𝐑𝐨𝐥𝐞𝐩𝐥𝐚𝐲 L.

𝑪𝒊𝒏𝒒𝒖𝒂𝒏𝒕𝒂𝒅𝒖𝒆

La canción
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𝟓/𝟓

Editado.
Nos despertamos como a las once de la mañana, hoy era nuestro último día en solanas, parece que estuvimos re poco, pero a decir verdad estuvimos toda una semana acá metidos, y todavía nos quedaban algunas cosas por hacer, al volver a Argentina.
A Mauro y a mi nos esperaba un campamento, hace unos pocos días había llamado a los pibes para solucionar el tema, el que me tiro para adelante en llamarlos fue Enzo.

¿Ven que les digo que él y Tiago siempre están en momentos de Mierda?, al final los llame y solucionamos, les di la idea del campamento y estos aceptaron, y enseguida empezaron a buscar lugares para acampar en Bariloche.

Volviendo acá a Solanas, me levante y me metí al baño para lavarme la cara y los dientes, después de estar pronta baje para poder ir a desayunar con los demás, Mauro ya se encontraba abajo, de nosotros dos fue el primero en levantarse, y aparentemente yo era la última que faltaba del grupo, ni bien baje salude a todos con un beso en el cachete y una pequeña sonrisa, mi prima no estaba, así que me ahorre de poner cara de orto.

Y eso era Super bueno, si no mal recuerdo, se había vuelto a Montevideo, fue la única buena decisión que ella tomó, y bueno yo caminaba con emoción hacia esa mesa llena de galletas, y cupcakes. Parecía una niña chica, pero a quién le importa, aguanten las galletas y los cupcakes.

Todos se sentaron junto a mí, y comenzamos a desayunar todos juntos, como si fuésemos una familia, éramos una familia, o al menos yo lo sentía, el desayuno fue corto, bueno en realidad no duró tanto, una hora y media más o menos, como mañana nos íbamos planeamos hacer todo lo que nos quedaba de la lista, y va a ser un día agitado, pero divertido, por eso son las vacaciones ¿no?

—Dale chiquitita, move el orto que hay que terminar la lista, no me pienso ir de acá sin hacer todo lo que falta, nos vamos mañana, y la lista es interminable. Deja las galletas, después seguimos comiendo, el día es súper joven.

—Mepa qué le pifiaste, no es «El día es súper joven», es «La noche es joven», JAJAJA dale vamos pelele, igual ¡para!, me voy a meter las galletas en un tarrito, para llevármelas a la habitación, ni en pedo las dejo acá, cuando vuélvamos para la merienda seguramente nos dan pan con manteca.

—Eeeh wacha, ¿qué mierda te pasa con el pan con manteca?, ¿queres que nos re cagamos a piñas?

Acotó el peli-blanco escuchando la conversación que estaba tendiendo con Carlitos bala.

—¿Qué te pasa gato?, a mí no me pasa nada con el pan con manteca, pero me gustan las galletitas, y sé que si las dejo acá se me van a morfar todo.

—Más te vale loquita, porque si no nos recontra cagamos a piñas.

—Dale, dale, sanguango no le pegas ni a Tiago, jodaAa.

Solté una risa, y este negó con la cabeza, riendo de la misma forma.

—Dale, dale, cortenla, vamos que la hora se pasa volando

Con Mauro asentimos y empezamos a caminar junto a Gotti.