5

253 16 0
                                    

Kiara


Me levanto con un nombre en la punta de la lengua, Aiden Hunter. Aiden vuelve al instituto. Respiro profundo y por mucho que quiera, la idea no me disgusta del todo. No me hace mucha gracia su vuelta, pero una parte de mi tiene ganas de volver a verle, y eso es algo que no puedo evitar, pero si ocultar. Me visto y bajo a desayunar. Mi madre y mi hermana están sentadas a la mesa desayunando. Como de costumbre, no hay rastro alguno de mi padre.

- Buenos días, cielo.

- Buenos días, mamá. Buenos días renacuajo- le doy un beso en la frente a mi hermana.

- Los gemelos me han dicho que su hermano ha vuelto- dice Grace sin más, antes de darle un mordisco a su tostada.

La miro y puedo ver el brillo malicioso en sus ojos. No le ha hecho mucha gracia que la haya llamado renacuajo, y como de costumbre ha contraatacado, pero esta vez de forma muy cruel.

- Lo sé- me dejo caer en la silla con un suspiro que llama la atención de mi madre, quien ahora me mira.

- Sigue sin caerte bien, ¿no? – le da un sorbo a su café.

- Algo así- digo encogiéndome de hombros.

- Es un buen chico, y ya sabes que muchas veces, los que no se soportan, acaban...- no dejo que termine la frase.

- No me gusta- digo demasiado rápido.

- Estás a la defensiva- canturrea Grace con una sonrisa sospechosa.

A sus once años, Grace es bastante espabilada, y en algunos momentos, como ahora, demasiado. Es la mejor de su clase junto con los gemelos Hunter, hermanos de Aiden.

- ¿Y tú desde cuando sabes de estas cosas? - pregunto.

- La abuela solía decir que entre broma y broma uno de los dos se enamora, y vosotros desde que os conocéis no habéis parado- interviene mi madre.

Miro primero a una, luego a la otra y meneo la cabeza. Parece como si ambas se hubieran puesto de acuerdo para atacarme esta mañana con el tema de Aiden.

He de reconocer que mi madre tiene razón en algo, las bromas. Antes de irse, Aiden y yo éramos conocidos por las bromas que nos gastábamos el uno al otro. Siempre fueron eso, bromas. La verdad es que no recuerdo como empezó todo. Los cubos de agua, los chicles en la silla, las capas espinosas que cubren las castañas, los botes de pintura encima el coche, y un sinfín de bromas. Y un día, de la noche a la mañana, Aiden se marchó y todo terminó. No es que eche de menos las bromas, una parte de mí, muy, muy pequeña le echa de menos a él, pero jamás lo diré en alto.

Hay algo en particular que recuerdo demasiado bien, la primera vez que le vi y los sentimientos que florecieron en mi interior cuando sus ojos se encontraron con los míos.

Flashback

Era nuestro primer día de instituto. Empezaba una etapa diferente a la que había terminado hacía dos meses más o menos. El instituto de Rocky Cave parecía enorme desde fuera, y cuando Emma y yo entramos, pudimos comprobar que así era.

Era viernes y como éramos los alumnos de nuevo ingreso, debíamos venir al día de Bienvenida al instituto, que se celebraba todos los años para darle la bienvenida a los alumnos de primero. En el suelo había colocadas flechas que nos dirigían hacia el salón de actos, que era enorme. Antes de entrar en la sala, unos chicos, que supuse que eran de segundo, nos pusieron una pegatina de color en la muñeca.

El vínculo-EditandoWhere stories live. Discover now