Capítulo 16

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Mirabel es una niña grande, siempre le han dicho que es más madura e inteligente que los demás niños de su edad, sus maestros la elogian por su rapidez con la que aprende las cosas, mientras que sus padres a veces suelen mostrar preocupación con lo rápido que atrapa la información que le dan, tanto buena como mala. Mirabel en sí, se alegra de ser inteligente, de esa manera podría estar más preparada para lo que venga, después de todo, la vida está llena de cambios y eso lo aprendió desde los cinco años.

Por lo mismo de que ella es muy madura, es por lo que decide que no quiere llorar y hacer una rabieta, no importa lo mucho que duela que Julieta tuviera un bebé que no será defectuoso como ella, Mirabel será una buena niña y no hará más escándalos y tampoco dejará que su hermano se meta en problemas por ella. Su mami está embarazada y lo mejor sería que su mami no se estresara más de lo que ya lo estaba después de la cena de hace una semana, su mami necesitaba paz y tranquilidad porque llevaba al bebé en su pancita. Mirabel era lista, ya había visto y escuchado a mujeres embarazadas en el pueblo, incluso Susan, la hija de la abuela María, habló con Mirabel sobre lo delicado que era un embarazo y los riesgos que podría haber si la madre sufría estrés. Cuando estaba en la tienda aprendiendo, siempre que Mirabel hacia preguntas, Susan le respondía y por eso llegó a ese conocimiento. Mirabel sabía de muchas cosas no solo de sus padres y Dolores, también era por Susan y María.

Había casi vuelto a la misma rutina, donde un lado de la familia casi no intercambiaba palabras con el otro lado, Pepa era la única que en sí, no les dirigía ni una sola palabra a ninguno de ellos, con excepción de a Luisa, con quien Maribel mantuvo el mismo patrón familiar de interactuar, Lulu parecía un poco más tensa, pero la sonrisa hacia Mirabel siempre era sincera y hasta de alivio cuando la miraba al iniciar o finalizar el día, y Mirabel estaba más que feliz con eso.

Después de la mala noche que pasó en la cena, Mirabel se encontró con otra cosa que la molestó, lo cual fue que al parecer la abuela María se había sentido cansada en el último mes (lo cual había notado) y el día después de la cena, cuando quiso asistir a su clase de bordado, Susan la regresó a su casa con tareas asignadas, ya que la abuela María no podría enseñarle ese día, y sus días de clase se perdieron. Pudo ocupar su tiempo haciendo las tareas que Susan le dejó y su propio proyecto de bordar la ropa de sus hermanos, quizás, más que nada por poder distraerse de la llegada del bebé de Julieta, de la abuela María enferma, de Susan que este mes tendría a su bebé, de su mami necesitando mucha tranquilidad para cuidar al bebé...

Cuando bordaba, cosía y comenzaba a zurcir, Mirabel podía hacer que sus pensamientos fueran más lento y no la llevaran a querer llorar. Cuando estaba aprendiendo a tocar los instrumentos con Hanna, Ximena y Pablo, podría deshacerse de los sentimientos malos que podrían dejar sus pensamientos. Cuando leía o estudiaba, podía dejar de pensar definitivamente. Y cuando saltaba por los lugares altos, se sentía libre. Así que amaba todas las cosas que hacía, porque eso la ayudaba mucho... Y solo era una niña, por eso decían Susan, María y sus padres, que era una niña demasiado especial y única (no se siente así, si lo fuera, habría tenido un don, ¿no?).

—¿Estrella? —la voz de su papi la llevó a mirar hacia la puerta de su habitación, donde el hombre se asomaba —. Necesito hablar contigo un momento, cariño —el tono de Félix era un poco serio y triste, lo que tuviera que decirle, debía estar escuchándolo atentamente, así que abandonó su labor de bordado en una de las faldas de su hermana Dolores y se levantó de su silla, solo para de inmediato arrastrar su silla para voltearla, mientras Félix había entrado a la habitación y tomado la silla que tiene en su tocador, de manera en que quedarían frente a frente.

Mirabel se sentó en silencio, esperando a que su papi se acomodara en su lugar, ella no tenía idea de que esperar, solo esperaba que no se tratara de su mami y la salud de su hermanito, o que no hablarán sobre lo que pasó con la familia de Julieta hace una semana, porque no quería hablar de eso, solo enterrarlo y dejarlo por ahí tirado.

Arde, mi bella estrellaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora