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36| Reunión de padres

"Reunión de padres"
Narrador| Black

Definitivamente me arrepentiré de esto.

Suspiré, bajándome del auto después de haberme estacionado, y a los segundos, vi a White y Amaya hacer lo mismo. Caminamos hacia la entrada de aquella escuela, y podía sentir los latidos de mi corazón incrementar su velocidad.

—Es allí—indicó Amaya, señalando una sala frente a nosotros, cruzando el gran patio. White asintió, haciéndonos una seña para enviarnos suerte, y dándose la vuelta, se encaminó hacia la sala en dónde sería la reunión. Yo suspiré, sabiendo que nosotros debíamos ir con la directora—¿aterrado?

—Pf, no.

Seguí sus pasos, y nos frenamos frente a la puerta de una oficina. Amaya se giró, y nuestras miradas se cruzaron por una fracción de segundos.

—Arregla tu camisa—ordenó, y alcé un de mis cejas, bajado mi vista hacia los botones.

—¿Qué tiene de malo?

—Solo abrocha los dos botones de arriba.

—¿Por qué?

—Ugh—ella se acercó, intentando terminar de cerrar mi camisa, sin embargo, la puerta de la oficina se abrió antes de que ella pudiese lograrlo. Reprimir una risa, notando la vergüenza expresada en su rostro.

—Lamento interrumpir.

—No, no—Amaya se aprontó en darse la vuelta, alejándose unos centímetros—no interrumpe nada.

—Oh, perfecto, entonces adelante—la mujer mostró una amplia sonrisa, haciéndose a un lado para dejarnos pasar. Se veía bastante joven, y no tenía la imagen de ser la directora.

Al entrar, vi a una mujer sentada sobre una silla, aparentaba unos treinta y algo de años, sin embargo, su expresión estaba seria, mientras aún miraba los papeles sobre su escritorio.

—Inaceptable—soltó, y escuché como se cerraba la puerta detrás de nosotros, mientras la chica que nos dejó pasar nos indicaba que podíamos sentarnos en las dos sillas frente al escritorio—¡¿cómo es posible que usted le permita a su hija ser tan agresiva?! Las situaciones que ha provocado Lorena me tienen fuera de mis casillas.

—Lo siento—murmuró Amaya.

—¿Qué clase de educación le da en su casa?—inquirió la mujer, y yo fruncí el ceño—la he citado montón de veces por el comportamiento de su hija, y usted no hace nada al respecto.

—Por supuesto que lo hago—interrumpió Amaya.

—No se nota—exclamó la mujer, dejando de lado los papeles—tendré que tomar la medida más drástica, porque el comportamiento de esa niña es totalmente inadecu...—alzó su vista finalmente, y sus labios se entreabrieron. Yo alcé una de mis cejas, viendo que me analizaba—inadecuado para algunos padres, pero para mi no tanto.

—Creí que iba a...

—¿Expulsarla?—interrumpió la directora, soltando una carcajada—que tonterías dice usted, señorita—se levantó, extendiendo su mano hacia mi—Directora Morgan, un placer.

Tomé su mano para aceptar el saludo, algo extrañado.

—No lo había visto, ¿llevan poco tiempo de pareja?

—No, nosotros no...

—No somos pareja—completó Amaya, y carraspee, incómodo.

—Oh, entonces usted es...

—El padre—solté, y la mujer sonrió levemente, asintiendo antes de volver a sentarse sobre su cómodo asiento.

—¿Primera vez que asiste a una reunión?