𝑸𝒖𝒂𝒓𝒂𝒏𝒕𝒖𝒏𝒐

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Después de navidad
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Editado.
Estuvimos toda la noche bailando, haciendo karaoke y pasándola bien en familia, tiene que ver a Tiago bailando cuarteto, es lo mejor que les va a pasar, me dio tantas vueltas que me dieron ganas de vomitar.
No sé si es por todo lo que tome, o porque me quede re mareada dando todas esas vueltas.

—Dale, dale, hay que bailar este temon.

Dijo Thomi, cambiando la canción, soltando un «Fue lo mejor del amor» de Rodrigo, una canción que con Mau conocíamos bien.

—Dale todos en pareja.

Acotó Emi, ni bien escuchó el tema, estábamos todos en pareja, menos paulo quien estaba grabando con su celular nuestro lindo baile.

—Fue lo mejor del amooor.

—Lo que he vivido contigooo.

Dije, mientras le daba una vuelta a Lit.

—Dejó a mi esposa tú dejas tú marido

Dijo Tiago, mientras bailaba con Enzo.

—Para matarnos, en un cuarto de Hoteeeeel

Siguió thomi, mientras bailaba con Mari, hasta ahora esta era mi navidad favorita. Y así seguimos toda la noche.

Desperté en el Motor Home, miré hacia los costados y noté a Mauro dormido a mi lado, estaba con la misma ropa de ayer, al igual que yo, se ve que teníamos tanto sueño que no nos dio ni para cambiarnos de ropa

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Desperté en el Motor Home, miré hacia los costados y noté a Mauro dormido a mi lado, estaba con la misma ropa de ayer, al igual que yo, se ve que teníamos tanto sueño que no nos dio ni para cambiarnos de ropa.

Me levante de la cama, y busqué un toque de ropa para poder pegarme un baño, tenía una resaca de la puta madre, no tomó nunca más.
Me bañe y me vestí, obvio que en ese outfit, algo de lit tiene que estar, y ahí estaba, su linda remera de «Supreme». Al terminar de arreglarme un poco, baje las escaleras, para poder hacer el desayuno, no sabia ni en qué hora andábamos, pero la panza me rugía, y eso era porque tenía tremenda lija. Cuando hay hambre, la hora deja de importar.

Al bajar las escalera note el relajo que había en aquella casa, Dios mío, para limpiar todo esto vamos a necesitar como doscientas bolsas de basura, me encontré a Enzo y a Zaina durmiendo en el piso, Martín durmiendo en el sillón con un gorro, y unos lentes de sol puestos, fue tan gracioso, que les tuve que sacar una foto.

Al llegar a la cocina, saqué las cosas para hacer el desayuno, pero cuando iba a empezar vi a Mari y a Thomas, entrar a la cocina con bolsas de facturas, y cafés para todos.

—Mi reina, andas despierta, con Thomi pensamos que iban a estar todos durmiendo.

Acto la castaña, con una sonrisa.

—Estaba durmiendo, y me desperté con tremenda resaca, me pegue un baño, y baje, para hacer el desayuno, pero veo que se me adelantaron.

—Nos adelantamos si, compramos aspirinas también, porque deben de estar todos re desechos.

Solté una risa y asentí, por lo que había comentado Thomas.

—¿Vieron a Zaina, Enzo, y Martín en la sala?, les saque una foto, la mejor de todas.

—A ver

Dijo Mari, mientras caminaba hacia la sala con lentitud, para no despertar a los pibes, al verlos como yo los había visto al bajar, soltó una risita, y volvió hacia donde estábamos nosotros.

—Un recuerdo que quedará de por vida.

Solté una risa y asentí.

—Paulo, Duki y Emi ¿se fueron al final?, porque yo no me acuerdo de casi nada, no sé ni como termine arriba.

—Paulo se fue temprano, Duki y Emi están en el cuarto de invitados, y vos terminaste en el Motor Home, porque Mauro te llevo.

—Andamos bien con la memoria, ¿es por ser Santigueño?

—JAJAJAJA Pasa que no tome mucho.

—No es bobo el Santiagueño.

Acotó Mari, nos reímos y el recién nombrado se sentó.

—Digan lo que quieran, pero ahora los que sufren de "Resaca" son ustedes, y no yo.

El castaño tenía razón, nosotros estábamos re matados, y él estaba como nuevo.

—Che, ¿qué hora es?

Mari sacó su teléfono, y fichó la hora para darme la respuesta.

—Y...son tres menos veinte.

—Fa, voy a despertar a Mauro, así come algo.

Los chicos asintieron, y me dejaron ir a despertar al peli-blanco, subí las escaleras como había bajado hoy, sin hacer mucho ruido, para no despertar a los pibes.

Al subir las escaleras, camine con dirección al «Motor Home», al llegar abrí la puerta con delicadeza, y luego camine hacia el peli-blanco, que se encontraba tumbado en la cama, durmiendo como si no hubiera un mañana, al principio lo sacudí un poco, pero el ojiverde precia no querer despertar.

—Le voy a decir a Messi, que no te queres levantar.

—Con eso no se juega.

Dijo el pálido, abriendo los ojos para sentarse en aquella cama desatendida.

—Aah, ahí si te levantas, dale, baja que los chicos compraron el desayuno, y aspirinas para el dolor de cabeza.

Acote, por lo bajo.

—Uuuy, son unos genios.

—Son unos genios si, lo iba a preparar yo al desayuno, pero ellos me ganaron de ante mano, vamos dale.

Acote, parándome derecha, para comenzar a caminar hacia la puerta, y volver con los chicos.

Cuando baje las escaleras escuché un par de voces, Martín, Enzo, y Zaina ya no estaban en la sala, y por las voces, calculaba que ya se habían levantado.

Pase a la cocina, y los vi ahí sentados en aquella gran isla, Duki, Emi, Y Tiago también se encontraban ahí sentados, los únicos que faltábamos éramos Mauro y yo, y ahora solo faltaba el ojiverde, que sabía que estaba por bajar.

—Que noche amigo

Dijo, el del los tatuajes en la cara, dándole un sorbo a su café mientras jugaba con aquel vaso de cartón que lleva su nombre. Duki

—La mejor, no me acuerdo ni de la mitad de las cosas, pero supongo que estuvo re piola.

Acotó Zaina, contestándole a Mauro

—Tenemos los videos igual, no se preocupen.

Solté yo, metiéndome en la conversación.

—Y ¿el Lit?

Pregunto Emi.

—Ya baja, le tuve que hacer el truco de «Messi», porque no se quería levantar.

—Si, y le dije que con eso no se juega.

Acotó el peli-blanco, entrando a la cocina, se sentó junto a mi, y Tiago le pasó aquel vaso que llevaba su nombre.

—Aah, pero si no te tiraba esa no te levantabas hasta el dos mil treinta.

Todos soltamos una carcajada, y empezamos a desayunar juntos, después de una noche loca, siempre tiene que haber un buen desayuno.

𝐑𝐨𝐥𝐞𝐩𝐥𝐚𝐲 L.Where stories live. Discover now