𝐑𝐨𝐥𝐞𝐩𝐥𝐚𝐲 L.

𝑪𝒊𝒏𝒒𝒖𝒂𝒏𝒕𝒂𝒏𝒐𝒗𝒆

Fiebre
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La fiebre no es una enfermedad. Por lo general, es una señal de que su cuerpo está tratando de combatir una enfermedad o infección. Las infecciones causan la mayoría de las fiebres. Tiene fiebre porque su cuerpo está tratando de matar el virus o las bacterias que causaron la infección.

Pacheco

—¿No queres que me quede?

Pregunté, mientras bajaba su bolso, y lo dejaba sobre la cama.

—No es necesario, estoy bien~

Respondió ella, mientras se sentaba en su cama, nunca la había visto tan diferente, la eh visto enojada, triste, tranquila, desesperada, ansiosa, y dormida. Pero esta vez estaba extraña, estaba...neutral.

—Pero tus padres no están, yo me voy a sentir más tranquilo, si se que no te pasa nada.

Acote, mientras me sentaba a su lado.

—No te quiero joder, estoy segura que tenes cosas re importantes que hacer.

Negué con la cabeza, y viaje mi vista hacia ella, para poder observarle la cara, cada detalle, cada destello. Esos ojos rojos, por el llanto que no detuvo en el auto, cuando la traje hasta acá, esa nariz roja, como si estuviese resfriada en invierno, y esa piel pálida, como si se estuviese muriendo.

—Lo único importante que tengo para hacer, es quedarme con vos, y asegurarme de que esta todo bien.

Respondí mientras acariciaba su mejilla, intentando hacer que se relajara un poco más, aún la notaba muy tensa.

—Está todo bien, enserio te digo, anda, yo te llamo.

Solté un suspiro pesado, y la abrace, antes de volver a hablar.

—Me voy a ir, pero prométeme que me vas a llamar, si esta todo mal.

Esta asintió con una pequeña sonrisa, y luego de que me haya ganado, me acompaño hasta la puerta, para yo poder marcharme de su hogar.

Y una vez más, la veía llorar por el, estaba harto de estas situaciones, más porque la conocía, y sabía bien que ella se encerraría en si misma, no saldría de su casa, y dejaría de socializar. Ya lo a hecho una vez, y fue lo peor que vi.
Antes tenía a su madre, y a Enzo, quien la acompañaban todo el tiempo, sin contar a sus demás amigos, y a mi, que venía cada tanto, porque ella siempre tenía el acompañamiento de alguien más.
Pero esta vez no tenía a nadie, Enzo no sabía absolutamente nada de lo que había pasado, mucho menos sus amigos, y sus padres no están en el país, ¿puede haber algo peor?, si, los ataques de pánico que desarrolló, cuando Mauro estuvo internado. No quería dejarla sola, pero ella tampoco quería que yo esté ahí, no porque no le gustase mi compañía, sino porque quería un poco de soledad.

Ferrari

Una vez que acompañe a Tiago hasta la entrada, y lo vi marcharse, me apoye en la puerta principal, dejándome caer lentamente, mientras deslizaba mi espalda, en la dura madera.
Estaba mal, y no pienso mentirles, esas lagrimas pesadas por el agua que cargaban cayeron, una vez que me sentí sola en aquella casa, sin mis padres, y ahora sin Mauro, empiezo a creer, que yo si soy el problema.