CAPÍTULO 37

143 14 0
                                    

La mañana siguiente, Pietro me recogió para ir a la escuela, interrogándome sobre Romanoff, del viaje entero y lo que ella había dicho después de que él saliera del coche. Parecía como si quisiera saber cada cosa que había pasado desde que rompimos. Me negué a hablar sobre ello por el teléfono anoche cuando llamó; simplemente no podía forzar a salir las palabras mientras que aún todo estaba fresco. Después de una buena noche de sueño me sentí mucho mejor sobre ello. Sí, habíamos tenido un par de momentos que podrían haberse convertido en algo más de no haber sido por la interrupción de mi mejor amigo, pero aquellos momentos habían pasado ahora, así que sólo tenía que seguir adelante.

Cuando nos detuvimos en el instituto localicé a Agatha casi inmediatamente, estaba parada charlando con un grupo de sus amigos y un par de chicas demasiado obvias intentando tener suerte con el equipo de natación. Tragué e inmediatamente me sentí horrible. ¿Qué se supone que iba a decirle hoy? La última vez que nos vimos tuvimos una gran pelea y se marchó enojada y dejó que me fuera sola a casa desde la escuela.

Decidí sólo fingir que no la vi y me encaminé a mi casillero con Pietro. Definitivamente no me importaba aplazar una discusión en potencia con ella. Uní mi brazo con el de Pietro y puse una gran sonrisa falsa, que por supuesto él vio a través inmediatamente.

—Agatha está por ahí —susurró él mientras andábamos por el estacionamiento.

—Mmm hmm —mascullé, mordiendo mi labio, mirando la escuela, prácticamente contando los pasos que faltaban para estar fuera de peligro dentro para poder evitar una probable situación dolorosa y embarazosa.

—¿No vas a decir hola? ¿Qué es lo que vas a hacer con ella hoy? —preguntó, dirigiéndome alrededor de un grupo de chicas que chillaban sobre el concierto de Austin Mahone que fueron a ver ese fin de semana.

Suspiré y sacudí mi cabeza.

—No tengo idea. Todavía estoy intentando toda la cosa de seguir adelante, pero para ser sincera, ella probablemente siga enojada conmigo por ir a la fiesta, y yo todavía estoy enojada con ella por decirme que no podía pasar el rato conYelena. No estoy segura a dónde seguiremos después de eso —confesé con un encogimiento.

Justo cuando entrábamos en la seguridad de las puertas principales la escuché gritar mi nombre. Gemí e inmediatamente pensé cuán incorrecto sería el seguir caminando y fingir sordera temporal. ¿Yo podría lograrlo, verdad? Podría pasar la mañana preguntando a cada uno; «¿lo siento, qué dijiste?» Parpadeé con mis ojos a Pietro para ver si él tenía la misma idea que yo, pero sólo me miró compasivamente y supe que no podía ser cruel. Yo no soy cruel, era la persona que hacía cosas para la gente todo el tiempo porque no me gustaba herir sus sentimientos o decir a la gente no.

—Te veré en clase —dije a Pietro mientras soltaba su brazo del mío y asentía, dirigiéndose hacia nuestros casilleros donde Kate esperaba ya por nosotros con una gran sonrisa en su rostro. Tomé un profundo aliento y me dispuse a ser fuerte. No iba a aguantar las tonterías posesivas de Agatha, así que si ella no pedía perdón entonces hasta aquí llegábamos, yo iba a terminar. Al instante como que deseé que no me pidiera perdón, sólo así podría librarme de ella.

Cuando me volví atrás en su dirección fingí no darme cuenta de que estaba allí. Caminaba rápidamente hacia mí pareciendo un poco avergonzada, pero linda como de costumbre.

—Oye, estaba esperándote —dijo cuando me alcanzó.

Cambié mi mochila en mi hombro incómodamente.

—¿Sí? Lo siento, no te vi.

Asintió, sus ojos buscando algo en mi rostro.

—¿Cómo estuvo la fiesta del sábado por la noche? —preguntó. Una ceja fue levantada cuestionablemente, pero en su cara no había alguna otra emoción.

Cuando el verano termina  (Adaptación Wandanat)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora