenos días- responden los tres a la vez, lo que hace que los cuatro nos riamos.

- Son las ocho de la mañana Kiara, ¿estás bien?- pregunta mi madre.

Arrugo la nariz mientas meneo la cabeza y entrecierro los ojos. No es secreto de estado que los fines de semana me levanto tarde, pero hoy no tenía mucho sueño que digamos.

- ¿Qué tal ayer?- pregunto desviándome del tema.

- Bien, tu tía preguntó por ti- miro a mi madre- Hace mucho que no te ve.

- Ya iré, ¿algún plan para hoy?

- Pensábamos pasar el día en el parque Tweedsmuir, ya sabes, andar un poco, disfrutar de la naturaleza, ese tipo de cosas- dice mi padre.

Asiento sonriendo. Desde que tengo uso de razón me encanta la naturaleza. De pequeña, cuando mi abuelo vivía en el pueblo, ambos solíamos pasar todo mi tiempo libre en las montañas. Me llevaba de excursiones por sitios que muy pocos conocían, y a veces desaparecíamos durante tres días y nadie sabía nada de nosotros. Mi madre nunca se preocupó por esas salidas, sabía que mi abuelo no permitiría que me pasara nada malo. Me gusta recordar esos tiempos. Ahora mi abuelo vive en Vancouver y son muy pocas las veces que le veo y la verdad es que le echo demasiado de menos.

- Perfecto, cojo mis cosas y en diez minutos podemos salir.

- Danos al menos media hora torbellino- mi madre tiene una gran sonrisa iluminando su cara.

Asiento y subo a mi habitación para prepararme.

Mientras meto cosas en mi mochila, mi móvil suena, es un mensaje.

"Buenos días lobita"

Y se me pone la piel de gallina de inmediato. A pesar de no tener el número de Aiden guardado en la memoria del teléfono, sé que es él, es el único que me llama así. Antes de contestarle guardo su número.

"Buenos días a ti también"

"Qué rápida, creí que estarías durmiendo todavía" Acompaña el mensaje con una carita sacando la lengua.

"Hoy he madrugado, estamos a punto de salir"

"¿Cual es el destino?"

"Tweedsmuir Park"

Tiro el teléfono a la cama y me visto con ropa deportiva, unos leggings de color turquesa, una camiseta ancha, blanca y de manga corta y una zapatillas deportivas. Cojo un sudadera gris y la cazadora ya que está empezando a refrescar bastante últimamente. Preparo una mochila de pequeño tamaño y vuelvo a coger el móvil.

"Me encanta ese sitio, hace mucho que no voy por allí"

Me debato en si invitarle o no, pero al final no lo hago, quiero pasar tiempo con mis padres, y más porque ahora mi padre parece estar más centrado en nosotras que antes. Antes de que conteste mi móvil vuelve a sonar.

El vínculo-EditandoWhere stories live. Discover now