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Aiden

Desde niños nos han contado el cuento de la Caperucita Roja, todos sabemos la historia de la niña que va a visitar a su abuelita que vive en el bosque y que acaba encontrándose con el lobo y se la come, bueno algo así. A mí nunca me la contaron, solo escuché partes de ella, nunca entera, pero lo que si vi fue la película, esa que trata del hombre lobo y la chica de la caperuza roja. Y ahora que veo a Kiara disfrazada de Caperucita, la película me gusta todavía más. No lleva nada exagerado ni tampoco algo con lo que enseñe demasiado, de hecho no enseña casi nada de piel a excepción del ligero escote de su vestido, y está prefecta así. Soy de los que piensan que las chicas tienen todo el derecho del mundo a vestirse como les da la gana, pero no soy muy fan de las chicas que enseñan demasiado, de esas que parece que van con un bikini en vez de con ropa. Pero repito, cada una de ellas puede vestirse como quiera.

No voy a mentir, ver la mitad de su rostro pintada como si fuera un lobo, de alguna forma me llena de orgullo. Con ese disfraz da a entender mucho más de lo que ella cree. Aunque probablemente no lo sepa, al haberse pintado así muestra que en un cuerpo existen dos seres diferentes que conviven, y que esa convivencia es posible y se puede controlar, algo que los cazadores no entienden.

- No me mires tanto.

- Eres mi novia, es normal que te mire.

- Harás que me sonroje- acerco mi cara a la suya y deposito un suave y corto beso en sus labios.

- Me gusta cuando te sonrojas.

Como si mis palabras tuvieran algún tipo de poder mágico, veo como sus mejillas de tornan rojas. Baja su cabeza y luego la levanta de lado con las cejas arqueadas y con una sonrisa curvando sus labios.

He de decir que los que han adornado los pasillos que llevan al gimnasio y el gimnasio han hecho un trabajo increíble. Hay tumbas, esqueletos, arañas en sus telas, murciélagos colgando del techo y un montón de cosas más. Si a eso le añadimos que las luces del pasillo están ligeramente encendidas, tenemos el escenario perfecto. En el gimnasio hay menos cosas, pero aún así el ambiente es perfecto. Nunca me ha gustado Halloween, pero creo que desde hoy me va a gustar. Estoy apoyado en una de las paredes del gimnasio y veo como Kiara baila con uno de los jugadores de hockey de nuestro equipo.

- Emma está igual- me dice Logan.

- Suerte que estamos seguros de sus sentimientos hacia nosotros.

- Si- suelta el aire pesadamente- Sino no creo que esto acabara bien.

Las chicas vienen hacia nosotros y a mí se me ocurre una idea.

- ¿Salimos un rato?- pregunto.

- Si, necesito un poco de aire fresco- asiente Emma.

Se nos hace algo difícil salir por la cantidad de personas que hay en el gimnasio, pero una vez que alcanzamos el pasillo salimos rápido. Ya fuera me acerco a Logan.

- Te importaría hacernos una foto a Kiara y a mí.

- Claro.

- Pero alejémonos un poco más- le guiño el ojo a mi primo y él parece que ha entendido lo que pretendo hacer.

Las chicas nos miran sin entender muy bien a lo que me refiero y eso es lo que quería. Lejos del edificio y sin nadie que no vea me paro al lado de Kiara para la foto. La sorpresa inunda su rosto cuando ve que me transformo y me paro a su lado.

- Ahora somos Caperucita y el lobo feroz.

Ella me mira con los ojos llenos de alegría y sonriendo ampliamente. Una calidez grata anida en mi interior al ver su reacción.

El vínculo-EditandoWhere stories live. Discover now