13| Revelación

5.4K 581 727
                                    

"Revelación"
Narrador| Blaise

Ni siquiera logro organizar mis ideas, mi mente esta llena de pensamientos diferentes, algunos intentando crear un plan para sacar a Amaya y White, y otros que solo gritan teorías en mi cabeza.

Black me había comentado lo que decía la nota que les habían enviado, y si de algo estoy seguro, es de que aquel intercambio que mi padre quiere hacer, es para volver a encadenarme a su lado, o incluso, matarme por traidor, que es lo más probable.

—¿Cómo sabían que yo iría a las cámaras?—Clara inquirió curiosa, sentada al igual que nosotros sobre el techo de la gran mansión.

—Sabía que Valeria te daría las llaves, y Black agregó que seguramente tú irías a las cámaras a buscar a los demás—respondí, y ella suspiró—él te escribió ese papel para que lo leyeras por las cámaras, sacarte de allí no fue difícil, pero tal vez para Amaya y White no sea igual.

—Díganme que tienen un plan—susurró ella, mordisqueando una de sus uñas. Black le dio un manotazo para apartar la mano de su boca.

—Por ahora, no—contesté, y ambos resoplaron.

—No puedo quedarme acá sin hacer nada—vi a Black levantarse frustrado, y yo imité su acto, deteniéndolo antes de que haga algo estupido.

—Vamos al auto, tengo un mapa que nos servirá para entrar—comenté, y en un ansioso ambiente de silencio, asintieron, caminando rápido detrás de mi.

Yo bajé del techo, amortiguando el impacto contra el suelo con una voltereta. Black y Clara hicieron lo mismo, siguiéndome los sigilosos pasos a través del patio hasta llegar al auto oculto detrás de unos grandes árboles.

Pero lo que ellos no sabían, es que yo si tengo un plan.

—Vamos, alejemosnos un poco para tener tiempo de planear algo—propuse, y como lo supuse, los vi subir a la parte trasera del coche. Cerré la puerta y enseguida saqué las llaves de mi bolsillo para encerrarlos allí.

No tengo mucho tiempo.

Ambos son inteligentes y probablemente no tardarían en encontrar la forma de salir de allí sin hacer ruido, pero de todos modos, es lo único que se me ocurrió para ganar tiempo.

Corrí hacia el patio, dejando que los guardias notaran mi presencia. Los veía tomar sus radios y hablar, informando que el hijo del estupido jefe había vuelto.

Tragué, deteniéndome a unos pasos de la gran puerta principal. Aquel hombre cuidando la entrada me conocía desde hace años, pero aún así, se mantuvo inexpresivo, hasta que una conocida voz se escuchó desde el aparato en su mano.

—Dejen que entre—mi padre.

Suspiré, abriéndome paso una vez que las grandes puertas habían sido abiertas. Metí las manos en mis bolsillos para ocultar el temblor en ellas, esperando firmemente a los pies de la amplia escalera por la que mi padre estaba bajando junto a dos de sus más fieles socios.

—Blaise—saludó cínicamente, y yo retrocedí disimuladamente un paso—es agradable volver a verte, hijo.

—Necesito hablar contigo.

—Yo estoy muy bien, gracias—rio amargamente, haciendo una seña con su mano para que las puertas detrás de mi se cerraran bruscamente—concuerdo en que tenemos mucho de que hablar, sígueme.

Sus pasos contra el suelo marmolizado resonaron, y dando un profundo respiro, lo seguí, viendo como los otros dos hombres tomaban otro camino.

—¿Estás arrepentido, no es así?

Faceless Revenge ©Where stories live. Discover now