𝑺𝒆𝒔𝒔𝒂𝒏𝒕𝒐𝒕𝒕𝒐

300 20 48
                                    

Hogar
.

Editado.
Caminaba un poco desorientado por las calles de Baires, con la boca hinchada, y ganas de explicar lo que le pasaba a mi corazón, estaba vacío por dentro, y aunque quisiera engañarme para estar bien, no podía hacerlo.

De casa salí solo con un buzo fino como lengua de piojo, y esos jeans rotos que compré cuando me fui a Miami. Esa tarde otoñal me estaba congelando, con el frío que hacía, sentía que ya estaba en invierno. Pero cómo quedarme en esa casa, cómo quedarme cuando le dije todas esas cosas, no me reconocía a mi mismo, porque mi yo de antes no le hubiera dicho eso jamas.

No se que es lo que me esta pasando, pero sé de quien es la culpa, y por hacer todo esto, es que estoy cayendo en ese pozo que no me deja escalar para salir. Yo la entendía, entendía la situación, la dejé si, y tiene todo derecho de estar con alguien más. Pero...¿Soy hipócrita si no quiero que esté con alguien que no sea yo?

¿Justo con mi mejor amigo se tenía que meter?, Y el, ¿Justo con ella se tenía que meter?, tantas personas en el mundo, y ellos se eligieron mutuamente, Agustina y yo no somos como el agua y el aceite, pero últimamente perecemos lo contrario.

No quiero ser egoísta, pero este no es el papel que a mi me pertenece, me clavo ese puñal por la espalda, y fue tan profundo, que me dolió, me hizo mal, realmente mal.

Jueves 
15:40

—Dos años demoraste

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.


—Dos años demoraste.

—Si, pasa que Mar no quería entrar, ¿que te paso en la cara?

Soltó el, mientras observaba mi boca un poco hinchada.

—Tuve una pelea, va no fue un pelea, porque yo no llegue ni a dar un golpe.

—¿Que pasó?, vos no me llamas nunca, y cuando lo haces es porque paso algo.

Asentí con la cabeza, y me senté en aquella banca.

—Estoy teniendo muchos problemas, y siento que solo no puedo más.

—¿Es por una mina?

Asentí una vez más, mientras fijaba mi vista en el suelo.

—¿Te peleaste por una mina?

—No es cualquier mina.

Solté un suspiro, y entrelacé mis manos.

—¿Entonces?

—¿Viste el Lolla de la otra vez?

El asintió.

—Si, vi como tu ex se chapaba a Tiago, es una pendeja Mauro, mira si te vas a estar calentando por chiquilinadas. A demás vos estás con otra mina, no entiendo al mambo.

𝐑𝐨𝐥𝐞𝐩𝐥𝐚𝐲 L.Where stories live. Discover now