20| Dueña

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"Dueña"
Narrador| Black

—¡Lea!—repetí, y cuando aceleré el paso, logré tomar de su muñeca.

—Suéltame.

—¿Qué te pasa?

—¡¿Qué me pasa?!—repitió molesta, dándose vuelta para mirarme a la cara.

—Ajá.

—Eres un descarado, eso me pasa—soltó, y yo suspiré, soltando su muñeca y quedándome quieto al ver como daba un paso hacia mí—¿no me dirás nada?

—¿Qué quieres que te diga?—pregunté, metiendo mis dos manos dentro de los bolsillos de mi pantalón. Ella bufó, y acercándose unos centímetros más, comenzó a golpearme impulsivamente en mi pecho con sus puños.

—¡Idiota!—gritó, y riendo levemente por el esfuerzo que hacía en golpearme, tomé de sus manos para detenerla.

—Debes calmarte, pareces una loca.

—¡¿Y qué?!—recriminó, cruzándose de brazos.

—Que me estás asustando.

—Uy si, tú eres el asustado—se quejó, y solté otra risa, negando con mi cabeza—¡¿qué es tan chistoso?!

—Tú.

—Si, si—rodó sus ojos, y de un segundo a otro, me señaló amenazante—¡¿acaso te crees en una buena posición para bromear, idiota?!

—¿Por qué no lo estaría?—alcé una de mis cejas, y luego de verla suspirar, desvió su mirada hacia uno de los árboles del patio delantero en el que estábamos.

—Porque deberías estar pidiéndome perdón.

—¿Eh?

—¡Después de todo lo que te confié, y después de todo lo que pasamos juntos...! ¿No pudiste habérmelo dicho antes?

—Lea, baja la voz.

—Lo lamento—susurró, intentando calmarse antes de seguir hablando—pero duele, ¿me comprendes?

—Y quizás mi respuesta te dolerá aún más—dije, y ella no tardó en volver a mirarme—pero el hecho de que seas mi amiga, no quiere decir que era mi obligación contarte mis secretos.

—No me refiero a eso—interrumpió—yo te confié muchas cosas...

—Lo sé.

—Te confié a ti algo, y antes que a Nerón, ¡¿sabes lo mucho que significa eso para mi?!

—Lea...

—No—me mostró la palma de su mano en señal de que me detuviera, y yo suspiré, quedándome en silencio para que pudiese terminar—Black...el hecho de que me ayudaras fue importante para mi, y se sintió bien saber que podía confiar en ti—dijo, rompiendo una vez más el contacto visual—lo que me duele, es saber que tú no sentías la misma confianza.

—Es diferente—la detuve, negando ligeramente con mi cabeza—lo que me confiaste no era tan confidencial como lo mío.

—¡Claro que sí!

—¡Claro que no!

—¡Te dije que me gustaba Nerón!—soltó, cubriendo su boca como si eso fuese el secreto más oscuro de su vida. Suspiré, pasando una de mis manos por mi cabello—bueno, ahora que lo digo en voz alta, tienes algo de razón.

—Mjm.

—Pero eso no cambia nada.

—¿Bromeas?

Faceless Revenge ©Where stories live. Discover now