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Kiara

No he sabido nada de Aiden en todo el fin de semana. Ni una sola llamada, ni un solo mensaje, absolutamente nada, es como si hubiese deaparecido. No voy a mentir, le llamé dos veces a su móvil e intenté unas cuantas veces ponerme en contacto con él por telepatía, pero al ver que no me contestaba por ninguno de los medios decidí dejarlo, darle tiempo, aunque eso no quita el hecho de que le eche de menos y me coma la cabeza. Camino hacia el instituto sumida en mis pensamientos. Me he pasado todo el fin de semana pensando en lo que sucedió la noche del viernes y no doy con ninguna razón coherente para que Aiden haya actuado como lo hizo. Sé que no debería hacerlo, pero un parte de mi se pregunta si yo tengo la culpa de lo sucedido.

- Esa expresión no me gusta para nada- dice una voz y no me hace falta mirar pasa saber que se trata de Logan.

Cierro la taquilla y le veo.

- ¿Sabes algo de Aiden? – pregunto con el ánimo por los suelos.

- Así que es eso- asiento- Le vi un rato el sábado por la mañana, pero estaba raro- me mira analizando mi expresión- ¿Qué ha pasado?

- No lo sé- digo con tono aún más triste para luego morderme la parte interior de la mejilla para que ninguna lágrima no escape.

Logan lo nota, tira de mí y me da un abrazo. Enrosco mis brazos alrededor de su cintura y suspiro. No sabía que necesitaba este abrazo. Odio mostrarme débil en momentos como este, aún más cuando sé que estoy exagerando bastante las cosas, pero no puedo evitarlo, me duele que me haya dejado así, sin explicación alguna y lo peor de todo es que no se nada de él.

- Cuando quieras me lo cuentas- me dice.

Solo asiento aún con la cara pegada a su pecho, él deposita un beso en mi cabeza y luego me separo de él. Me regala una de esas sonrisas suyas que consiguen tranquilizarme. Me despido de él y me voy clase.

Las horas pasan y como me imaginaba, Aiden no aparece. No tengo ni la más mínima idea de lo que le está pasando ahora mismo por la cabeza, pero no aparecer en clase y no explicarme lo sucedido el viernes me parece más una actitud de un niño de cinco años que la de un chico de casi dieciocho años. Mi preocupación se ha transformado en rabia en cuestión de horas. Estoy enfadada con él por esconderse.

A la hora de la comida me siento en una mesa diferente a la de costumbre porque me apetece estar sola, o eso creo. Logan se acerca con su bandeja y con la cabeza me señala que salgamos de la cafetería. Le hago caso y le sigo. Terminamos comiendo sentados en el suelo debajo de las escaleras. Comemos en un cómodo silencio que finalmente es roto por Logan.

- Venga princesa, no puedo verte con esa cara- levanto la vista y le miro directamente a los ojos- Cuéntamelo.

- La verdad es que no sé qué es lo que ha pasado.

Le cuento a Logan lo que sucedió el viernes. Muchas chicas se sentirían más cómodas si se lo contasen a su mejor amiga, pero eso a mí siempre me ha dado igual, sé que puedo confiar tanto en Em como en Logan, ambos son los mejores amigos que tengo y me siento cómoda con ambos por igual. Probablemente se lo habría contado a Em antes que, a Logan, pero hoy no ha venido a clase, y como dije antes sé que puedo confiar en ambos por igual.

Como de costumbre Logan escucha atentamente y sin interrumpirme, cuando termino me mira, pero se toma unos segundos, o tal vez minutos, para procesar lo que le acabo de contar y responder de forma adecuada, mejor dicho, darme una respuesta sincera y que me sirva para relajarme, aunque sea un poco. Mientras me mira, apenas unos segundos, puedo ver que el color de sus ojos es muy parecido al de los de Aiden, claro, son primos, me digo a mí misma. Recordar esos ojos que parecen las llamas de una hoguera hace que las lágrimas se amontonen en mis ojos.

- Creo que actuó así porque estaba asustado- abro los ojos como platos- No me mires así, Aiden también se asusta, aunque parezca imposible- sus labios se curvan en una ligera sonrisa, por desgracia los míos no- Verás, los hombres lobo somos más fuertes que los humanos, aunque eso ya lo sabes- asiento- Pues cuando se trata de sexo pasa lo mismo. No soy un experto en el tema porque Emma es como yo. Claro que la primera vez fui con cuidado, como pasa con la mayoría, pero no tuve el miedo que supongo que sintió Aiden, el poder hacerte mucho daño. En nuestro interior siempre hay dos identidades y la lobuna es la que más esfuerzo y concentración requiere para ser controlada. Si ya de por si es difícil de controlarla en el día a día con los diferentes factores que la alteran, puedes hacerte una idea de lo que supone controlarla en ese momento específico. Y si a eso le sumas que eres humana...

- Puede hacerme aún más daño.

- Más del que imaginas. El lobo de nuestro interior siempre quiere ser la parte dominante, no soporta que la parte humana sea la que lo controle. No le justifico por haberte dejado así, sin explicarte lo sucedido, tampoco es que este al cien por cien seguro de que esa fue la razón, pero conociéndole, fue por eso, tu seguridad para él es lo más importante.

- ¿Crees que me dirá por qué algún día? - realmente quiero saber si de verdad es por eso y no por otra cosa.

- No lo sé princesa, pero debes entenderle. Si hasta se fue un año porque no podía controlar sus sentimientos por ti.

Levanto la cabeza para mirarle directamente a los ojos. No tenía ni idea de la razón por la que Aiden se ausentó un año, lo que menos me esperaba es que hubiera sido por mi.

- No lo sabías- niego con la cabeza- Aiden empezó a sentir algo por ti el primer día que te vio. Los sentimientos que florecieron en su interior fueron muy fuertes ypor aquel entonces él no tenía ni idea de como afrontarlos. Tú por aquel entonces empezaste a salir con el chico ese y eso hizo que las cosas fuesen más difíciles para él. Por eso se marchó, le daba miedo sentir eso y que no fuera correspondido. Personalmente creo que fue una estupidez, yo me habría acercado e intentado entablar conversación contigo, en vez de hacerte bromas pesada, bromas que por cierto tu contraatacabas. Era gracioso veros así y no saber la razón. Aunque supongo que debí darme cuenta de porque lo hacía, pero no fue así. Ahora que lo pienso creo que así intentaba acercarse a ti- sonríe- Es Aiden, de él uno puede esperarse cualquier cosa.

- Me contó que cuando os enamoráis lo hacéis solo una vez, y que el sentimiento es muy profundo y fuerte.

- Si, entre un hombre lobo y su pareja se crea un vínculo indestructible, solo la muerte de uno de nosotros puede rasgarlo, pero nunca romperlo. Me podría pasar horas explicándotelo, pero nunca llegarías a entender lo que se siente, es algo que hay que vivir en propia piel.

Sus palabras pueden parecer duras, pero las entiendo, sé que al no ser como ellos no puedo sentir todo lo que Aiden siente y eso me entristece porque se que a pesar de que lo dé todo y mis sentimientos hacia el sean fuertes, nunca será igual a lo él siente por mí. Me gustaría saber cómo es ese vínculo del que Logan acaba de hablarme, enamorarme de esa forma tan fuerte y poder vivir el amor como algo así.

- Lo sé, ¿crees que soy suficiente para él? – la pregunta sale de mi boca sin que me dé cuenta.

Logan para de comer, se acerca a mí, lo que me obliga a ponerme en pie, y coge mi rostro entre sus manos. Obviamente la sensación no es la misma que cuando Aiden lo hace, pero me gusta, me hace sentirme segura.

- Escúchame, ni se te ocurra pensar eso. Lo eres todo para Aiden, ese chico recibiría una bala de acónito por ti- no tengo ni la más remota idea de lo que es el acónito ni de lo que puede provocar, pero no pregunto, dejo que siga porque en estos momentos necesito escuchar lo que me va a decir- Él te ha elegido y tú a él también.

- Y si resulta que está equivocado y no soy yo, que pasará si de repente un día se cruza con una loba como él y se enamora de ella como lo hacéis vosotros- las lágrimas empiezan a llenar mis ojos al pronunciar esas palabras.

Logan me atrae hacia él y pasa sus brazos alrededor de mis hombros, le devuelvo el abrazo.

- No te cambiará por nadie, estoy completamente seguro. Tú eres lo que más le importa ahora mismo y siempre será así.

Sus palabras son alentadoras y me golpean de tal forma que siento como las lágrimas escapan de mis ojos y ruedan por mis mejillas. A pesar de que quiero creerle, hay una pequeña parte de mí que no quiere creerle, y por muy pequeña que sea, causa estragos en mi interior.

El vínculo-EditandoWhere stories live. Discover now