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Kiara

La duda del cambio de humor de Aiden de ayer no me ha dejado dormir por la noche. Estábamos tan bien y de repente todo cambió. Ahora que lo pienso mejor que por la noche, me da la impresión de que cuando le dije eso de ser amigos no fui muy acertada. Sé que su cambio fue debido a eso, pero no entiendo por qué. No es posible que Aiden sienta algo por mí, si así fuera me lo habría dicho hace ya tiempo ¿no?

- Mamá, ¿dónde están las dichosas pastillas? La cabeza está a punto de explotarme.

Mi madre sale de la cocina en busca de la pastilla y yo me tomo un vaso de agua porque tengo la garganta seca. Miro el desayuno que está en la mesa y sinceramente no sé si deba desayunar. El sonido que produce mi estómago me indica que debo desayunar, a parte del sonido, sé que si no desayuno no seré capaz de rendir en clase hasta que coma algo, no puedo arriesgarme a eso. Me siento y empiezo a desayunar. Escucho como Grace baja las escaleras.

- Buenos días Kiara- me da un beso en la mejilla como todas las mañanas.

- Buenos días.

- Aquí tienes, pero no te las tomes con el estómago vacío- mi madre se sienta en frente mía y me mira- Anoche llegaste algo tarde.

- Si, lo siento. El tiempo con Aiden se pasa volando, pero me trajo a casa, no te preocupes.

- ¿Os lo pasasteis bien?- pregunta con una sonrisa.

- Si, primero fuimos a comer y luego dimos un largo paseo.

- Vale.

Termino de desayunar, cojo mis cosas y salgo de casa. Al sentir el aire fresco, empiezo a respirar profundo, eso suele ayudarme con los dolores de cabeza.

Al llegar al instituto lo primero que veo es la camioneta azul de Aiden y automáticamente momentos de ayer invaden mi cabeza. Sacudo la cabeza para desecharlos y me encamino hacia el edificio. Antes de entrar me choco con alguien. Me tambaleo un poco y siento como alguien me sujeta para que no me caiga. Levanto la vista y me encuentro con el profesor de matemáticas, el señor Martin.

- Lo siento, no miraba por donde iba- me disculpo.

Sus ojos se fijan en los míos y un escalofrío recorre mi cuerpo.

- No tiene por qué disculparse señorita Lynwood- me sonríe, pero yo simplemente asiento.

Me doy la vuelta y sigo mi camino hacia la clase. Mientras camino siento su mirada clavada en mi espalda. Ese hombre tiene algo en su mirada que no acaba de gustarme. No sé si empiezo a estar paranoica, pero tengo la impresión de que me mira como un bulldog mira a un bistec.

No veo a Emma por ninguna parte, tampoco a Logan ni a Aiden. No tengo muchas ganas de esperarles, cojo los libros de mi taquilla y entro en clase. Para mi sorpresa los tres están de pie en una de las esquinas hablando de algo. No tengo intención de interrumpirles, así que me siento. La nueva profesora entra en clase y todos se colocan en sus respectivos sitios. Hoy es el primer día que tenemos clase con ella ya que no pudo llegar antes por no sé qué problemas.

- Hola- me saluda Emma sentándose a mi lado.

- Hola- es lo único que logro decir porque la profesora empieza a hablar.

- Buenos días alumnos, mi nombre es Samantha Parker, y quiero que os dirijáis a mí como profesora Parker o señora Parker, ninguna otra forma será admitida, soy la autoridad en esta clase y debéis tratarme como tal- miro a Emma y esta me mira a mí con cara de asombro. Miro también a mis compañero y todos tienen la misma expresión y piensan lo mismo, Historia no volverá a ser una asignatura fácil- En mis clases quiero silencio absoluto mientras yo hablo y también cuando vuestros compañeros hablan, respeto ante todo, no me pongáis a prueba, cualquier interrupción innecesaria e incoherente será sancionada con la visita al despacho de la directora.

El vínculo-EditandoWhere stories live. Discover now