49

144 13 0
                                    

Kiara

Tras las palabras del anciano, de alguna forma, las cosas han vuelto a la normalidad. Las personas siguen acercándose a nosotros como si nada hubiese pasado, y todas ella obviando el tema de que yo sea una Lynwood, que al parecer no es nada bueno. Aiden está absorto en una conversación con dos hombres. Miro en dirección al anciano y al verle solo, me dirijo hacía donde él está.

- ¿Puedo? - pregunto señalando el tronco que está en frente de él.

- Claro- me regala una sonrisa amable.

- Mire sé que llevo este apellido durante diecisiete años, pero no entendí nada de lo que ha pasado hace unos minutos- digo con total sinceridad.

- Lo sé, tu padre no quiso decirte nada acerca de tu familia ni tampoco acerca de nosotros.

- ¿Usted sabe algo sobre el tema? - pregunto.

- ¿Quieres escucharlo?

- Por favor.

- Desciendes de una familia de cazadores. Desde hace muchas generaciones tu familia se ha dedicado a darnos caza. Las razones no están del todo claras, pero todas las historias sobre tu familia y los hombres lobo, parecen llevar a un mismo principio, una venganza. No sé el porqué de esa venganza, como te acabo de mencionar, con el paso de cada generación se quitan y añaden cosas, de lo que estoy completamente seguro es que debe ser algo que no puede o debe ser olvidado porque queréis acabar con nosotros a toda costa- no sé cuál es mi expresión, pero el hombre rectifica- Tu y tu padre no por supuesto, pero el resto de tu familia sí. El que tu padre no se relacione con sus hermanos es porque decidió que tanto él como su familia no serían cazadores, por eso nunca recibís visitas de tu familia paterna, a tu padre lo consideran un traidor- asiento- Pero como dije antes, no debemos juzgar a alguien por las atrocidades de sus antepasados, tu padre es un buen ejemplo de ello. Su padre al igual que su abuelo esperaban que él se uniera a ellos, pero él se negó, y no solo eso, se ofreció a ayudarnos en todo lo que pudiera y sin pedir nada a cambio, no quería seguir con las atrocidades que pasaban por culpa de su familia. Tu padre ha salvado a muchos de los nuestros de numerosas formas, es un agente de la ley y, quieras o no, eso le da mucho poder, especialmente cuando se trata de asesinatos. Tu padre no quiso nada a cambio, pero nosotros decidimos ayudar, aunque sin decírselo, protegiéndote a ti, a tu hermana y a tu madre- vuelvo a asentir porque todo esto es nuevo para mí y no se me ocurre otra cosa que pueda hacer, primero tengo que asimilar todo esto para poder decir algo- No puedo darte más información porque no la tengo, pero sé de alguien que puede, Aiden también lo conoce. Antes de iros hablaré con él. No te preocupes por nada, al igual que tu padre vela por nosotros y nos ayuda, nosotros hacemos lo mismo por él.

- Muchas gracias- le sonrío y me encamino hacia donde está Aiden.

- ¿Qué tal ha ido? - pregunta.

- Me ha contado algo, aunque sigo teniendo preguntas sin respuesta- me encojo de hombros.

- Me gustaría poder responder a esas preguntas, pero no puedo. Aunque sé de alguien que nos puede ayudar.

- Si, lo mismo me ha dicho...

- Marcus- asiento- El sitio donde vive la persona que puede ayudarnos está bastante lejos, así que iremos la próxima semana. Tendremos que quedarnos allí al menos una noche.

- Vale, necesito conseguir respuestas- él asiente.

Seguimos dando vueltas y charlando con los demás mientras algunos nos entregan carne hecha en la hoguera. Nunca suelo preguntar qué es lo que como, solo lo pruebo y si me gusta repito, así de simple, por eso no tengo mucha idea de lo que estoy comiendo ahora, aunque creo que se trata de ternera, de lo que estoy segura es de que pollo no es.

El vínculo-EditandoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora