𝑪𝒊𝒏𝒒𝒖𝒂𝒏𝒕𝒂𝒒𝒖𝒂𝒕𝒕𝒓𝒐

793 60 188
                                    

Campamento
🏕

Editado.
Siete de la mañana, la alarma del celu de mauro hizo disturbio en toda la habitación, y el peli blanco se dignó a apagarlo después de dejarlo sonar cinco veces. Sigo sin entender, por que mierda puso la alarma a las siete, si nos tenemos que ir a las diez. Pendejo pajero.

—Te voy a tirar el celu por la ventana, pendejo pajero.~

Dije soñolienta, di un par de vueltas en la cama, y luego de ver que por parte de Mauro no había movimiento, decidí levantarme para poder apagar aquel teléfono.

—Uhm~... gracias bebota, no podía dormir más.

Soltó aquel peli-blanco con la voz adormilada, y los ojos cerrados.

—Te voy a matar Monzón.~

Conteste yo, mientras volvía a rodear la cama, para poder volver a mi lado. Hace un tiempo habíamos re acomodado su habitación, y ahora la cama pasó de estar contra la pared, a estar casi en el medio de la habitación.

—¿Por que amor?~

Pregunto el, sin entender mi mal humor.

—La alarma no para de sonar, y no puedo volver a dormir.

Dije yo, dándome la vuelta para poder observarlo. No quería hablarle con ese olor tan matutino, pero él se acercaba cada vez mas, y si yo seguía corriéndome hacia atrás, iba a terminar en el piso.
Me tape la boca y hable, ya que por lo visto, sus intenciones no eran de nene bueno.

—Boca sucia.

Dije yo, mientras me tapaba la boca con la mano izquierda, el de inmediato saco la mano, y me miro a los ojos, esos ojos verdes achinados, y esa carita de dormido me volvían loca, incluso me hacían olvidar el mal humor que tenia por no poder seguir durmiendo.

—Y que me importa compañera, a mi me chupa un huevo.

Típico de Monzón

Exclamó el, mientras colocaba su mano en mi mejilla, depositó un corto beso en mis labios, y enseguida yo intenté seguir su paso, hasta que nos separamos.
Me regaló una linda sonrisa, y después de ese lindo momento, aprovecho no intencionalmente para recordarme por que estaba enfadada.

—¿Por que tan enojada?

Pregunto, mientras acariciaba mi cabeza, y verificaba cada detalle de mi rostro.

—¿Me queres explicar por qué pusiste la alarma a las siete?, si nos vamos a las diez.

—¿Alarma?, ¿era mi celu el que estaba sonando?

Pregunto este, una vez más, sin saber de lo que yo hablaba.

—Y claro, por eso di toda la vuelta.

—Pero yo puse alarma a las nueve, no a las siete. Pensé que era tu celu el que estaba sonando.

Respondió.

—¿Entonces?

—No se bebota, capaz los pibes nos hicieron una joda, y por eso la alarma no paraba de sonar.

𝐑𝐨𝐥𝐞𝐩𝐥𝐚𝐲 L.Where stories live. Discover now