39| Vamos por ti

4.6K 472 524
                                    

Vamos por ti
Narrador| Amaya

Me levanté tan rápido como pude, caminando por el pasillo. Había escuchado el ruido de unos pasos bajar la escalera, y si bien ordenamos turnos para asegurarnos de que Blue y Red no hicieran algo estúpido, no sé que hora es, así que no tengo idea de a quién le toca, sin embargo, cuando di unos pasos más, lo supe perfectamente.

Black y White dormidos en el sofá de la sala.

Sonreí levemente, acercándome a pasos sigilosos para cubrirlos con una de las mantas que decoraban el sillón frente a ellos. Y, dando un respiro profundo, me giré, sintiendo como mi corazón se aceleraba cuando noté la puerta principal entreabierta.

Malditos imbéciles, se fueron.

Corrí hasta la puerta, abriéndola de golpe, pero entonces, algo impacto contra esta, y al instante escuché un quejido de dolor.

—¿Qué mierda?—salí, terminando por cerrar la puerta luego de ver a Blue sentado en la entrada, fumando un cigarrillo mientras me miraba con el ceño fruncido.

—Lo lamento, creí que...

—¿Escaparíamos?—inquirió, mirándome de reojo mientras colocaba aquel cigarrillo sobre sus labios nuevamente.

—Sí.

—¿Para qué lo haríamos?

—Pues no sabemos que tan leales son para Valeria y su mafia—murmuré, dando un paso atrás. Él soltó un leve risa, negando con su cabeza con incredulidad.

—De ella nos importa el dinero.

—¿Y a quién quieren sacar de allí?—pregunté, y enseguida, evadió una vez más mirada, observando hacia el frente mientras expulsaba aquel humo.

—Sincérate tú primero—exigió, y suspiré, no teníamos mucho que ocultar.

—Valeria es mi prima.

—Mierda, mis condolencias.

—Sí, gracias—solté, encogiéndome de hombros antes de continuar—ella ha intentado...jodernos todo este tiempo.

—¿Mjm?

—Eso es, en resumen—sentencié, acercándome unos cuantos pasos—tu turno.

—¿Qué quieres saber?

—¿Cómo terminaron trabajando para Valeria?

—Nos ofreció dinero a cambio de quedarnos con ella para hacer algunos trabajos—soltó tranquilo, como si aquellos trabajos no fuesen asesinatos y secuestros.

—¿Y entonces por qué parece que la odiaran?

—Cuando nos contrató, dijo que no necesitaría a nuestro compañero, así que no accedió a pagarle, pero como necesitábamos el dinero, tuvimos que aceptar el trabajo nosotros dos de todas formas.

—¿Tienen otro compañero?—cuestioné, intrigada.

—Sí—escupió, secamente—¿no harán nada más aparte de encargarse de Valeria?

—Buscaremos a alguien—murmuré, ocultando el dolor en mis palabras. Carraspeé, intentando desviar aquel tema—¿tú a quien quieres sacar de allí?

—No importa—musitó, volviendo a probar de su cigarro.

—Bien, no me lo digas—me encogí de hombros, intentando no incomodar más el ambiente tenso que teníamos formado—entonces cuéntame por qué quieres sacarla.

—Me recuerda a alguien—mencionó.

—¿A quién?

—Carajo, ¿te importa?

Faceless Revenge ©Where stories live. Discover now