CAPÍTULO 1

597 22 4
                                    

Mi visión estaba un poco borrosa mientras seguía bailando. Mi cabeza estaba sólo un poquito confusa por el alcohol. Mis piernas se sentían como de goma, como si yo no estuviera en completo control de mí misma.

—¿Bebemos algo más? —mi mejor amigo Pietro me gritó sobre la música.


Sacudí la cabeza. —No puedo beber más, me pondré enferma —respondí levantando la nariz.

—Sólo has tomado cuatro cocteles —bromeó, riéndose histéricamente de mí. Él siempre había pensado que yo era un poco patética porque no aguantaba el alcohol.

—Puedes tomar uno más. Yo iré al bar contigo —le grité como respuesta, tomándolo de la mano para no separarnos en el abarrotado club. Mis otras dos amigas no querían beber, así que las dejamos bailando.

Pietro me condujo al bar, por lo que quedé tras él mientras esperaba que la barman lo notara. Después de alrededor de cinco minutos aún no le habían servido. Él se volteó a mí con una sonrisa de disculpa.

—Necesito ir al baño desesperadamente, ¿puedes tomar mi lugar? La chica ni siquiera ha mirado hacia este lugar aún —dijo él, señalando a la barman quien estaba sirviendo en el otro extremo del bar con su espalda hacia nosotras. El lugar estaba atestado y aún así, ella estaba confiada, debería haber estado un poco estresada.

—Sí, claro —acepté, moviéndome rápidamente a su espacio. Me incliné sobre la barra un poco, para poder ver si la barman venía hacia este lado de la barra. Observé su espalda; usaba unos jeans muy ceñidos y una camiseta negra con el logo del club en la espalda. Lucía sexy, por lo que podía ver y su trasero se veía apetecible. Estaba felizmente mirando su trasero cuando eella se dio la vuelta, por lo que accidentalmente miré su entrepierna. Me ruboricé y rápidamente aparté mi mirada, agradecida de que ella no lo hubiese notado.

De pronto ella estaba caminando hacia mí; horrorizada, velozmente dirigí mi mirada hacia su rostro. Era tan atractiva que mi boca se hizo agua. Su cabello rojizo estaba trenzado y acomodado hacia un lado, su boca se movió para mostrar una sonrisa insolente mientras caminaba recto y se detenía frente a mí. Era alta, probablemente 1.76. Sentí que mi aliento se detenía en mi garganta en cuanto le miré a los ojos. No podía definir el color exacto, porque el club estaba oscuro, pero eran definitivamente claros, claramente no café. Me estaba mirando tan intensamente que se aceleró mi pulso.

—Hola, ¿quieres una bebida o estás contenta mirando el escenario? —preguntó con una sonrisa de autosuficiencia.

Diablos, ¡tiene una voz sexy!. Me reí.

—Bueno el escenario es bastante bueno en este club —respondí, asintiendo, levantando una ceja tratando de lucir sexy. No tenía idea de por qué estaba flirteando con ella. Si trabajaba aquí eso significaba que tenía más de veintiuno, y ella probablemente asumía que yo también, considerando que había usado una identificación falsificada para entrar al club.

Ella arrugó su nariz. —Sip, mi vista es bastante buena también —flirteó, observándome lentamente. Yo hice un gesto también y me incliné hacia atrás para que ella pudiera ver la parte baja de mi vestido. Era bastante corto, no el tipo de vestido que usaba siempre, en absoluto; pero pensé que podía probar algo nuevo esta noche.

—Oye, ¿podemos tener algún tipo de servicio por aquí? Hemos esperado durante diez minutos —un tipo gritó, agitando su mano enojado.

La barman me miró disculpándose. —Estaré de vuelta en un minuto. —Se alejó para servir al tipo enojado. No pude contenerme de ojear su trasero nuevamente. Ciertamente era una vista placentera, yo no exageraba.

Cuando el verano termina  (Adaptación Wandanat)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora