CAPÍTULO 15

165 16 4
                                    

Casi dos horas después habíamos terminado con las compras y fuimos a tomar un aperitivo a la cafetería del centro comercial. Sinceramente, traté de no pensar en Natasha mientras miraba las tiendas, pero ella seguía volviendo a mi mente. Cada vez que veía una bonita camisa pensaba en comprársela o cuando una chica, con cabello pelirrojo, pasaba caminando, yo miraba a ver si era ella. Realmente estaba obsesionada.

Justo cuando terminábamos con nuestro pastel alguien me tocó en el hombro. Mis ojos se posaron en Pietro quien miraba detrás de mí con una sonrisa coqueta. Me di la vuelta, para mirar detrás y vi a Yelena, la hermana de Natasha, estaba parada ahí sonriéndome.

—Hola, Wanda.

—Oh... um hola, Yelena —la saludé con incomodad. Mis ojos se posaron en Pietro nuevamente mientras trataba de ocultar mi preocupación. ¿Sabrá Yelena que Natasha y yo terminamos? ¿Y si accidentalmente decía algo sobre que es una maestra frente a pietro?

—¿Cómo has estado? Hace tiempo que no te veía.

Sonrió con ese descaro que hacía que todos se derritieran. Me recordaba tanto a la sonrisa de Natasha que hacía que mi estómago doliera.

—He estado bien. —Mentí—. Er, Yel, este es Pietro. Vamos al instituto juntos —lo presenté, poniendo pleno énfasis en la palabra instituto, secretamente tratando de decirle que no mencionara nada frente a él—. Pietro, esta es Yelena, la hermana de Tasha. —Agité una mano entre los dos.

—Hola, encantado de conocerte —dijo Pietro, sonriendo coquetamente.
Yelena activó su encanto asesino, sus ojos parecían brillar mientras lo veía apenas con interés contenido.

—Y es sin duda un placer conocerte — respondió ella guiñándole el ojo—. Y, ¿vas a dejarme aquí de pie todo el día o vas pedirme que me siente?

Respiré con el aliento entrecortado, deseando que esta reunión terminara. Era como caminar sobre cascaras de huevos.

—Cierto, siéntate —ofreció Pietro, palmeando el asiento junto a él.

Ella le sonrió y se sentó allí antes de girarse hacia mí. —¿Así que tú y Tasha terminaron, eh? —dijo ladeando la cabeza y mirándome curiosamente,

Trague saliva. —Sí —confirmé, encogiéndome de hombros tratando de fingir como que no me iba a suicidar con el tenedor de plástico.

Ella frunció el ceño. —Es una pena, se veían muy bien juntas.

—¿Podemos hablar de otra cosa? —dije. Inmediatamente me arrepentí. Ahí estoy desquitándome con otros otra vez—. Lo siento, hoy estoy de mal humor; no dormí muy bien anoche así que me estoy desquitando con todos.

—¿Por qué no lo hiciste? ¿Necesitas alguna voluntaria para ayudarte a dormir? Porque definitivamente yo me apunto a eso. —Bromeó, sonriendo y levantando las cejas sugestivamente.

Me eche a reír a pesar de la incomodidad de la situación.

—Cállate, coqueta, que acabo de terminar con tu hermana. No creo que sea tan rápida para estar con una engreída, presumida y pervertida de cabello rubio. —Le saqué la lengua. Ella se río en voz baja.

Pietro se inclinó, recogiendo del suelo su mochila y las bolsas de las compras.

—Wanda, es mejor que nos vayamos, necesito llegar a casa, tengo que hacer de niñero, de mi hermano esta noche —calló un momento, disparándome una mirada de arrepentimiento.

Asentí y me levanté con mi mochila.

—Encantada de verte Yel.

Ella asintió con la cabeza.

Cuando el verano termina  (Adaptación Wandanat)Where stories live. Discover now