CAPÍTULO 35

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Unos minutos más tarde Natasha volvió a la cocina viéndose un poco incómoda. Sonreí de modo tranquilizador y señalé con la cabeza hacia la tostadora.

—Puse eso allí para ti o ¿ya has comido? —pregunté, queriendo romper el silencio ligeramente incómodo. Ella sonrió agradecidamente.

—No, no he comido aún. —Sonrió abiertamente y señaló con la cabeza a mi tazón vacío y la caja de Lucky Charms en la mesa—. Qué bien que te termines esa mierda, el azúcar que contiene contaminaría todos mis alimentos saludables —bromeó.

Me reí. —Tú no tienes comida saludable en el apartamento, Srita. me gusta la comida de microondas así no tengo mucho que lavar —bromeé, sacando mi lengua. Se rió y presionó el botón para hacerse las tostadas mientras miraba su espalda queriendo saber si podría preguntarle sobre las entradas que ella me consiguió.

Se volteó y cruzó sus brazos en su pecho mirándome a mí y a Pietro. —¿Entonces imagino que tengo algo que explicar? —preguntó nerviosa. Parpadeé rápido mirando a Pietro para ver su sacudida de cabeza.

—No realmente, Wanda me lo ha explicado todo, no te preocupes, no diré nada a nadie. Ustedes dos hacen una pareja realmente linda —dijo él, sonriendo con satisfacción antes de levantarse del taburete y dirigirse de la cocina hacia el dormitorio de Tasha.

Me encogí y miré a Natasha preocupada, mordiéndose el labio. ¿Por qué tenía que decir que éramos una linda pareja? Ella me sonrió triste. Recogí mi tazón y el de Pietro y los puse en el fregadero mientras ella me miraba con curiosidad.

—¿Estás realmente bien, Wanda? ¿No estás preocupada por lo de anoche o algo así? ¿Tú sabes que puedes hablar conmigo, verdad? —preguntó, tocando mi espalda, ligeramente.

Asentí. Yo estaba en verdad bien. Si pudiera recordar más, entonces sería peor, pero por el momento, todo estaba un poco confuso, como si observara alguien a través de un cristal esmerilado o algo así, todo estaba un poco distorsionado.

—Estoy bien, en serio. Muchas gracias, Tasha, te debo mucho. Y siento no haberte escuchado. No debí haber bailado con aquel tipo, quería demostrar que tenía razón y hacerte enojar —confesé, sintiéndome estúpida e inmadura.

Sonrió y asintió. —Sé por qué lo hiciste. Aunque esto no te hace culpable, aquel tipo probablemente habría encontrado a alguien más a quien hacérselo si no eras tú; tenía las drogas con él así que obviamente lo tenía planeado. De alguna manera supongo que tuvimos suerte que fueras tú porque yo te vigilaba. Le vi llevarte por el vestíbulo. Si esto hubiera sido con alguien más, alguna otra chica que nadie estuviera observando, entonces podría haber sido mucho peor —contestó, sonriendo tristemente mientras me colocaba un mechón de cabello detrás de mi oreja.

Cerré los ojos y giré mi cara hacia su mano, presionando mi mejilla contra ella, amando la sensación de su piel contra la mía otra vez. Escuché un pequeño gemido que escapó de mis labios y no quise nada más que dar un paso adelante, presionarme contra ella y sostenerla fuertemente. Ella no se movió. Su pulgar tocó mi mejilla, ligeramente haciendo que mi cuerpo entero se estremeciera. Podía escuchar su respiración y nada me había parecido alguna vez más importante.

Justo entonces supe que la amaba. Ya sabía que estaba loca por ella, pero esto me golpeó de repente como un camión o algo así. Estaba total y completamente enamorada de Natasha Romanoff y no importaba cuánto tratara de seguir adelante, no iba a ayudarme a olvidarla. Imagino que el tiempo sería el único sanador.

La tostadora saltó haciéndome brincar. Me reí de lo perdida que estaba en el momento. Su mano cayó del lado de mi cara, la miré a los ojos y encontré los suyos deseando que las cosas fueran diferentes. Deseando haberle conocido un año más tarde, cuando tuviera dieciocho y hubiera terminado la escuela y estuviera comenzando la universidad o algo así. Me quedaban nueve meses y medio en el instituto para poder alejarme de su hermoso rostro. Tal vez la distancia me ayudaría a olvidarla.

Cuando el verano termina  (Adaptación Wandanat)Where stories live. Discover now