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07| Pesadillas

"Pesadillas"
Narrador| Clara

Lo intenté despertar una vez más, y en cuanto se sentó en la cama abruptamente, mi corazón se aceleró aún más.

—Tranquilo, fue una pesadilla—susurré, tomando de sus mejillas mientras intentaba encontrar su mirada perdida en la habitación—White, tranquilo, está todo bien.

—Gray...—murmuró, y entreabrí mis labios, algo confundida. Intenté poner una de mis manos sobre su pecho.

—Respira conmigo, ¿si?—él asintió, y yo volví a tomar de sus mejillas para limpiar las lágrimas que corrían por estas. Acompaño mi respiración con la suya, intentando calmarse y llevar su mente a la realidad, lejos de esa pesadilla.

—Yo...—su oración se entrecortó, y me mantuve en silencio para darle tiempo para que pudiese desahogarse—yo lo vi.

—¿En tu sueño?

—Sí—contestó, volviendo a acostarse y pasando el dorso de su mano por sus ojos, limpiando el rastro de lágrimas. Me acosté junto a él, y tomé su mano algo temblorosa—estaba gritando.

—¿Que decía?

—Que todo esto era nuestra culpa—susurró, y su labio inferior tembló. Me acerqué, acariciando su mejilla—él gritaba diciendo que sus ojos ardían.

—Amor, fue una pesadilla—murmuré, y mi pulgar se movió para acariciar su mano entrelazada con la mía—Gray jamás diría que algo de eso fue tu culpa, y ahora él no está sufriendo, ¿si?

—Fue tan real—se quejó, y dio un profundo respiro.

—Las pesadillas suelen sentirse de esa forma, pero te prometo que todo está bien—le hablé serenamente, intentando calmar su pulso. Él se recostó de lado al igual que yo, quedando de frente y conectando nuestras miradas.

—Lo extraño—añadió, y yo sonreí nostálgica.

Todos lo extrañamos.

—A veces tendemos a recordarnos a nosotros mismos la pérdida de la persona, cuando en realidad deberíamos llenarnos de pensamientos en donde lo recordemos, ¿no crees?—pregunté, intentando cambiar su percepción.

Quizás no sirva de mucho, pero es algo que me ayuda a mi. Todos somos diferentes, y sobrellevamos las cosas de forma distinta, pero aún así, creo que todo consejo sirve de alguna manera.

—Sí...

—Como cuando ayudó a colgar las luces para la sorpresa que preparaste—mencioné, y él sonrió.

—O cuando nos regañó a mi y a Black por habernos alejado de ustedes—agregó, y asentí levemente, con una sonrisa de nostalgia en mi rostro.

—Cuando se quejaba de que todos éramos unos ruidosos.

—Cuando se quejaba porque ustedes repetían los mismos capítulos de ladybug.

Nos quedamos en silencio, con una leve sonrisa y una pequeña punzada en nuestros corazones.

—Realmente me hace falta a veces—susurró, y soltando un suspiro, terminó de acercarse para reposar sobre mi pecho.