Capítulo 29

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3:00 de la tarde.

Pepa bajó por las escaleras al piso de abajo para revisar cómo iba Toñito mientras Félix se había llevado la caja más grande de la mudanza y ella traía una más chica, notó que sus hijos e Isabela parecían hablar de algo, así que los pasó de largo con una pequeña sonrisa, sus pensamientos girando en una espiral de recuerdos lejanos. Que Mirabel haya preguntado por Bruno, ciertamente era algo que no había esperado, sus hijos aprendieron a no mencionar el nombre porque conocían las emociones que traían a Pepa, pero después de todo, no podían simplemente no llegar un día en el que no preguntaran por él, ¿no? Y más por el hecho de que él fue su tío.

—¡Mami! —la vocecita de Antonio capturó su atención, llevándola a sonreír cuando su hijo de acercó a ella. Su pequeño niño estaba disfrutando claramente de su don, si el montón de animales haciendo un círculo en el suelo del patio era una señal —¡Mira! ¡Te quiero presentar a mi amiga! —le dice mostrándole una pequeña ratita que acuna en sus brazos —¡Se llama Pepita! —Pepa siente que por un segundo que pierde el aliento, su expresión se entristece, por solo un momento, ha visto a su hermanito reflejado en su hijo, un recuerdo lejano cuando él le presentó una pequeña ratita de la misma manera.

Pronto Pepa le sonrió con cariño a su hijo —. Es muy linda, solecito —le dice suavemente, y su hijo asiente, corriendo de nuevo al resto de animales.

Siente la llegada de una nube cuando sus ojos se nublan, así que camina de inmediato al comedor que debería estar vacío a estas horas. Ingresa y abandona la caja sobre la mesa, arrastrando una silla fuera para sentarse.

Sus ojos adquieren una mirada distante, observando un punto muerto de la habitación mientras la nube gris se va formando sobre su cabeza.

Recuerda tantos días siendo un equipo, siendo solo ellos dos contra el mundo. Al poseer dones más caóticos, Julieta fue considerada la "niña de oro", mientras que ellos debían esforzarse más, debían tener más el control. Así que era lógico que Bruno y Pepa se apegaran más el uno al otro.

No lo malinterpretes, Julieta es su trilliza, los tres tienen una conexión única, al grado de poder decirse palabras con solo una mirada, pero el vínculo que Pepa tenía con Bruno estaba a otra altura. Ambos desde que recibieron sus dones intentaron más que cualquiera, fueron reprendidos más que cualquiera y de alguna manera, a veces apartados por otros niños e inclusive adultos.

Bruno se sentaría en la nube tormentosa al lado de ella, se recargaría contra su costado y le ofrecería una arepa para curar la herida que se ha hecho. Bruno le diría que estaba bien que expresara lo que sentía. Bruno trataría de animarla, contando historias únicas que la harían reír.

Y Pepa estaría al lado de su hermano después de una mala visión, acostando su cabeza en su regazo y acariciándole el cabello mientras el dolor de cabeza se le pasa. Pepa estaría ahí para asustar a los matones que quisieran meterse con su hermano. Pepa cumpliría el rol de protagonista en las historias que su hermano a inventado, haciendo las interpretaciones. Y después de que siempre fueron dos, a veces eran tres, ya que Félix se les unió, y él siempre defendió a Bruno, incluso lo llamaba "hermano" y cuidaba de él cuando ella no podía hacerlo.

Bruno y Pepa siempre se sostuvieron la mano.

Y luego soltó la mano de su hermano.

Su hermano había sido un idiota con su broma mala y de pésimo gusto, la hizo alterarse y llorar el día de su boda. Se casó y fue feliz, pero se casó en un huracán y su madre estuvo disgustada por una boda "arruinada".

Arde, mi bella estrellaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora