CAPÍTULO 18

158 14 0
                                    

Un líquido frío cayó en mi mejilla. Cerré mis ojos más fuerte, limpiando mi rostro.

Otra gota aterrizó en mi frente, luego otra en mi nariz. Suspiré, pensando de pronto que el techo tenía goteras o algo así. Me senté tan rápido que mi cabeza comenzó a dar vueltas. La risa histérica que me llegó desde la izquierda me hizo saltar y chillar por el shock. Giré para ver a Kate sentada en el borde de mi cama, un vaso de agua en su mano.

—Buenos días, bella durmiente —canturreó ella alegremente.

Yo hice un sonido gutural mientras lentamente procesaba todo.

—¿Me tiraste agua? —la acusé, limpiando mi cara de nuevo.

Ella se rió —No comiences con el drama, fueron cinco gotas de agua.

Rodé mis ojos. —¿Qué estás haciendo aquí de todos modos? Y, ¿cómo entraste aquí? —pregunté, sofocando un bostezo.

—Dijimos a las diez y tu madre me dejó subir —explicó ella, asintiendo hacia mi reloj-alarma. Yo pestañeé un par de veces y miré hacia los rojos números brillantes mientras los enfocaba. 10:06.

—¡Oh! Mierda. Lo siento —me disculpé, rápidamente saliendo de la cama y dirigiéndome hacia mi armario por algo de ropa para el día

Ojeé hacia atrás a Kate para ver que ella estaba observando a cualquier lado menos a mí y estaba incómodamente sentada en mi cama. Fruncí el entrecejo, preguntándome de qué se trataba eso, luego me di cuenta de que estaba vistiendo sólo una de las camisetas que ella había dejado en mi casa antes de que rompiéramos. Muy a menudo dormía con ella, pero supuse que apenas cubría mi trasero.

—Kate, no es nada que no hayas visto antes —dije sacudiendo mi cabeza y riendo.

—Sí, bueno es un poco distinto ahora. Me refiero a que no se supone que te mire ahora —contestó ruborizándose levemente.

Rodé mis ojos y continué sacando algo de ropa. —¿Tengo tiempo para una ducha? —pregunté, suavizándolo con una cara de cachorrito completándola con el labio fruncido.

Ella respiró dramáticamente. —Sí, lo que sea, sabía que debí haber llegado a las 10:30. Estaba pensando que habrías cambiado y estarías lista a tiempo, para variar. —Bromeó ella. Su mirada estaba firmemente fija en sus uñas, como si fueran la cosa más importante que hubiese visto en su vida.

—Nunca se sabe, siempre hay una primera vez para todo. —Levanté los hombros y me dirigí hacia mi baño para la ducha más rápida de todos los tiempos.

Quince minutos después estaba vestida y lista. Levanté mi cabello mojado en un moño desordenado y salimos. Charlamos fácilmente mientras ella conducía. Kate siempre tenía algo que decir, ésa era una de las cosas que me encantaban de ella. Detuvo el auto en el estacionamiento del supermercado y me sonrió abiertamente.

Miré a todos lados, confundida. —¿Qué estamos haciendo aquí? Pensé que iríamos a estudiar.

—Nosotras estudiaremos, pero tú vas a cocinar. Quiero algo bueno, así que, puedes venir y decirme qué comprar. —Se deslizó fuera del auto y se dirigió hacia mi lado, abriendo la puerta para mí.

La seguí hacia el supermercado y tomé un carrito de compras. —Entonces, ¿qué quieres comer? —pregunté.

—No lo sé, ¿qué tal algo de Chili o cualquier cosa? —sugirió ella exaltada. Sonreí y asentí. Ella siempre elegía eso, debí haberlo sabido.

La seguí arriba y abajo por los pasillos mientras ella elegía cosas al azar de los estantes: champú, desodorante, cosas para el día a día. Estaba totalmente aburrida. La próxima vez que ella se detuvo hice una mueca y balanceé mi pierna hacia el lado del carro, escalando rápidamente sobre él. Ella solía hacer esto conmigo, empujándome en el carro, haciendo carreras por los pasillos, bueno, hasta que fue atrapada por el grupo de seguridad del supermercado.

Cuando el verano termina  (Adaptación Wandanat)Where stories live. Discover now