CAPÍTULO 32

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ESTE CAPÍTULO ES SUPER IMPORTANTE NO POR LA HISTORIA, SINO POR EL CONSEJO QUE CONLLEVA EN ÉL.


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Los ojos de Natasha se posaron en mí por un segundo y levanté la mirada con exasperación. ¿Ella es con quien Steve hablaba? ¿Llamó a Natasha para decirle que estaba perdida y que necesitaba venir a cuidar de mí? Le di a Rogers una mirada sucia y obtuve una sonrisa a cambio; quería golpearlo en la cara por interferir.

—Acabo de terminar temprano eso es todo. Pensé en abandonar. —Natasha se encogió de hombros mirando a su hermana un poco molesta—. Pensé que ibas a conducir esta noche, Yel.

Ella asintió con la botella de cerveza en la mano.

Yelena se encogió de hombros con facilidad, obviamente, no captando el tono gélido en la voz de su hermana.

—Sí, pero luego decidimos que podíamos compartir un taxi. No es gran cosa.

—Es una gran cosa si se supone que debes estar al cuidado de dos chicos menores de edad, borrachos — respondió Romanoff sonriendo, con una sonrisa falsa, aunque su voz era dura y sonaba molesta.

No pude escuchar más esto. Había arruinado mi noche, no necesitaba que viniera aquí y empezara algo con Yelena, estábamos bien sin ella aquí. Steve no tenía derecho a llamarla.

—Tasha, sólo déjalo en paz por amor de Dios. Ve a buscar una copa y relájate —ordené, tratando de no sonar severa, pero perdí algo de autoridad cuando me dio hipo en medio de la frase.

—No quiero un trago. Tal vez debería llevarlos a los dos a casa. —Asintió hacia Pietro, pero sus ojos nunca dejaron los míos.

Crucé los brazos sobre el pecho y la miré.


Ni siquiera se inmutó, sólo me miró claramente molesta.


—No estoy lista para irme aún —dije con confianza.


Suspiró y asintió.


—Está bien, voy a esperar hasta que lo estés. Tal vez deberías dejar de beber ahora, sin embargo.

En realidad se veía muy cansada, y me sentí un poco culpable. Probablemente sólo quería ir a casa a dormir o algo. Trabaja sábados por la tarde en la estación de esquí y había tenido que ir a trabajar en el club esta noche también. Mi corazón palpitaba al pensar en ella trabajando en el club de nuevo para pagar por las entradas. Eso me recuerda... no le he preguntado a Yelena acerca de ello todavía. Tal vez podría preguntar a Natasha al respecto. ¿Aunque me dirá la verdad? ¿Qué diablos de razones iba a llegar a explicar por qué hacía eso por mí? Renunciar a su tiempo así sólo para que Pietro y yo podamos ir a un concierto. Maldita chica dulce.

Pero esa maldita chica dulce fruncía el ceño ante el trago que yo tenía en la mano como si fuera veneno o algo. Claramente lo desaprobaba por la expresión de su cara. Ella no parecía recordarme bebiendo cuando me trajo a una fiesta justo como ésta, cuando estábamos saliendo, pero era en el momento que pensaba que yo tenía la edad suficiente para beber.

Fruncí el ceño y levanté mi vaso brindando mientras bebía el contenido. Al instante, deseé no haberlo hecho.

Sólo trataba de probar un punto y ganar una pequeña batalla, pero no era una gran bebedora y ya tenía más que suficiente para hacerme enfermar por la mañana. Natasha se echó a reír y sacudió la cabeza cuando hice una mueca y escrutó mi cara probablemente en busca de una idiota o algo así. Fruncí el ceño y tragué un par de veces mientras sólo me miró con una gran sonrisa en su rostro. De repente, me encontré a mí misma sonriendo también porque era una de sus sonrisas cálidas y no una arrogante.

Cuando el verano termina  (Adaptación Wandanat)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora