𝐑𝐨𝐥𝐞𝐩𝐥𝐚𝐲 L.

𝑪𝒊𝒏𝒒𝒖𝒂𝒏𝒕𝒂 𝒔𝒆𝒕𝒕𝒆

Tres de espadas
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Editado.
El tarot es una baraja de naipes a menudo utilizada como medio de consulta e interpretación de hechos (presentes, pasados o futuros), sueños, percepciones o estados emocionales que constituye, además, un tipo de cartomancia. Sus orígenes datan al menos del siglo XIV. La técnica se basa en la selección de cartas de una baraja especial, que luego son interpretadas por un lector, según el orden o disposición en que han sido seleccionadas o repartidas. La baraja de tarot está compuesta por 78 cartas divididas en arcanos mayores, los cuales son 22; y menores, que son 56. La palabra «arcano» proviene del latín arcanum, que significa 'misterio' o 'secreto'. A quienes practican este tipo de adivinación se llaman "tarotistas" o "taroteros".

Aveces esta bueno saber el futuro, el pasado, o incluso, lo que sucede en el presente. Pero no siempre es bueno saber que es lo qué pasó, pasara, o está pasando, ya que ahí, es cuando la ansiedad te carcome, y muchas veces, nos volvemos adictos a "lo que pasará."

—Buenos días bebota.

Dijo aquel rubio, mientras se sentaba al borde de la cama, con aquella bandeja, y el desayuno sobre ella.

—Buenos días mi amor.

Respondí yo, con los ojos chinos, y un buen despertar.

—Que hermosa sos.

—¿Recién despierta?, parezco un zombie.

Este sonrió, y negó con la cabeza.

—La zombie mas hermosa.

Se acercó, y me dio ese lindo beso matutino.

—Te amo pijudo.

—Y yo a vos bebota, vamos a comer, tengo un par de planes pa' hoy.

Acotó, mientras acercaba aquella bandeja con el desayuno en el, asentí con la cabeza, y comenzamos a desayunar juntos, así después poder hacer lo que él tenía en mente.

Una vez que terminamos de comer algo, nos arreglamos, y dejamos las cosas medias acomodadas, para poder largarnos del hotel.

—Y ¿a donde vamos?

Pregunté yo, mientras caminaba junto a el, tomados del la mano, por aquellas largas calles de Bélgica, anteriormente nos habíamos subido a un auto, que llevaba la utilidad de ser un "Uber."
Las calles estaban semi-pobladas, ni mucha, ni poca gente, parecía la AV de Baires, a medio día.
Mientras caminábamos podíamos observar aquellos carteles de cafeterías, restaurantes, y tiendas. Todo muy lindo, pero todo en francés.

El rubio se dignó a responder, luego de hacerme caminar dos cuadras y media, venía diciendo en aquel auto que era una sorpresa, y que no iba a saberlo hasta llegar. Pero yo soy muy ansiosa, y quiero saber todo ¡ya!

—Un tour en barco por Gante y Brujas.

Contesto el, mientras me observaba con una sonrisa.

—¿En barco?

Pregunté, aunque ya había escuchado que si, de verdad no me la creía. Este asintió con la cabeza, y enseguida se paró en aquella pequeña fila.