𝑻𝒓𝒆𝒏𝒕𝒖𝒏𝒐

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Abrázame, abrázame y no me soltes, porque no puedo más.
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Editado.
Después de poder comprar el desmaquillante y aquellos chocolates para Enzo, volvimos a casa, su casa, estacionó y bajamos después de desabrocharnos el cinturón de seguridad, iba pensando en un par de cosas, pensamientos locos que desequilibran mi mente.

Últimamente en casa andan pasando unos temas, ya saben cómo es la relación, "Separados, pero juntos"
esta todo bien por un tiempo, hasta que todo vuelve a desestabilizarse, no todo es malo, y eso pudieron verlo este tiempo que llevan leyendo lo que va de mi vida.

Supongo que aunque las cosas no sean "color rosa", siempre tendremos nuestro lugar seguro, nuestro pilar, nuestro hogar.

Caminamos hacia adentro de aquella casa, tomados de la mano, la palma del pelirrojo se encontraba sudada, estaba nervioso por lo que había sucedido anteriormente, el creía que ni bien entrara a esa casa, los demás iban a lincharlo, y aunque todos supiéramos que se fue al carajo con el veneno que soltó de aquella pequeña boca, en caliente no era 100% verdad lo que dijo, acá son personas, personas que componen una gran familia, lo qué pasó con Enzo, me hizo recordar lo qué aveces pasa en casa, con la diferencia que acá no pasa seguido, los humanos están compuestos por energía, energía positiva, tanto como energía negativa.
La positiva con la negativa se apegan, ahora, ¿qué pasa cuando ambas son negativas?, se separan y no logran apegarse al otro, cargas diferentes atraen energías diferentes, es una boludez, pero un buen ejemplo.

Eso pasa cuando son cargas, pero ellos son personas, y no imanes, o sea que lo negativo puede convertirse en positivo, cuando hay mejores vibras, ¿ejemplo?, lo que hicieron Thomas y Martín.

—Tranquilo, él lo va a entender, todos sabemos que no fue cierto lo que decías.

Acariciaba su mano, mientras caminábamos por el interior de la casa, no se escuchaban ruidos, pareciera que no había absolutamente nadie, más que nosotros dos, hasta que lo vimos bajar por las escaleras, con su vista el castaño recorrió nuestros cuerpos, y después de ladear la vista siguió caminando.

Mauro no soltó ni una sola palabra, estaba como estático en el lugar, hasta que decidí apretar su mano, y ahí fue cuando reaccionó, llamando a aquel chico por su nombre.

—Eh Enzo, ¿podemos hablar?

El recién nombrado se dio la vuelta, para mirarlo una vez más, lo vi acercarse y me hice un paso hacia atrás.

—Yo voy a perderme por ahí, mientras hablan.

Ellos asintieron con la cabeza, y los dejé solos para que puedan solucionar eso que tenía tenso a aquel pelirrojo.

Camine hacia afuera, cerrando aquella puerta de vidrio, a lo lejos pude ver a los pibes en la "sala de juegos", aquella rubia que estuvo en la cena de celebración por el álbum de Mau se encontraba ahí también.

—¿Que andan gatitos?

—Loquita, ¿todo piola?

Dijo tiago, asentí y los salude con un puño, el saludo de siempre, a la rubia le di una miradita, y la salude con un asiente de cabeza.

—¿Todo bien?

Le pregunté a la rubia, quien respondió con la cabeza, chica de pocas palabras.

𝐑𝐨𝐥𝐞𝐩𝐥𝐚𝐲 L.Where stories live. Discover now