𝑶𝒕𝒕𝒂𝒏𝒕𝒂𝒒𝒖𝒂𝒕𝒕𝒓𝒐

188 18 54
                                    

Lo que serás
.

Editado.
Íbamos caminando por las calles de Baires con las manos entrelazadas, hace un rato habíamos llevado la bicicleta que prácticamente había alquilado, y gracias a esa devolución, ahora tengo mis documentos.

—¿Te hago una pregunta?

Acote yo, mientras volteaba mi cabeza, para poder verlo a la cara.

—Las que quieras bebota.

Exclamó el, quien también volteo su cabeza hacia mi costado, para poder mirarme una vez más, aunque no haya parado de caminar junto a mi.

—¿Que pasó con el Jeep violeta que tanto amaba?, me parece raro que no estés arriba de esas cuatro ruedas.

Este soltó una risa, y negó con la cabeza.

—Está en el apartamento, hoy salí sin él porque siempre que me subía, me sentía mal.

—¿Por?

Pregunté.

—Porque a vos te encantaba, y no podías estar ahí conmigo.

Solté una sonrisa, y me pare por un segundo, este al darse cuenta que detuve mi paso también lo hizo, y se acercó los pocos centímetros que se había alejado porque yo me había detenido.
Lo miré con una sonrisa, y agarre su mentón para poder regalarle ese pico que lo hizo sonreír.

—Te amo tanto.

Exclamó acariciando mi mejilla.

—Y no sabes cuánto comparto ese sentimiento.

Una vez más colocó esos mechones locos detrás de mi oreja, y enseguida volvió a hablar.

—Y...¿Que le pasó a tu pelo?

—¿No te gusta?, nunca pensé que el rubio me quedaría bien.

Conteste mientras reía, este negó con la cabeza, y volvió a acariciar mi mejilla.

—Te queda de otro mundo, pero eso es lo que menos me importa, lo único que se, es que estás acá.

Comentó, para acercarse y besarme una vez más. Desde que nos marchamos de la pista de Skate, el cielo comenzó a tornarse negro, señal de que una tormenta se acercaría. Hasta ahora no hubo rastro de ella, pero cuando aquel peli-blanco, volvió a besarme, escuchamos cómo un trueno hacía ruido en el cielo.
Ambos dejamos caer nuestras cabezas hacia atrás, y observamos cómo estaba el clima, aquel ojiverdes soltó una pequeña risa, y volvió a mirarme.

—¿Un besó bajo la lluvia?

Pregunto, mientras me miraba sonriente.

—Un beso bajo la lluvia.~

Respondí yo, acercando mi rostro al suyo, para poder besarlo una vez más. Y como si fuese una película, esa lluvia torrencial cayó sobre nosotros,
cuales reímos. Una vez terminamos de besarnos, corrimos hacia abajo del primer techo que encontráramos.

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
𝐑𝐨𝐥𝐞𝐩𝐥𝐚𝐲 L.Where stories live. Discover now