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Kiara

- Menuda cara tienes hoy- me dice mi madre mientras me sirve el desayuno- ¿Has dormido bien?

- No, he tenido una mala noche.

- Por eso durmió conmigo, ¿a qué si?

Simplemente asiento y empiezo a desayunar. Tengo mucho sueño y un dolor de cabeza horrible, así que después de desayunar subo a mi habitación. El día ha mejorado respecto a la tarde de ayer y aunque no haga calor el sol hace acto de presencia colándose por una pequeña rendija que hay entre las dos cortinas que aún cubren los cristales de las puertas. Al moverlas la luz del día ilumina mi habitación. Abro la puerta para que entre aire fresco y empiezo a ordenar un poco. La curiosidad me puede y salgo al balcón. Mis ojos se dirigen automáticamente al lugar en el que estaba ese animal ayer y del que hoy no hay ni el más mínimo rastro. Bajo y salgo para cerciorarme de que no queda nada de él y efectivamente no hay ni una sola huella. Vuelvo a mi habitación y sigo ordenando. Mientras lo hago pienso en qué hubiese pasado si se seguía acercando, ¿habría saltado? O se hubiera ido si yo hubiese hecho algún tipo de movimiento, esa no parece una buena hipótesis puesto que lo más probable es que hubiera acabado siendo su cena. No puedo evitar pensar en que era enorme en comparación con los lobos que vi de pequeña en el zoo, eso o que mi imaginación me estaba jugando una mala pasada, si era eso, no podía ser otra cosa. A la hora de la comida estamos los cuatro sentados a la mesa. Finalmente mi padre va a llevar a Grace a la fiesta de los gemelos Hunter, pero no todo pueden ser buenas noticias, resulta que la señora Hunter nos ha invitado a todos a paras la tarde en su casa, y como no puede ser de otra manera, no supe decir que no. Tenemos que estar allí a las cuatro de la tarde así que después de comer subo a mi habitación a arreglarme. Me pongo un peto vaquero con una camiseta de manga corta debajo, unos botines marrones de tacón medio y mi cazadora de ante favorita. En cuanto al maquillaje, como siempre solo me echo un poco de máscara en las pestañas, nunca me ha gustado echarme maquillaje, me parece algo para lo que hay que tener muchas paciencia, y para este caso no la tengo. Bajo al salón y le digo a mi madre que me haga dos trenzas de raíz. Grace baja y al ver que mi madre me está peinando, me da el cepillo y me dice que le haga un moño alto. Grace lleva puestos unos leggins con una camiseta de manga corta ancha y unas zapatillas, quería ponerse sus Converse, pero mi madre le dijo que no porque había llovido el día antes.

- ¿Van a venir muchos compañeros vuestros?- le pregunto a Grace mientras vamos en el coche.

- De clase creo que seremos solo seis, pero la familia de los chicos es grande así que no sé cuántos seremos exactamente.

Que yo recuerde la familia de Aiden no es tan grande, su padre tiene una hermana y un hermano y su madre dos hermanas, y que yo sepa Logan no tiene hermanos, pero del resto no tengo ni idea. Llegamos antes de tiempo por lo que es normal que no haya todavía coches estacionados en la entrada. El jardín de los Hunter es más grande que el nuestro, tiene una parte delantera igual que la nuestra pero la parte de atrás es el doble de la nuestra. Su casa es igual que la nuestra, dos plantas y un porche fuera, nunca he estado dentro así que por ahora no puedo compararla con la nuestra. La señora Hunter sale a recibirnos cuando mi madre toca el timbre.

- Que bien que hayáis llegado antes, así tendré un poco de ayuda- dice cogiendo nuestros abrigos- Mason, James está en el jardín- mi padre asiente y se va- Y vosotras chicas, menos tu Grace- sonríe a mi hermana y ella se va a buscar a los gemelos- necesito que me ayudéis a preparar las cosas- mi madre y yo asentimos.

Ayudamos a la señora Hunter a preparar lo que los niños van a comer y beber y lo llevamos todo al jardín de atrás, donde se celebra la fiesta. Llevamos ya unos cuarenta minutos en casa de los Hunter y no hay rastro de Aiden, no es que quiera verle, pero se me hace raro que no esté merodeando por aquí y ayudando. Me siento en una de las sillas de madera que Mía, la madre de Aiden, ha sacado de la cocina. Odio sentarme en las sillas de plástico, me da miedo que se rompan, no son de fiar. Los gemelos aparecen con mi hermana, hasta ahora no les he visto, así que le s saludo.

El vínculo-EditandoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora