𝑶𝒕𝒕𝒂𝒏𝒕𝒂

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Piezas 
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Editado.
Pov's Omnisciente

En alguna parte del mundo, se encontraba aquella mujer de ojos castaños, y cabellera rubia, quien manejaba aquel auto a toda velocidad, mientras su copiloto le pedía por favor que anduviera más lento.
La rubia solo reía, y se negaba a aquel pedido, mientras rebasaba a todos los autos por aquella calle de asfalto, en donde todos iban a 60 kilómetros por hora.

—Te van a sacar el auto, estás pasando el exceso de velocidad, por favor ve más lento.

Suplico aquella castaña, quien se agarraba de aquel cinturón de seguridad, mientras cerraba sus ojos con fuerza, la rubia rio, y cuando rebasó aquel Supra negro bajo la velocidad a cincuenta y siete.

—El auto no es mio.

Exclamó ella, quien dejó de pisar a fondo el embriague, para poder dar vuelta en u, y meterse al carril contrario

—Yaiki se va a enojar.~

—¿Yaiki?, Yaiki que se maneje, no me importa lo que él piense, lo que sienta, o incluso lo que diga.

Acotó esta, mientras subía más la velocidad de aquel auto que estaba conduciendo. Yurim se agarró fuerte de aquel cinturón de seguridad, y luego la Uruguaya dio un par de vueltas en el auto, demostrando lo que podía hacer.

—Goken nos vas a matar.~

Yendo al carril contra mano, vieron a ese camión, que venía hacia ellas, mientras le tocaba bocina, y le movía las manos explicándole que iba en contra mano, la piloto rio, y aceleró aquel auto para "darse contra el", luego que escuchó los gritos de Yurim, y se desvió por el carril que le correspondía, se metió por ese camino a larga distancia, que llevaba a esa enorme mansión.

—¿Ya morimos?, ¿estoy en el cielo?

La rubia rio, mientras negaba con la cabeza.

—Claro que no, ¿deja de llorar quieres?

—Estás re loca vos.

Dijo ella, para soltar un suspiro, y desabrocharse el cinturón de seguridad.

—Tal vez lo este, o tal vez ustedes me hicieron así.

Una vez que se detuvo frente aquella enorme mansión, se desabrocho el cinturón de seguridad, y apago el motor.

—Lamentó lo que te está pasando, debe de ser realmente difícil.

Ella asintió, y bajo de aquel auto, sin querer hablar más del tema, pero antes de entrar a aquel lugar, se dio la vuelta.

—¡ha!, no seas tan ingenua, ¿quieres?, a cierta velocidad la policía no puede perseguirte, no le dan los caballos de fuerza.

La castaña se apoyó en aquel auto, soltó una risa, mientras se cruzaba de brazos, y negó con la cabeza.

—Aprendes rápido.

—Rápida y furiosa.

Aquella volvió a reír, y por fin la dejó entrar aquel lugar, donde mayordomos, y amas de casa la esperaban.

—Kon'nichiwa misu

Dijo aquella mujer, quien se inclinaba haciéndole una reverencia, al igual que todas las otras personas que esperaban su presencia, como si fuese la entrada al Titanic.
La rubia sin entender asintió con la cabeza, y al igual que ellos le hizo una reverencia, ya llevaba dos meses allí, y aún no había aprendido ni dos palabras, ¿que iba a hacer cuando comenzara a estudiar?

𝐑𝐨𝐥𝐞𝐩𝐥𝐚𝐲 L.Where stories live. Discover now