CAPÍTULO 28

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Me senté junto a Pietro. Estaba sonriéndome expectante así que supe que nos había visto en el pasillo y ahora quería oír el cotilleo del almuerzo. Sonreí burlona lo que casi le hace dar brincos en su silla mientra me miraba suplicante.

Me reí con tristeza. —Fue agradable —declaré, sabiendo que querría detalles, y que lo mataría tener que esperar.

—¿Yyyyyyy? —gritó con anticipación.

Me encogí de hombros de forma evasiva. —No lo sé, fue agradable. Fue dulce. Le conté lo de Tasha y que no estaba preparada para nada y ella dijo que podríamos tomárnoslo con calma. Luego me tomó de la mano y me acompañó a clase. —Fue así, sin detalles jugosos como él pensaba.

Suspiró con dramatismo. —Bien, está muy bueno, así que eres afortunada. Espero que le des una oportunidad apropiada, Wanda, porque es una chica simpática.

—Le daré una oportunidad apropiada. Con suerte, lo de tomárnoslo con calma ayudará —confirmé, volviéndome hacia la parte delantera de la clase mientras entraba el profesor. Durante toda la clase ignoré las miradas fijas de Pietro y su obvia frustración por no conseguir el cotilleo.

Cuando la clase terminó, enganchó su brazo con el mío y brincó a mi lado. —¿Así que te besó otra vez? —preguntó con los ojos abiertos de par en par.

Sacudí la cabeza. —Nop.


—¿Crees que lo hará? —preguntó, sonriendo.


Tragué saliva. Realmente no quería pensar en eso aún. —Probablemente —admití de mala gana.

—Oh, por el amor de Dios, está buena —dijo con entusiasmo—. Y tú ya sabes como es su cuerpo por todos los encuentros de natación. Oh, Dios, ¡tu novia está en el equipo de natación! Tendrás que ir a todas las competiciones y esas cosas para animarla. ¡Podrás acosarle en su traje de baño! —chilló.

Guau, ¡está fatal que Pietro esté más emocionado con esto que yo!

Baja el tono, Pietro. No es mi novia. —Fruncí el ceño mientras nos deteníamos fuera del aula de Natasha. Esta clase sería embarazosa con Tasha y Aga en la misma habitación.

—¿No te ha pedido salir oficialmente? —preguntó, con un mohín de decepción.

—No —respondí—. Ahora vamos adentro y consigamos un asiento antes de que el Srita. Romanoff nos castigue por llegar tarde o algo. —Me metí en el aula para ver que Tasha ya estaba sentada en su escritorio, mirándonos mientras entrábamos. Sonreí pero ella no devolvió la sonrisa.

¿Pero qué problema tiene ahora? Esta mañana pasamos un momento genial, y ahora me está mirando enfadada otra vez.

Agsths sonrió mientras entrábamos y señaló con la cabeza los asientos vacíos cerca del suyo. Afortunadamente los asientos no estaban en primera fila esta vez. Sonreí y caminé hacia ella, dejándome caer a su lado y Pietro al mío.

—Ey, cuánto tiempo sin vernos —bromeó, sonriendo mientras corría su silla más cerca de la mía. Su lado estaba prácticamente pegado al mío, haciéndome sentir incómoda.

—Sí, casi me olvido de cómo eres. —Le saqué la lengua haciéndola reir y su brazo se deslizó a través del respaldo de mi silla, descansando allí casualmente.

Natasha se puso en pie. Su cuerpo parecía un poco tenso mientras miraba alrededor de la clase.

—Hoy sólo tenemos media lección, ya que ha sido convocada una asamblea para los de último curso a las dos y media en la entrada. No tenemos tiempo para empezar nada nuevo, así que qué tal si repasamos algunas de las reglas de proporciones previstas para mañana. —Se encogió de hombros, sus ojos escudriñando el aula. Cuando se posaron en mí, frunció el ceño y apartó la vista rápidamente.

Cuando el verano termina  (Adaptación Wandanat)Where stories live. Discover now