CAPÍTULO 34

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Por la mañana comencé a desperezarme despacio. Había luchado desesperadamente por mantener los últimos momentos del sueño, porque en mi sueño, estaba rodeada por un hermoso aroma. No quise abrir mis ojos y despertar de este increíble sueño. Me sentía tan contenta y feliz que no quise que esto se terminara nunca. Ignoré las palpitaciones en mi cabeza y sólo me concentré en la esencia que únicamente podría ser de una mujer, por la cual yo estaba loca, la que necesitaba en mi vida. Sólo Natasha Romanoff, claro y simple.

Mi mente comenzaba a despertar aunque no quisiera y suspiré profundamente, apretando mis ojos cerrados, pidiendo silenciosamente en mi cabeza más sueño. Después de un par de minutos abrí los ojos para ver números rojos destellar en un reloj despertador, en vez del verde habitual. ¿Qué demonios? Me levanté un poco y gemí cuando el cuarto giró haciendo que mi estómago se revolviera. Las palpitaciones en mi cabeza se hicieron más fuertes cuando eché un vistazo alrededor del familiar cuarto, un cuarto en el cual nunca esperé despertarme otra vez en mi vida.

¿Espera, todavía estoy soñando?

Algo se movió detrás de mí en la cama. Ahogué un grito mientras giré mi cabeza, esperando ver a Natasha. Tal vez las dos últimas semanas habían sido un sueño horrible. Tal vez ells no era mi profesora y todo esto era sólo una pesadilla enfermiza de la cual ella se reirá cuando se la cuente.

Sin embargo, mis pensamientos fueron aplastados cuando vi a la persona que estaba allí. En vez de estar Natasha, dormida en posición fetal, estaba Pietro. Sentí una avalancha de desilusión y tragué el nudo de mi garganta. Él todavía estaba profundamente dormido. Me reí silenciosamente. Me senté despacio, aferrándome al borde del colchón, queriendo saber si me sentía mareada. Definitivamente tenía que salir de la cama porque acostada me estaba sintiendo peor.

¿Por qué demonios estoy en el apartamento de Natasha con Pietro? La última cosa que recordaba era ir a la fiesta con Yelena, luego Natasha llegó y tuvimos una pequeña discusión entonces eso fue todo. A partir ahí mi memoria estaba un poco confusa. Balanceé mis piernas lejos de la cama y tentativamente me levanté. Tenía que encontrar a Natasha y preguntarle qué demonios le íbamos a decir a Pietro sobre cómo terminamos pasando la noche en el apartamento de nuestra profesora.

Me arrastré a la puerta y descansé mi frente contra la madera fría durante un par de segundos, tratando de calmar mi cabeza palpitante, pero sabía que nada quitaría el dolor excepto las píldoras. Me dirigí silenciosamente, tratando de no despertar a Pietro; tenía que saber la historia antes de que él me interrogara sobre ello.

Una vez que llegué al salón, mis ojos al instante encontraron el sofá, pero ella no estaba allí. Sin embargo, se veía que había dormido allí. El revoltijo que era probablemente de su sofá, estaba amontonado en el suelo y había un cubrecama y almohada todo arrugado. Me dirigí al otro cuarto del piso.

Cuando entré en la cocina sus ojos se encontraron con los míos mientras que saltaba de la silla mirándome con preocupación. Agarró mi brazo rápidamente.

—¿Estás bien? —preguntó, inclinándose para mirarme mientras me llevaba a uno de los dos taburetes de la cocina.

Fruncí el ceño. —Sí, tengo dolor de cabeza, pero estoy bien. —Asentí, soltando mi brazo de su agarre. No me gustó que me tocara, incluso un toque casual como ese hacía que mi estómago se revolviera. No necesitaba algo más que me hiciera sentirme enferma, el alcohol hacía un trabajo bastante decente por sí solo.

—Te conseguiré alguna pastilla. Siéntate. —Ella se dirigió a la alacena y yo no pude parar de mirar su tonificada espalda cuando ella alcanzó y agarró la cajita de primeros auxilios que tenía. ¿Por qué demonios tiene que estar en top deportivo? ¿Estaba tratando de provocarme hasta morir? ¿Un pequeño recordatorio de algo que yo no podía tener?

Cuando el verano termina  (Adaptación Wandanat)Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang