CAPÍTULO 8

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En el transcurso de una semana y media vi a Natasha cada noche, excepto el viernes y el sábado porque ella trabajaba en un club. En esos dos días fuimos a almorzar a su casa, ya que ella dijo que quería verme. Honestamente habían sido los diez mejores días de mi vida. Cada cita en la que me había llevado había sido diferente. Había algunas cosas tradicionales como películas, cenas o picnic en el parque. Me había presentado a sus amigos en una fiesta; eran todos muy agradables y era fácil llevarse bien con ellos, a pesar de que todos ellos coqueteaban por lo que podía ver.

También hubo citas no tan tradicionales. Me llevó a un campo de tiro. A las jaulas de béisbol, pero personalmente creo que esa fue sólo una excusa para envolver sus brazos alrededor de mí mientras me enseñaba a batear correctamente. Dimos un paseo en la playa; incluso fuimos a una carrera de autos. La mejor noche de lejos fue cuando fuimos a un descampado, dejó las luces del auto encendidas y la radio puesta en alguna estación de música cursi mientras bailábamos bajo las estrellas. Esa fue la última noche y fue tan romántica que me dieron ganas de llorar.

Natasha era honestamente increíble y ninguna vez me presionó para que nos acostáramos, lo que me hizo incluso estar más loca por ella. Hoy era martes por lo que debía estar por aquí en cualquier momento. Tenía puesto una falda vaquera corta y un top negro de cuello en V, me aseguré de usar ropa interior más sexy. Definitivamente nos había hecho esperar el tiempo suficiente. Cada vez que ella me besaba, mi cuerpo ansiaba más y más por lo que sabía que esta era la noche.

Cuando se detuvo en mi casa, salté hacia ella antes de que incluso bajara completamente del auto.


—Hey, guapa —coqueteé mientras subía en el lado del pasajero. Su boca cayó con un chasquido audible.

—Diablos, te ves tan sexy —me felicitó mirándome lentamente. Un rubor se esparció por mi rostro mientras me acomodaba en el asiento.

—Ese es un lindo hola —me burlé.

Ella sonrió tímidamente. —Tienes razón, lo siento. Hola, brujita —se corrigió, inclinándose para besarme. Enrosqué mis manos en la parte de atrás de su cabello y la bese hambrientamente. Un pequeño gemido que hizo ella con la parte posterior de su garganta hizo a mi piel tomar vida.

—Entonces, ¿a dónde vamos esta noche? Dijiste que hoy era tu elección —preguntó mientras se alejaba de mí y arrancaba el auto.

Me encogí de hombros. —Pizza para llevar.

Frunció el ceño, sacando al auto y llevándolo hacia la carretera. —Bueno, eso no es muy romántico ¿Dónde vamos a comer? ¿En el parque o algo así?

—No. —Sonreí burlonamente. Me miró expectante pero negué con la cabeza.

—Solo conduce hasta allí, te diré después. —Un entusiasmo nervioso burbujeaba dentro de mí y estaba empezando a acobardarme.

Natasha nos condujo hasta el mismo lugar de comida para llevar donde fuimos después del club la primera noche que nos conocimos. Mientras se estaba cocinando nuestro pedido tomó mi mano y besó mi cuello, haciéndome poner la piel de gallina por todo mi cuerpo.

Finalmente, justo cuando estaba a punto de decir al diablo con la pizza, estuvo hecha. Tasha tomó la caja y me llevó de vuelta al auto.

—Entonces, ¿a dónde? —preguntó de nuevo.

—A tu apartamento —contesté, encogiéndome de hombros. Ella me miro con los ojos muy abiertos, pareciendo estar un poco sorprendida. Me encogí de hombros—. Pensé que podríamos tener una noche con una película para variar. —Mentí. Asintió, frunciendo el ceño, pareciendo aprensiva. Espera, ¿ella no quiere dormir conmigo o algo así? ¿Entiende lo que estoy pidiendo, piensa que solo quiero ver una película?

Cuando el verano termina  (Adaptación Wandanat)Where stories live. Discover now