CAPÍTULO 40

151 14 1
                                    

De pronto alguien me agarró desde atrás. Y chillé y derramé la mitad de mi coca cola sobre el piso con un salto de sorpresa. Mi corazón se paró en un segundo pensando que había sido asaltada o algo así. La persona que tenía ahora sus brazos alrededor de mi cintura sólo se rio. Agatha se adelantó mirando sobre mi hombro, en su cara se veía una ira de muerte.

Me aflojé y miré hacia atrás rápidamente, sólo para ver a Yelena sosteniéndome. Me relajé en cuanto me di cuenta de que no estaba siendo atacada o algo así. Le dé un codazo las costillas. Desafortunadamente no tuvo realmente mucho efecto, sólo la hizo reír más fuerte y me soltó.

—¿Qué demonios Yel? ¡Eso no fue divertido! —le dije desganada mientras palmeaba su estómago, pero me reía aliviada al mismo tiempo. Mi corazón lentamente comenzó a latir de nuevo y la rubia simplemente casi cayó al suelo riéndose.

—Hola bombón. Lo siento, no me pude resistir. ¿Quizá tenga que comprarte una nueva bebida en todo caso? —se burló, asintiendo hacia el mojado charco en la alfombra bajo mis pies.

Y rodaron mis ojos y miré hacia el vaso que estaba sosteniendo, sólo le quedaban como dos centímetros en el fondo. ¡Niña idiota estúpida!

—Quizá debería tirar el resto de la bebida sobre tu rostro por asustarme —sugerí burlándome y mirándolo irónica.

La rubia encogió sus hombros. —No es como si nunca me hubiese sucedido antes, sólo trata de que no entre en mis ojos, ¿lo harías? Agujas de Coca-Cola —bromeó.

—Bueno te mereces esas agujas, ¡imbécil! —me reí y le di una palmada en el estómago de nuevo. Yelena sonrió abiertamente y yo le sonreí de vuelta. Realmente me gustaba Yel, era una gran chica, por eso no podía realmente mantenerme enfadada con ella.

Agatha agarró mi cintura y me alejó de Yelena mientras continuaba intentando matarla con los ojos. ¿O Dios, de verdad? ¿De nuevo con la posesividad?

—¿Te importa? Estás interrumpiendo —gruñó Agatha.

Yelena sonrió y levantó sus hombros. —No me importa para nada —se mantuvo confiada mientras cruzaba los brazos sobre su pecho. Luché contra una sonrisa sobre cómo era de lanzada Yel. De hecho ésa era una de mis cosas favoritas de las hermans Romanoff Belova.

Un momento, joder, ¿estaba Tasha también aquí? Ella dijo que se encontraría con Yelena para tomar un trago, ¿iban a hacer eso aquí? Recorrí con los ojos el bar y vi a Natasha justo caminando desde atrás, obviamente saliendo de los baños que estaban ahí.

Su mirada se encontró con la mía y una media sonrisa cruzó su rostro antes de fruncir el ceño y comenzar a caminar hacia nosotras, saludando entre la multitud. No pude evitar notar lo sexy que se veía. No se veía diferente una hora atrás en la escuela, pero sólo estar fuera de ese lugar la hacía lucir distinta. Más joven, más dulce y definitivamente más hermosa.

Alejé los ojos de Natasha y miré atrás a Agatha mientras su agarre se ceñía en mi cintura.

—Quizá tenemos que ir a otro lado para comer Wanda. Este lugar parece demasiado lleno —sugirió Agatha, con su voz tensa y controlada.

Yelena sonrió ampliamente. —Nah, vamos chica, tendrán una mesa desocupada para ustedes en un minuto. ¿Por qué no te compro una nueva bebida bombón? —Yelena sonrió irónica hacia mí, sus ojos brillaban de entretenimiento. Se volvió para mirar a Agatha—. ¿Querrá tu chica de rebote una? —preguntó en un tono educado que no se ajustaba a las palabras que había dicho.

¡Mierda! —¡Yelena! —lloriqueé frunciendo el ceño. ¿Qué demonios está haciendo? ¿Está tratando de alterar a Agatha a propósito?

Me miró con los ojos bien abiertos, dándome una mirada de «yo no he hecho nada».

Cuando el verano termina  (Adaptación Wandanat)Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora