CAPÍTULO 25

129 12 0
                                    

El resto de la semana pasó sin complicaciones. Natasha apenas me miraba, excepto cuando necesitaba hacerlo como profesora y ni siquiera eso ocurría a menudo. En cierta manera estaba agradecida porque no quería hablarle. Sobre todo después de que la mitad de la escuela presenció su llegada al aparcamiento el martes por la mañana con la Srta. Danvers en el asiento del copiloto de su coche.

Después de irse con ella, el lunes después de la escuela era bastante obvio que Danvers se había quedado en su casa. Sinceramente, me enfermaba, pero hice mi mayor esfuerzo para no dejar que me afectara, bueno, para intentar no mostrar que me afectaba, era algo más cercano a la verdad.

Los rumores comenzaron inmediatamente. Las charlas de la nueva pareja caliente de profesores se esparcieron alrededor de todo el instituto en cuestión de minutos. Cada vez que alguien la mencionaba me dolía el estómago pero me esforcé en no mostrarlo. En vez de eso, flirteé con Agatha y fingí que estaba ansiosa por verla el sábado.

Toda la semana estuve realmente ocupada después de clases, lo que ayudó a que mi cabeza se alejara de mi profesora de Cálculo. El miércoles y el jueves me fui a casa con Kate y estudiamos. Sin embargo y para ser honesta, esa semana no necesité que me ayudara demasiado, las notas de Natasha y la ayuda que me dio el lunes me dejaron las cosas bastante claras. También ayudó que a Mónica le gustara Cálculo, por lo que estaba llevando el proyecto en clase. Así que después de que Kate y yo estudiáramos un poco veíamos una película o hacíamos algo antes de cenar.

Era divertido estar cerca de Kate. Ella evitaba hablar de su padre a toda costa, ambas lo hacíamos. El aniversario de su muerte era el domingo por lo que íbamos a ir allí por la mañana temprano para que ella pudiera presentar sus respetos y luego teníamos planeado salir para que pudiese alegrarse y distraerse un poco.

El viernes por la noche fui a cenar con Yelena. Estuvo bien; como de costumbre, la rubia no falló en hacerme reír con sus historias de citas desastrosas y sus mejores éxitos de todos los tiempos. Me sugirió salir el sábado de la semana siguiente en lugar del viernes. Uno de sus amigos, a quien ya había conocido por Natasha, iba a hacer una fiesta y Yelena quería que fuese con ella.

Me dijo que Pietro podía ir también y me imaginé que a él le encantaría.

Así que después de que le hice prometerme cinco veces que Natasha no estaría ahí, finalmente acepté ir. Me pareció algo divertido sin embargo, por lo que la fiesta sería probablemente buena

El sábado estaba sentada, viendo cómo las manecillas del reloj se movían demasiado rápido. Por centésima vez miré mi teléfono, ansiosa de que sonara y que fuese Agatha para cancelar la cita o algo.

Un asqueroso caso de indigestión me hubiese venido muy bien en este momento. Quizá pudiese llamarle y decirle que tenía indigestión... Cuando oí que un coche aparcó fuera dejé salir un gemido de frustración.

Había llegado justo a tiempo. Siete en punto en la puerta, tenía que darle puntos a la chica por ser puntual. Realmente iba a intentarlo en esa cita. Agatha era una chica agradable y atractiva, iba a hacer mi mayor esfuerzo por seguir adelante.

Me dirigí al piso de abajo lentamente, dejando que mi padre abriese la puerta. ¡Quizás él asustase a Agatha por mí y de esa forma ni siquiera tendría que ir!

Me detuve detrás de mi padre, que estaba parado ahí, mirando. Su postura no era muy cordial mientras bloqueaba la entrada, dejando que Agatha se quedara afuera.

—Estoy hablando en serio, conozco a tu padre y si escucho una sola cosa acerca de que no la has tratado bien esta noche, se lo diré antes de ir a buscarte —le amenazó mi padre.

Cuando el verano termina  (Adaptación Wandanat)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora