𝐑𝐨𝐥𝐞𝐩𝐥𝐚𝐲 L.

𝑻𝒓𝒆𝒏𝒕𝒂

Acepta que fuiste un Gil
.

Editado.
Después de grabar el videoclip, fui a ver a Mauro, quien tenía una cara de, "hoy me levante re loco."

—Hola mi amor.

Coloqué mis brazos en sus hombros y le empece a dar besitos por toda la cara, el cerro los ojos y suspiro.

—Hola bebota.

Lo miré y solté una sonrisa.

—¿Que pasa?, Monzón, ¿esta celoso?

—¿Yo celoso?, que voy a estar celoso de este banana.

¿No eras amigo de ese banana?

—A ¿no?, entonces fue otro Mauro, el que paró la grabación porque no quería que Joa me chape.

El rodeo los ojos y yo mordí mi labio para no soltar una carcajada.

—¿Sabes lo qué pasa?

Lo miré alzando mis cejas para escucharlo

—¿Que es lo qué pasa?

—Pasa que vos sos para mi.

Sonreí mirando al suelo, él tomó mi mentón para encajarme un beso y acariciar mi mejilla.

—Y vos para mi.

Sonrió entre el beso, y al separarse pude notar como cambio su rostro.

—A mi me encantas vos.

—Mejor entonces, dale anda a cambiarte, porque te agarro así y te hago pelota.

Dijo el sonriendo, me dio un pico y solté una carcajada.

—Mm~ Mauro seductor.

—Es algo nuevo, dale anda.

Asentí y camine hacia el camerino para poder cambiarme, obviamente me puse la misma ropa que tenía cuando llegue, me solté el pelo y me peine como siempre la rayita al medio, después de vestirme y peinarme me empecé a sacar el maquillaje, cual no salía con facilidad, el maquillaje del párpado inferior me estaba haciendo la guerra, refregué y refregué, pero no había caso, y fue, mi me lo deje, porque si seguía me iba a arrancar un ojo, me puse la capucha de la campera y salí del camarín para poder dirigirme a Mauro.

—Está poronga no me sale.

Acote mostrándole al colorado mientras señalaba mi ojo.

—Mm compramos esa cosa para sacarte la pintura y ahí sale, igual te queda lindo.

Alce mis cejas y reí.

—Ahm, ¿que decís?, me siento una gótica.

—La gótica culona más linda, ¿vamos?

Reí, y comenzamos a caminar hacia afuera de aquel lugar, caminamos tomados de la mano con dirección, hacia ese jeep violeta.
Me puse lentes de sol aunque este este bajando, el iba con un gorrito puesto, y miraba hacia el piso, supongo que ya saben porque, ni bien llegamos el me abrió la puerta, y me dio espacio para que yo pudiera subir, siempre tan caballeroso el.