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Kiara

- ¿Qué te vas a poner?- me pregunta Grace.

- No tengo la menor idea, pero seguro que algo cómodo, ¿me ayudas?

Buscamos entre mi ropa y Grace saca unos leggins con efecto ante negros y una blusa holgada de tirantes finos y de color vino rojo.

- ¿Qué te parece?

- Me encanta, ¿zapatos?

- ¿Botines?

- Perfecto.

Me encantan los botines, las botas no tanto, pero unos botines con tacón grueso me gustan demasiado. Una vez vestida, me miro en el espejo de mi habitación mientras que Grace me pasa mi cazadora de ante marrón con flecos en la espalda, que hace juego con los botines, también de ante marrones. Me la pongo y vuelvo a mirarme en el espejo. Sé que puedo sonar presumida, pero las palabras salen de mi boca.

- Me veo genial.

Grace sonríe.

- Siempre lo estás.

Le doy un abrazo a mi pequeño renacuajo y ambas salimos de mi habitación. Mi madre está en el salón leyendo un libro. Mi afición a la lectura la he heredado de ella. Está tan concentrada en lo que está leyendo, que no se da cuenta de que la miramos.

- Mamá- Grace intenta llamar su atención, lo consigue.

- Cielo- sonríe.

- Me voy a casa de Emma y luego iremos a la fiesta del granero.

- Tened cuidado.

- Descuida.

Me da un abrazo seguido de un beso en la frente. Le doy uno a Grace también en la frente y salgo de casa.

La casa de Emma no está demasiado lejos de la mía, aunque tampoco es que esté cerca. No creo en esas cosas del sexto sentido ni nada, pero mientras camino tengo la impresión de que alguien me está siguiendo. Desde los dos últimos acontecimientos, el lobo de mi casa y los que se movía mientras Aiden me acompañaba a casa, empiezo a creer que tal vez las leyendas de Rocky Cave pueden ser más que leyendas. Todavía es de día y has gente en la calle, pero algo me dice que realmente alguien me sigue. Antes de llegar a la casa de Emma, me giro una cuantas veces pero ningún transeúnte me parece sospechoso.

Al llegar a casa de Emma, me abre su hermana.

- Kiara, cuánto tiempo- me abraza.

- Hace siglos que no te veo, estás genial.

Eva es tres años mayor que Emma y la última vez que la vi era una chica a la que le encantaban las locuras, por lo que veo, su forma de vestir ahora más madura, ha madurado.

- Tú también estás genial.

- Gracias, ¿Em está en su habitación?

- Si, acaba de llegar, sube- empiezo a subir las escaleras cuando Eva vuelve a hablar- Me alegro de volver a verte.

- Yo también.

Una vez arriba entro en la habitación de Emma. A diferencia de mi amiga, yo siempre toco la puerta antes de entrar, pero esta vez no es necesario ya que esta está abierta. Como no está en su cuarto, me siento sobre su cama y empiezo a ojear una revista que hay tirada en la cama.

- Hola- dice entrando en la habitación envuelta en una toalla- Acabo de ducharme.

- ¿De verdad? No lo habría adivinado- Em me tira un peluche.

El vínculo-EditandoWhere stories live. Discover now