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Kiara

Aiden y yo estamos en un parque infantil, y como pasó con los recuerdos anteriores, soy solo una mera espectadora. A lo lejos veo a una niña rubia con dos coletas que se encuentra de pie sobre la plataforma de un tobogán. Me invade una sensación de familiaridad, pero sigo sin saber de qué se trata. Tampoco sé si el sentimiento es mío o de Aiden, pero no le doy mucha importancia ya que la escena me intriga. Siento a Aiden a mi lado, pero cuando me giro no le veo. En este momento la curiosidad puede conmigo y Aiden pasa a un segundo plano.

La niña parece indecisa, no sabe si deslizarse por el tobogán o cruzar el puente hacia el otro lado. La escena se hace cada vez más nítida en mis propios recuerdos, pero todavía no sé de qué se trata. Sigo observando la escena. Ella parece querer cruzar ese puente, pero los niños que están al otro lado no paran de saltar y hacer tonterías. Una leve pincelada de tristeza aparece en su rostro y se instala en mi ser como si el sentimiento fuera mío. Ella está molesta porque los niños no paran de saltar y ella no puede cruzar al otro lado. A lo lejos, un niño rubio llama mi atención. Sus ojos están fijos en la niña. Cuando éste ve su frustración, se dirige hacia ella. Se para justo detrás de ella, pero la pequeña no se da cuenta de ello, está demasiado ensimismada con cruzar.

- Hola- dice el pequeño haciendo que ella dé un pequeño saltito al escuchar su voz.

Sonrío ante la imagen con la cual me siento cada vez más identificada.

- Hola- dice ella sonriendo por educación.

- ¿Quieres que te ayude? – pregunta.

Percibo como la niña duda, pero finalmente habla.

- Quiero cruzar, pero se mueve mucho- dice mirando el puente.

La misma tristeza que la niña siente la siento yo, lo que vuelve a desconcertarme.

El niño la mira con dulzura y algo nace dentro de ella. Él la coge de la mano. Las mejillas de ella adquieren un bonito color rosa y el sentimiento que nació hace unos segundos crece un poco más con cada segundo que pasa, aunque ella no tiene ni idea de que esto está sucediendo porque es muy pequeña para entender algo tan complejo. Ella se siente segura, sabe que puede confiar en él a pesar de haberle conocido hace unos instantes. Ese sentimiento de confianza y seguridad que ella tiene es el mismo que yo tengo cuando estoy con Aiden, e incluso cuando no estamos juntos. Sé que él siempre estará allí para salvarme. Cuanto más siento lo que la niña siente más familiar me resulta todo. Siento la calidez de la mano del niño como si fuera yo a quien está cogiendo de la mano. Esa calidez hace que mi cuerpo tiemble en respuesta. Siento todo a mi alrededor girar y todo cobra sentido.

La niña soy yo. Ante esta escena, el recuerdo que estaba dormido en mi interior despierta. No recordaba esto. No tenía ni idea de que había pasado, pero por lo visto estaba guardado en mi memoria esperando ser encontrado. A pesar de que el recuerdo ha sido desbloqueado, no logro ver más allá del momento en el que me encuentro ahora. Es como si se tratase de una película de cine, la cual, aunque quieras no puedes adelantar para ver que sucede.

- Te ayudaré a cruzarlo, pero antes tienes que hacer una cosa por mi- ella le mira sin entender- Quiero que vuelvas a sonreír como lo has hecho hace unos minutos- e inmediatamente una sonrisa preciosa se dibuja en la cara de ella- ¿Preparada? - ella solo asiente sonriendo.

Él la guía por el puente y mientras lo cruzan, su miedo va desapareciendo a cada paso que dan. Ella confía en él. Ya están al otro lado, pero siguen cogidos de la mano. Suben unas escaleras y hay otro tobogán, este un poco más alto que el primero. Ella todavía no ha soltado su mano. Él se gira y la mira, ella sonríe. Él suelta su mano.

- Te veo abajo- dice antes de deslizarse por el tobogán.

Ella se sienta y se desliza también. Va demasiado rápido y acaba sentada en la arena del parque. Ambos se ríen. Él le tiende la mano y ella acepta sin dudarlo. La ayuda a levantarse. Ambos están un rato mirando el uno al otro, puedo sentir como ella se pierde en sus ojos, de la misma forma en la que yo me pierdo en los de Aiden. Paz es lo que ella encuentra, paz es lo que yo encuentro. El niño a mi lado es Aiden. Él rompe el silencio.

- ¿Quieres intentarlo otra vez?

- Si.

Él vuelve a coger su mano y ella es feliz con ese pequeño gesto. Él vuelve a guiarla hasta las escaleras que llevan al primer tobogán y al puente. Ella vuelve a pararse delante de este último. Lo mira por unos instantes y luego se da la vuelta para mirarle a él.

- ¿Puedo intentarlo sola? – pregunta.

- Todo tuyo- responde él.

Ella suelta su mano y cruza el puente sola. Desde aquí veo que el niño no le quita los ojos de encima, la cuida y sé que si ella tropieza él irá en su ayuda sin dudarlo.

Al crúzalo le espera, y cuando él está a su lado, esta vez es ella quién le coge la mano. Suben las escaleras y como antes él baja primero y ella le sigue.

- Me tengo que ir, mis padres me están llamando- ella asiente- Por cierto, me llamo Aiden- dice él mientras se aleja.

- Yo Kiara- responde ella con esa sonrisa que la ha acompañado desde que le conoció y la que a él tanto le gusta.

Siento como las lágrimas corren por mis mejillas cuando la niña y yo le vemos alejarse. Siempre fue él. Desde ese día en el tobogán. Era muy pequeña para entender lo que sentía, ahora lo hago. Él fue el primero, sin saberlo entendí lo que es el amor.

La imagen del parque sigue delante de mi, pero ya no tiene importancia. La silueta de Aiden se hace más nítida a mi lado.

- Entonces fuiste tu- digo con suavidad- Vámonos a casa Aiden.


El vínculo-EditandoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora